Mary de Dinamarca reaparecía durante estas fiestas de la mano de su marido. Una imagen de unidad que llega tras tiempos convulsos y sobre la que a buen seguro habrán hablado durante su estancia en el castillo de Marselisborg, donde han disfrutado de unos días en familia. Parecían relajados y sonrientes en una época intensa en la que prácticamente todos los días han copado titulares. Han hecho frente a un huracán mediático tras las fotos de Federico de Dinamarca con Genoveva Casanova, a quien le une una secreta amistad de la que casi nadie era conocedor. Semanas después del escándalo hay quien se pregunta qué pasa realmente por la cabeza de la Princesa, una cuestión que ha preferido no afrontar de manera directa ante las cámaras. Sí ha hablado de depresión, también de su opinión sobre la infidelidad durante el matrimonio, una palabra que se le planteó en el pasado y sobre la que no tuvo reparo alguno en hablar.
Mary de Dinamarca no estaba dispuesta a perdonar una infidelidad en su matrimonio con Federico de Dinamarca
Se le planteó en el año 2004, el año de su boda con Federico de Dinamarca, en un libro que vio la luz entonces. Entonces ella tenía claro cuáles eran sus códigos y qué estaba dispuesta a perdonar si algún día sufría un engaño, lo que demostró cuál era su postura en un asunto que tan delicado. Lejos de querer esconderlo, Mary de Dinamarca aseguró que jamás aceptaría algo así, tal y como deja ver en las siguientes reflexiones que ahora vuelven al presente. "No aceptaría la infidelidad dentro de un matrimonio. Una relación se basa en la confianza. Y si se abusa de esa confianza, digamos... [...] Hay un abuso de confianza muy grave", dijo a la periodista Anne Wolden-Ræthinge, a quien contó cómo surgió su historia de amor.En aquel momento señalaba cómo de importante le parecía la confianza en una relación y lo doloroso que le resultaría si esta alguna vez se rompía. No se imaginaba que dos décadas después su marido sería el peor valorado de las Casas Reales. Y es que los daneses han dictado la peor sentencia contra él tras sus comprometidas fotos con Genoveva Casanova en Madrid, un escándalo que ha tenido consecuencias en su vida. Ahora muchos se preguntan cómo se encuentra el matrimonio y por la verdadera opinión de Mary de Dinamarca sobre lo sucedido. Mientras ella prefiere seguir en silencio, hay quien recuerda qué dijo hace años sobre la lealtad y la confianza, dos pilares a los que siempre dio su lugar. "Es difícil recuperar la confianza cuando se ha roto por completo. La confianza es sagrada, es una obligación y uno de los pilares de nuestra sociedad. Es necesaria para mantener la independencia, para poder funcionar en pareja", cuenta en este libro.
Mary de Dinamarca en ese momento se planteaba las diferentes posibilidades que existían y dejó sobre la mesa una opción, una que, por cierto, ella se negaba a dejar en su vida. Explicaba que jamás permitiría que Federico de Dinamarca estuviera con otras mujeres y no tanto por ella, sino por la familia que habían formado. Lo tenía claro, tanto que quiso ser tajante por si alguien todavía tenía dudas. "Sé que también hay personas en nuestra sociedad que están felizmente casadas con hijos, y tienen otras relaciones, y esto es aceptado. Pero no podría hacerlo. Duele. Y no eres sólo tú quien está involucrado en una relación. Cuando llega un niño, ya no se trata solo de ti. Al fin y al cabo, también tienes obligaciones con ellos", espetó.Aunque no es la primera vez que sobrevuela sobre la vida de Mary de Dinamarca y Federico el escándalo, pocas veces se ha hecho tanto ruido como ahora. Tratan de capearlo como pueden, de hecho, el heredero al trono danés se atrevió incluso a responder a un periodista cuando le preguntó por Genoveva. Casi dos meses después de que se convirtieran en objeto de todas las miradas nos detenemos en ver cómo hablaba la nuera de la Reina Margarita sobre los inicios de su relación con Federico, alguien que cambió su vida para siempre.
"¿Por qué me enamoré de Federico? ¿Por qué nos enamoramos? ¿Qué hizo que nos conociéramos? A menudo he pensado que, si no nos hubiéramos conocido en aquel momento en Sidney, quizás hubiera sucedido cuando fue a Tasmania a ver los campeonatos mundiales de vela. Que si no hubiéramos tropezado el uno con el otro la primera vez, en verano yo habría regresado a Tasmania cuando él estaba allí. Puede que nos hubiéramos conocido entonces. Habría sido nuestra segunda oportunidad. Pero tuvimos suerte", contó.