El palacio de Buckingham es el gran emblema de la monarquía británica, aunque curiosamente para sus 'royals' es un auténtico quebradero de cabeza. Y el rey Carlos III lo ha dejado bien claro. Al suceder en el trono a su madre, la reina Isabel II, el nuevo monarca manifestó que no se mudaría al icónico palacio londinense y que seguiría residiendo en Clarence House, situado muy cerca de aquel. Decía que no era "moderno ni sostenible". Pero ahora 'ha entrado en razón' y cumplirá con la tradición.

El rey Carlos, obligado a mudarse a Buckingham y a pagar millones por ello
Gtres.

Aunque todavía tiene tiempo para que él y su esposa, la reina Camilla, se preparen. La mudanza no se hará efectiva hasta 2027, cuando está previsto que finalicen las obras, ya que Buckingham está siendo sometido a un profundo proceso de reformas. Eso sí, todo tiene un coste y el rey Carlos deberá pagar una parte de su asignación oficial.

Así ha quedado reflejado en el último informe de cuentas de la Casa Real británica. Según este, la monarquía recibirá del Estado para el ejercicio 2022-2023 la cantidad de 86,3 millones de libras (100,5 millones de euros), de los cuales 34,5 (40,2 millones de euros) están destinados para el proyecto de reforma del palacio.

El rey Carlos, obligado a mudarse a Buckingham y a pagar millones por ello
La reina Isabel y sus sucesores, Carlos, Guillermo y George, en un salón de Buckingham (Royal UK).

Desde que la reina Victoria convirtiese a Buckingham en su residencia oficial en el siglo XIX, sus sucesores en el trono han seguido la costumbre. Incluida la reina Isabel II, quien vivió en el palacio desde niña con sus padres, los entonces reyes, y estando allí sufrieron un severo bombardeo durante la II Guerra Mundial que lo destruyó en parte. Ya entonces hubo que reconstruirlo. Pero, claro, con el tiempo se ha quedado anticuado.

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Buckingham, ubicado en el centro de Londres, con sus más de 700 habitaciones, es un engorro para los Windsor. Ni siquiera la reina Isabel quiso vivir allí, prefiriendo quedarse también en Clarence House, donde pasó sus primeros años de matrimonio con el duque de Edimburgo.

CLARENCE HOUSE, LA FAVORITA

Después esta mansión fue la casa de la madre de Isabel, la reina viuda Elisabeth, conocida como la Reina Madre, hasta su muerte en 2002. Su nieto, Carlos, pasó a ser el siguiente inquilino. La reformó con mimo y en 2003 se mudó allí con Camilla. Ha sido su 'nidito de amor' hasta ahora y la pareja no lo abandonaría de no ser por las presiones. Buckingham es un símbolo, representa a la Corona británica y es ahí donde deben estar sus reyes. Por mucho que Carlos III desee romper con ciertos moldes, hay cosas intocables.

Su antecesora, Isabel II, ya emprendió la ardua tarea de poner el palacio al día y prepararlo para el siglo XXI. En 2017 comenzaron los trabajos de reforma integral (cañerías, sistema eléctrico, calefacción, etc), pero estos no acabarán hasta una década más tarde. Será entonces cuando el rey Carlos empaquete sus cosas de vuelta al gran palacio.

Los reyes Carlos y Camilla se mudan a Buckingham
Los reyes Carlos y Camilla, en las recientes carreras de Ascot (Gtres).

El soberano, de 74 años, está reordenando su legado e intentando por todos los medios recortar las inmensas facturas. De hecho, ya ha hecho bajar la calefacción en Buckingham, entre otras medidas. Él es un reconocido defensor del medioambiente, por lo que quiere que su casa se adapte a sus ideas 'eco'. Otro asunto será si tanto él como Camilla logran sentirse en su hogar.