Durante más de dos décadas, Angela Kelly fue la modista personal de la reina Isabel de Inglaterra. Su acceso privilegiado a la intimidad de la soberana, de la que conocía todas sus medidas (literalmente) la convirtieron en un personaje con mucha influencia y en la mano derecha de la monarca británica. No solo se encargaba de su vestuario (haciendo suya la marca del color y los accesorios a juego), sino que también era una persona en la que confiaba a fondo. Era su "amiga". Una vez fallecida Isabel II, el 8 de septiembre de 2022, las condiciones de vida de su antigua asistente han cambiado radicalmente.

Carlos III desaloja a la modista de la reina Isabel y esta se la devuelve con un dardo envenenado
Gtres.

Por lo pronto, el nuevo rey Carlos III la ha desalojado de la residencia que ocupaba en el complejo de Windsor. Antes de conminarla a abandonarla, la estilista aguantó algunas 'indirectas', como que cambiaran las cerraduras de la mansión o que cancelaran el número de su móvil profesional. Fue la recordada soberana quien cedió a Angela Kelly un coqueto 'cottage' para vivir, situado muy cerca del castillo donde residía, pero con su desaparición, el actual monarca ha querido aclarar la situación y aligerar los gastos de los Windsor. Ahora que ya no trabaja para la familia (la reina consorte Camilla ha prescindido de sus servicios), Angela Kelly debe abandonar los privilegios que eso conllevaba.

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Una mudanza agridulce

Estos días se ha visto a la diseñadora salir de la que ha sido su casa durante estos últimos años y hacer la mudanza sacando sus enseres con la ayuda de un servicio profesional y algunos parientes. Todo ello con una actitud bastante estoica. O no tanto. Porque Angela Kelly se ha callado hasta cierto punto. Según ha compartido recientemente en sus redes sociales, a punto de marcharse de Windsor, la modista escribía: "Preparándome para decir adiós. Me mudo a mi nuevo hogar, al cual podré llamar Mi Hogar por fin". En otro mensaje se podía leer: "Soy demasiado vieja para preocuparme de quién me quiere y quién no. Tengo cosas más importantes que hacer". Unas palabras que han dado mucho de qué hablar y que dejan traslucir una pulla para el rey Carlos III.

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Eso sí, Angela Kelly no es una 'desahuciada'. Después de que la noticia de su desalojo causara mucho revuelo, el monarca le ha ofrecido una alternativa. Es decir, una nueva casa. Según publican los diarios británicos, la nueva residencia de la estilista está dentro del bello parque natural del Distrito de los Picos. si bien la cesión no es gratuita y le ha impuesto una condición importante: un acuerdo de confidencialidad. Ella no podrá hablar sobre su relación con Isabel II ni publicar más libros sobre ello (tiene dos en su haber, que se editaron con el beneplácito de su jefa). El silencio le pagará el alquiler.

La modista (65 años), nacida en el seno de una humilde familia de Liverpool, gozará del usufructo de la casa en retribución a los servicios prestados a la anterior Jefa del Estado. A su muerte, la residencia regresará a los fondos de la Corona. Al fin y al cabo, tampoco está nada mal.