El miércoles 8 de mayo, el Príncipe Harry regresó a su tierra natal, el Reino Unido, para asistir a la ceremonia de Acción de Gracias de los Juegos Invictus, una competición que él mismo creó en 2014 para apoyar y fomentar la práctica del deporte en veteranos y heridos de guerra. El duque de Sussex viajó al Reino Unido en solitario. Aunque en un principio se barajó con la posibilidad de que fuera con su familia, lo cierto es que ni su mujer, Meghan Markle, ni sus hijos, Archie y Lilibet, le acompañaron.
Otro detalle que ha llamado poderosamente la atención de su estancia en la capital británica es que Harry no se ha reunido con ninguno de los miembros del clan Windsor. Ni su padre, el rey Carlos III, ni la esposa de este, Camilla, así como tampoco su hermano el Príncipe Guillermo y su mujer, Kate Middleton, han podido sacar un hueco para verlo. Como si fuera un verdadero apestado entre los de su linaje, a Harry se le han cerrado todas las puertas. Lo ha intentado por A y por B, pero le han respondido con negativas. Nadie ha tenido ni tiempo ni interés en tener un cara a cara con él. Sin embargo, sí ha habido alguien de su propia sangre que le ha abierto las puertas.
La única persona que ha respaldado a Harry en su llegada a la catedral de San Pablo fue su tío, el Conde Spencer, hermano de la Princesa Diana. Este, al igual que la hermana de Lady Di, sí arroparon a Harry en la fiesta Invictus después de que el "ocupado" rey Carlos "desairara" la reunión, tal y como desliza el diario británico 'The Sun'.
"El príncipe Harry recibió ayer el apoyo de los hermanos de la princesa Diana en su fiesta Invictus", reza el citado diario. "El Conde Spencer y Lady Jane Fellowes le acompañaron en la ceremonia de la Catedral de San Pablo. El Rey estaba a sólo tres kilómetros de distancia, pero demasiado ocupado para reunirse con su hijo", se lee en el rotativo.
En el interior del templo, el duque de Sussex abrazó a los hermanos de su difunta madre, Earl Spencer, de 59 años, y Lady Jane Fellowes, de 67, minutos antes de la ceremonia de conmemoración de los diez años de los Juegos Invictus. En el interior de la iglesia pudo ver también a tres de sus primos: George McCorquodale, de 39 años, Louis Spencer, de 30, y Lara Spencer, de 18. Todos ellos se sentaron en fila detrás de Harry.
Mientras Harry y la familia de su madre asistían a la misa, su padre y su esposa, la reina Camilla, se citaban con otros miembros de la realeza en los jardines del Palacio junto a unos 8,000 invitados.
El Príncipe Harry estará tres días en el Reino Unido
El deseo de Harry era poder reunirse con su padre en su visita de tres días al Reino Unido, pero el pasado martes se confirmó desde el palacio de Buckingham que al soberano le era imposible asistir "debido a la apretada agenda del Rey".
A la vista de los acontecimientos, no cabe duda de que han cambiado mucho las cosas dentro de la realeza británica en los últimos años. Hace una década, Carlos, Camilla y el Príncipe Guillermo acompañaron a Harry en los primeros Juegos Invictus de Londres.
Una amiga de Diana de Gales: "Ahora que Harry ha dejado la Familia Real, los Spencer han vuelto a estar más cerca de él"
Ayer, solo dos personas de su familia, el Conde Spencer y la Baronesa Fellowes, le apoyaron en el servicio religioso que tuvo una hora de duración, seguido de una recepción en la cripta de San Pablo. Harry llegó en torno a las 5 de la tarde y saludó a sus tíos antes de tomar asiento. Después ofreció una lectura ante los asistentes, entre los que se encontraban el actor Damian Lewis. Ingrid Seward, editora de la revista 'Majesty' y amiga de Diana, quien resaltó a la prensa internacional que la presencia de los Spencers en la ceremonia era significativa y muy especial para Harry.
"Charles Spencer quería que la familia Spencer destacara por encima de todas las demás, pero los chicos - los Príncipes Harry y Guillermo- fueron absorbidos por la Familia Real. Ahora que Harry ha dejado la Familia Real, los Spencer han vuelto a reclamarlo y a estar más cerca de él", ha explicado a 'The Sun' la amiga de Diana de Gales.
El Rey Carlos III retomó sus actividades públicas la semana pasada, a pesar de estar aún en pleno tratamiento contra el cáncer. El pasado miércoles presidió un encuentro con numerosos miembros de la realeza en el Palacio de Buckingham. En la cita se encontraban su hermana, la Princesa Ana, los Duques de Edimburgo, Eduardo y Sofía, y los Duques de Gloucester. Los únicos miembros de la realeza que no asistieron, por motivos evidentes, fueron los Príncipes de Gales.
El rey Carlos III y su mujer celebraron una gran fiesta en el palacio de Buckingham
Guillermo había celebrado una investidura en Windsor ese mismo día. Y Kate, por su parte, no está ejerciendo funciones públicas debido a su propia lucha contra el cáncer. También faltaron el Duque de Kent y la Princesa Alexandra, que tienen menos compromisos debido a su fragilidad.