El 2 de julio se cumplieron 13 años de la boda por todo lo alto de Alberto y Charlene de Mónaco. Un día que marcó un antes y un después en la casa real monegasca sin prever que, al poco tiempo, la exnadadora criada en Sudáfrica coparía un sinfín de titulares por su evidente tristeza.
Desde entonces, han sido constantes los rumores de distanciamiento a los que ha tenido que hacer frente el matrimonio, además de las múltiples polémicas que ha protagonizado el soberano por sus escarceos. La última imagen de la pareja no ha hecho, si no, disparar lo que es un secreto a voces, según un experto real.
El aniversario de Alberto y Charlene de Mónaco marcado por la preocupación por la princesa
El 13º aniversario de Alberto y Charlene de Mónaco parece que se les está atragantando. El simbolismo detrás del número 13 es, como poco, una anécdota más de la complicada situación en la que están inmersos. Cada aparición pública de la pareja en solitario y también en conjunto es analizada con lupa y las conclusiones no les son favorables en ningún caso. La prensa extranjera ya alertó hace unas semanas del delicado estado anímico de la soberana consorte del Principado, cada vez más aislada y sin nadie en quien confiar. "Está completamente sola y, en gran medida, muy protegida", señalaba recientemente el 'Bunte' alemán con mucha preocupación.
El cuestionamiento que ha caracterizado el matrimonio de la pareja real ha sido una constante desde el minuto uno, que no logra quitarse de encima el fantasma de la 'conveniencia'. Siempre se ha especulado con las verdaderas razones que les llevaron a casarse. Se dice, incluso, que detrás de la decisión hubo un acuerdo bien urdido para acallar las críticas en torno a la vida poco protocolaria y a todo tren de Alberto de Mónaco. La casa de los Grimaldi siempre ha estado en el punto de mira por este matrimonio que, de conveniencia o no, lidia constantemente con los rumores de crisis.
La foto de los príncipes de Mónaco que retrata a la perfección su verdadera relación
El último acto público de Charlene y Alberto de Mónaco está generando mucha especulación y, sobra decir, muy adversa. Y como se suele decir que una imagen vale más que mil palabras, solo hace falta remitirse a las fotografías que han trascendido del acto para darse cuenta, según los entendidos, que, por más que lo intenten, el matrimonio no pasa por su mejor momento. La tensa sonrisa de la princesa es lo primero que llama poderosamente la atención, de acuerdo con Sascha Morgenstern, experta en lenguaje corporal consultada por el 'Bunte'.
Una imagen que, como la define el diario alemán, "se supone que silenciaría a todos los críticos sobre una crisis matrimonial", pero, a tenor de las conclusiones de la especialista, ha fallado estrepitosamente. "La princesa y el príncipe están bastante separados y, en realidad, solo sus brazos se tocan. Sus manos se mantienen por detrás de la espalda del otro. Me interesaría mucho ver cómo descansan sus manos allí. Lamentablemente, no se puede ver", comienza explicando Morgenstern, para quien, la estampa no se puede calificar en ningún caso de idílica a pesar de los intentos.
Nada de su forma de estar juntos indica que Charlene y Alberto tienen una relación estrecha
"La parte superior de sus cuerpos está ligeramente inclinada y todo el torso de Charlene de Mónaco mira hacia la cámara. Esto crea la impresión de una distancia personal. La gran cantidad de blanco en las imágenes también desdibuja la imagen. La pierna derecha de la princesa está colocada de manera relajada, pero sus pies, en cambio, tienen una posición muy antinatural. La postura que adoptan ambos da una sensación de muy calculada, forzada", detalla la experta en lenguaje corporal.
Para ella, hay otro detalle distintivo que habla mucho de la verdadera situación marital del matrimonio. Y es que sus "ojos no sonríen", que es algo muy complicado de forzar a la inversa porque es una gesticulación que se produce de manera involuntaria. "Una vez más, se ha tomado y publicado esta fotografía que ha tenido el efecto contrario al deseado, porque subraya el distanciamiento que existe entre ambos y no lo contrario", sentencia la especialista.
La preocupación por la princesa Charlene de Mónaco que sus apariciones institucionales no disipan
No corren buenos tiempos para Charlene de Mónaco. No, por lo menos, a ojos de la opinión pública, cada vez más preocupada por las informaciones que se publican en torno a su estado anímico. De acuerdo con la prensa extranjera, a la princesa se le ve cada vez más distanciada de su marido y familia política, al tiempo que hace esfuerzos sobrehumanos por atender a sus compromisos institucionales que, a propósito de los rumores de crisis de las últimas semanas, se han visto redoblados.