Los palacios se han convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza de reyes y reinas. Si no que se lo digan a Felipe y Matilde de Bélgica, que acaban de acometer la reforma del Palacio Real de Bruselas para ponerlo al día. Los soberanos han visitado las obras, dejándonos curiosas imágenes con los cascos reglamentarios y recorriendo los andamios para ver de cerca los relieves de la fachada. Eso sí, debido a estos trabajos se han visto obligados a tomar una difícil decisión: cerrar el palacio a las visitas.
Es tradición que el Palacio Real se abra al público en verano, desde el Día Nacional de Bélgica, que se celebra el 21 de julio, hasta septiembre. Uno meses en los que los visitantes disfrutan de este espectacular patrimonio y se acercan a la realeza.
No en vano, aquí tiene ubicadas sus oficinas el rey Felipe, donde acude cada día para manejar su agenda oficial junto a su equipo. Su residencia, donde viven con sus cuatro hijos, está en otro palacio, el de Laeken.
Este año no va a poder ser. Es más, parece que el cierre se va a alargar nada menos que un año. La opción que dan es hacer una visita virtual desde la web oficial de la Monarquía Belga.
Según está previsto, el coste de las obras asciende a 6 millones de euros (salidos del erario público). En el verano de 2024 el Palacio Real estará listo de nuevo para reabrir sus puertas. ¡Y como nuevo!
Las tareas de renovación consisten en la limpieza y restauración de la fachada, las balaustradas de piedras y las escaleras. También se harán cargo de los muros de los jardines, cercas y puertas.
En las fotos facilitadas por la Casa Real, podemos observar a los reyes supervisando las tareas y charlando con los responsables de la rehabilitación y los trabajadores. Por motivos de seguridad, no se quitan el casco en ningún momento. La reina Matilde luce un look informal en blanco, con sahariana, vaqueros y deportivas.
Otro monarca que está de reformas es Carlos III, quien aún tiene varios años por delante para dejar en perfecto estado el emblemático palacio de Buckingham.
Felipe y Matilde vuelven a sonreír tras unos días muy preocupados por la salud del rey emérito Alberto II de Bélgica (89 años), quien ha salido del hospital tras una semana ingresado por una deshidratación.
Ahora el padre de Felipe continúa recuperándose en su residencia del palacio de Belvedere, mientras los reyes prosiguen con su agenda antes de irse de vacaciones.