Mary de Dinamarca viajó a Australia para intentar capear el temporal post Genoveva. Ha sido a su regreso al país escandinavo cuando se ha reencontrado con su marido, dejando una imagen que ha suscitado diferentes opiniones. Y es que tras salir a la luz la opinión que la Princesa tiene de las infidelidades ambos han reaparecido de la mano, lo que llama especialmente la atención, pues confirman que todo está bien entre ellos. No quieren alimentar polémicas, sino todo lo contrario. Centrados en limar asperezas, el matrimonio ha mostrado una imagen de unidad después de unas semanas especialmente convulsas para la familia. Una actitud completamente distinta a la de Genoveva Casanova, quien permanece recluida y a quien visitó su familia más cercana con evidentes caras de preocupación, tal y como te hemos contado en la revista SEMANA.
Federico de Dinamarca y Mary muestran una imagen de unidad tras el escándalo
Mientras Federico de Dinamarca ha suspendido en imagen, su esposa Mary dulcifica todo. Tras refugiarse en Australia ha vuelto a casa por Navidad, eso sí, por todo lo alto. Así lo demuestra que se dejara ver junto a Federico de Dinamarca de la mano a las puertas de la catedral antes de entrar a misa. Solo un día después, ya el día 25 volvieron a salir juntos de casa con diferente look, pero con el mismo comportamiento de armonía y unión. Unos gestos muy contundentes que hablan por sí solos. Los expertos en comunicación no verbal señalan precisamente su tranquilidad, el paso firme y el mensaje que tanto Federico como Mary de Dinamarca han enviado al posar de la mano cuando su matrimonio está en boca de todos.Lejos de la distancia que en las últimas semanas sí han mostrado ante los medios, en esta ocasión han querido acercarse. Más que nunca. Demuestran sintonía y, sobre todo, lanzan una representativa información: siguen juntos y caminando hacia adelante. Esto nos lleva de nuevo también a las capitulaciones que en su día firmó Mary cuando estaba embarazada, un documento en el que renunciaba a muchos de sus derechos si algún día se divorciaba del heredero al trono danés. Unas severas restricciones que condicionan su situación y cuyo acuerdo descartaba un divorcio millonario. Renunció así a sus derechos y una indemnización suculenta si algún día se separaba de Federico de Dinamarca, un documento muy desfavorable para ella. De este modo ella no recibiría dinero ni por los años vividos junto a su marido, ni por cuánto y cómo cambiaría su situación económica tras su divorcio. Ni siquiera podría una residencia a la altura si se separara.
Mary de Dinamarca y Federico se han dejado ver hasta en dos ocasiones en las últimas horas, confirmando que no les afecta para nada lo que puedan dejar sobre ellos. Tampoco los rumores, aunque muchos den por hecho que su relación estaría haciendo aguas. Evidencian cordialidad y un futuro en común, pero ¿qué más giros dará esta historia? Solo el tiempo lo dirá.