La diseñadora de Buckingham, Angela Kelly, sacó a relucir el tip gracias al que la soberana británica mantuvo en condiciones óptimas sus históricos complementos.
Ha pasado un año desde que tuvo lugar un suceso que marcó un antes y un después en la historia. Este no es otro que la muerte de la Reina Isabel, una figura de especial relevancia tanto en el Reino Unido como fuera de sus fronteras. Fueron nada más y nada menos que 70 los años en los que la monarca estuvo al frente de la Corona británica, un tiempo en el que se ganó el respeto y el cariño de personas de todos los rincones del planeta. Y es que, además de ostentar un importante cargo dentro de la realeza, la madre de Carlos III cuenta con una historia personal detrás con ciertas peculiaridades. Entre ellas está la particular forma con la que conseguía que sus impresionantes joyas estuvieran siempre en las mejores condiciones.
Tal y como reveló la diseñadora de confianza de Buckingham, Angela Kelly, a través de su libro ‘La otra cara de la moneda: la Reina, la cómoda y el guardarropa’, la soberana hacía uso de una mezcla basada en ginebra y agua para lograr que sus complementos duraran más en perfecto estado: “Un poco de ginebra y agua son muy útiles para dar a los diamantes un brillo extra”, aseguraba. Un truco con el que dejaba entrever que esta bebida alcohólica era una de las favoritas de Isabel II no solo para su consumo propio, sino también para otros quehaceres cotidianos.
La Reina Isabel y su predilección por la ginebra
Tal fue la predilección de la Reina y del resto de miembros de la Familia Real británica por la ginebra, que incluso llegaron a hacer posible su propia marca de esta bebida. Un alcohol que presentaron en 2020 bajo el nombre ‘Buckingham Palace Gin’, elaborado con ingredientes recogidos en los jardines del palacio: “El limón, la verbena, las bayas de espino y las hojas de morera se encuentran entre los 12 botánicos seleccionados a mano para la ginebra en los Jardines del Palacio de Buckingham”, explicaban en la web oficial. Además, en la página en cuestión también aparece reflejado su precio de venta al público, que es de 40 libras, es decir, unos 45 euros.
Sin embargo, cabe destacar que desde antaño se ha dicho que la ginebra favorita de Isabel II fue la de la marca Gordon’s. Una bebida que no podía faltar en ninguna casa moderna en torno a los años 70, ya fuera para ser consumida en familia o para utilizar cuando llegaban invitados. Quizá fue esta la que la Reina también utilizó para preservar sus joyas de gran valor.
Para la abuela del Príncipe Guillermo fue especialmente importante conservar sus complementos, sobre todo teniendo en cuenta que todos ellos están dotados de una gran importancia para la Familia Real. Y es que, el palacio de Buckingham cuenta con una colección de joyas de las que no solo han hecho uso la soberana y sus antepasadas, sino también Kate Middleton o Meghan Markle. Un dato que demuestra que son accesorios de gran antigüedad, por lo que cada vez se hace más complicada su conservación para seguir con la tradición y que otras féminas de la realeza las luzcan en actos públicos de grandes dimensiones.