Nos preocupa tanto la felicidad, que la Universidad de Harvard ha dedicado 86 años a su estudio, convirtiéndose en el más longevo de la historia al respecto. Conocido como ‘Estudio sobre Desarrollo Adulto’, comenzó en 1938 y contó con 700 adolescentes, algunos de los cuales eran estudiantes de Harvard, y otros vivían en los barrios más pobres de Boston. La investigación se centró en acompañarlos a lo largo de sus vidas, monitoreando periódicamente sus alegrías y dificultades, su estado físico, mental y emocional. Con el tiempo, también se incluyó a sus parejas y descendientes, ampliando el alcance de los hallazgos.
Robert Waldinger, profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard y maestro Zen, es el cuarto director del estudio, y autor del libro ‘The Good Life’ (‘Una buena vida’), en el que, junto a Marc Schulz, analiza los resultados obtenidos de dicho estudio. Habla de las relaciones que construimos a lo largo de la vida y cómo influyen en nuestro bienestar, de cómo pueden mejorar la manera en la que nos enfrentamos a los problemas o las enfermedades. Aunque hace especial hincapié en un aspecto: el arrepentimiento.
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Harvard desvela los dos grandes arrepentimientos
Cuando los participantes llegaron a sus ochenta años, los investigadores les preguntaron: "Cuando miras hacia atrás en tu vida, ¿qué es lo que más lamentas?" Todos quedaron sorprendidos de las respuestas, por lo inesperadamente consistentes que fueron, puesto que observaron dos grandes arrepentimientos que se repitieron con frecuencia:
No haber pasado suficiente tiempo con las personas importantes en sus vidas
Muchos de los participantes de este longevo experimento, expresaron que desearían haber dedicado más tiempo a sus familias, amigos y seres queridos, en lugar de centrarse tanto en el trabajo. “Nadie en su lecho de muerte desea haber pasado más tiempo en la oficina”, es una frase recurrente que se confirmó con los hallazgos del estudio.
Sin embargo, parece que seguimos sin entenderlo. El número de personas que afirman que tienen estrés laboral crece cada año, y cada vez es más habitual hablar del síndrome del trabajador quemado, o tener dificultades a la hora de tomarnos unos días libres. De hecho, según el estudio de Cigna Healthcare “Cigna Well-Being 360”, el 67% de los españoles afirma que es incapaz de desconectar del trabajo durante las vacaciones. Esta situación puede deberse a la presión que sienten de responder a correos electrónicos y atender llamadas laborales en días de descanso, un dato que pone de manifiesto una situación que, seguro, desencadenará en arrepentimiento.
Haber pasado demasiado tiempo preocupándose por lo que piensan los demás
Otro de los motivos por los que los participantes en el estudio mostraron arrepentimiento, es el haber puesto demasiada atención al qué dirán. Este sentimiento, expresado particularmente por mujeres, reflejó el peso social y las expectativas que a menudo las frenan en su camino personal y profesional.
La psicóloga María do Mondo, en su libro, ‘La opinión de los demás está de más’ (Editorial HaperCollins), nos invita a descubrir el poder de ser uno mismo y liberarnos del miedo a las críticas. “Desde niños crecemos creando una realidad influenciada por el entorno, lo que vemos y oímos de nuestros padres empieza a formar nuestras creencias y formas de ver el mundo”. Afirma que en la infancia, no tenemos la capacidad de cuestionar la información que recibimos, pero el problema aparece cuando somos adultos y seguimos buscando la aceptación y el reconocimiento de los demás, queriendo encajar a toda costa, olvidándonos de nuestro verdadero yo y dañando nuestra autoestima.
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Mondo apunta 8 señales de alarma que podrían indicar que te importa demasiado la opinión de los demás:
- Cuando necesita pedir opinión para cualquiera decisión que quieras tomar.
- Si evitas expresar tus pensamientos o emociones por miedo a ser juzgado.
- Si te cuesta decir no y poner límites.
- Evitas tomar riesgos por miedo a fallar.
- Tienes miedo a ser rechazo.
- Te comparas con los demás con frecuencia.
- Buscas la validación o aprobación ajena en aquello que haces.
- Priorizas a los demás antes que a ti.
¿La solución? La experta habla de empezar con una toma de consciencia acerca de cómo nos está afectando y condicionando. “Hasta que no te conozcas realmente, seguirás buscando la opinión de los demás. Nadie mejor que tú puede saber quién eres y lo que necesitas, pero si vives desconectado de ti mismo, estás perdido”. Por otro lado, habla de reconocer nuestra humanidad. “Nos importa mucho el qué dirán por el miedo a ser juzgados, de ahí la exigencia y el perfeccionismo por querer ser siempre nuestra mejor versión y considerar nuestros errores como fracasos”.
Cómo evitar los remordimientos
Sabiendo que estos son los principales arrepentimientos, ¿qué podemos hacer para evitar caer en ellos? Robert Waldinger sugiere algunas estrategias:
- Priorizar las relaciones personales. No basta con tener amigos o familia, es necesario nutrir esas relaciones con tiempo y atención. Las interacciones diarias, desde compartir una comida hasta enviar un mensaje, son clave.
- Ser más auténticos. Evitar tomar decisiones basadas en el miedo al juicio de los demás y centrarse en lo que realmente queremos.
- Aprender a decir no. Muchas veces, el exceso de trabajo o las preocupaciones sobre la opinión ajena provienen de la incapacidad de establecer límites.
- Planificar el tiempo de calidad. No se trata solo de estar presente, sino de hacer que los momentos con nuestros seres queridos sean significativos y memorables.
- Desconectar de lo superficial. Reducir el tiempo en redes sociales y evitar comparaciones con otros puede ayudarnos a centrarnos en nuestras propias experiencias y relaciones.
El estudio también ofrece una lección importante sobre cómo lidiar con los remordimientos. Waldinger explica que quedarse atrapado en la culpa no ayuda. Se trata de usar el arrepentimiento como una guía para el futuro. “El único uso del arrepentimiento es si nos informa sobre lo que nos gustaría hacer de manera diferente en el futuro”, señala.
Las estrategias para manejar el remordimiento incluyen:
- Aceptar que el pasado no se puede cambiar, pero el presente sí. En lugar de enfocarse en lo que no se hizo, centrarse en lo que aún se puede hacer.
- Reconectar con las personas importantes. Nunca es tarde para fortalecer lazos o retomar relaciones que se han enfriado con el tiempo.
- Cambiar la perspectiva. Muchas veces nos juzgamos con más dureza de la que merecemos. Practicar la autocompasión ayuda a aliviar la carga emocional del remordimiento.
- Convertir el arrepentimiento en acción. Si sientes que no dedicaste suficiente tiempo a las relaciones, empieza hoy a hacerlo. Un pequeño esfuerzo diario puede marcar la diferencia.
El estudio de Harvard nos deja una lección clara: lo que realmente nos hace felices no es el dinero, el estatus o los logros profesionales, sino la calidad de nuestras relaciones y nuestra capacidad de vivir con autenticidad. Tomar conciencia de esto puede ayudarnos a tomar mejores decisiones hoy para evitar arrepentimientos en el futuro.
Las relaciones humanas, el tiempo dedicado a quienes queremos y la tranquilidad de vivir conforme a nuestros valores son los verdaderos pilares de una vida satisfactoria. No esperemos a la vejez para darnos cuenta de ello.