El último movimiento de Carlos III al frente del trono británico no ha dejado a nadie indiferente, mucho menos a su hermano. Teniendo en cuenta los escándalos que han salpicado al Príncipe Andrés por su relación con el caso Epstein, el monarca ha optado por suspender la asignación financiera que se le suministraba. Una decisión que, a buen seguro, ha caído como un jarro de agua fría sobre el duque de York, pues no es la primera vez que su hermano intenta apartarle de todo aquello que tiene que ver con la institución.
Tal y como ha revelado Robert Hardman, autor de un libro sobre el Rey Carlos que verá la luz este mes de noviembre, el soberano británico ha tomado una iniciativa con la que demuestra que su objetivo no es otro que preservar la prosperidad de la Corona. Para lograrlo, ha quitado la subvención y la seguridad de la casa donde reside el Príncipe Andrés, Royald Lodge, ubicada en el castillo de Windsor y con una capacidad de nada más y nada menos que 30 habitaciones.
Daily Mail ha sido el encargado de sacar a relucir algunos extractos de un libro que promete levantar ampollas. De momento, en Buckingham no se han pronunciado sobre las supuestas instrucciones que habrían recibido los responsables de las finanzas de la realeza británica. Pero de ser cierto, el duque de York podría tener verdaderas complicaciones para pagar el mantenimiento de un edificio tan grande y emblemático del siglo XIX.
El movimiento que evidencia el distanciamiento entre Carlos III y el Príncipe Andrés
Ya en agosto, pudo saberse que entre los planes de Carlos III estaba el de retirar a su hermano el privilegio de tener servicio privado de seguridad a partir de noviembre. Según indicó The Sun, el monarca informó a los miembros del equipo de seguridad del duque de York de que sus servicios no serían necesarios a partir del mes que acaba de comenzar: “Todo el mundo especula si esto significa que el duque tendrá que abandonar Royal Lodge, porque, ¿qué otra razón habría para eliminar su seguridad?”, se preguntaba una fuente de Palacio en el medio citado.
Sin embargo, a no ser que sea por una orden expresa, el Rey no tendrá nada fácil modificar el domicilio del Príncipe, si realmente es lo que desea. Un amigo ya indicó en The Times que el duque de York se había convertido en un “prisionero de su propio orgullo”, hasta el punto de negarse a acatar los deseos del soberano. Pero para poner más complicadas las cosas, y teniendo en cuenta que Andrés apenas puede hacerse cargo de los gastos que conlleva una mansión de tales dimensiones, Carlos III ahora también ha suspendido su asignación financiera.
En Reino Unido y fuera de sus fronteras “no es un secreto” que el hijo de Isabel II quiere fuera de Royal Lodge a su hermano, razón por la que no resultaría extraño que este movimiento tenga como objetivo ponerle contra las cuerdas para lograrlo. De hecho, a principios del 2024 pudo saberse que el exmarido de Sarah Ferguson rechazó tajantemente moverse de su residencia habitual a Frogmore Cottage, pues habría formado un contrato de arrendamiento de 75 años sobre su hogar en el año 2003. Este documento reflejaría que es el duque de York quien tiene que hacerse cargo de los costes de mantenimiento y de seguridad de Royal Lodge si quiere seguir viviendo allí, aunque ahora, más que nunca, sus ingresos son minúsculos en comparación con los gastos que requiere una vivienda como esta.
Royal Lodge, la vía de escape perfecta del duque de York en su peor momento anímico
Sea como fuere, si algo está claro, es que el hecho de dejar atrás Royal Lodge supondría un verdadero quebradero de cabeza para el Príncipe Andrés. Ahora que sus salidas públicas son cada vez menores tras la muerte de su madre y las polémicas que ha protagonizado, el duque de York ha hecho de su casa su principal vía de escape. Precisamente dentro de su parámetro es de donde disfruta de momentos de liberación, como montar a caballo: “Él va a montar a caballo todos los días desde las caballerizas reales en el castillo de Windsor, y ese pasatiempo lo está ayudando a salir de casa (…) Ha dejado de intentar demostrar su inocencia ante los tribunales y, en cambio, se concentra en mejorar su estado de ánimo”, aseguró Ingrid Seward.
Con estas palabras, se demuestra que el hermano de Carlos III no atraviesa su mejor momento a nivel anímico. Aunque esto poco parece importar al soberano, que pese a estar centrado en su vuelta a la vida pública cuanto antes y en recuperarse del cáncer que padece, no ha dudado en hacer un ‘jaque mate’ en toda regla al duque de York.