La búsqueda de la felicidad, tan inherente al ser humano, ha hecho que la ciencia se haya embarcado en muchos estudios para encontrar aquello que genera un mayor bienestar en nosotros, lo que hace que tengamos una mejor vida, el origen de la felicidad. Los psicólogos estadounidenses Robert Emmons, profesor de la Universidad de California, y Michael E. McCullough, de la Universidad de Miami, se han embarcado en un estudio para descubrir de dónde proviene la felicidad y estas han sido sus conclusiones.

El estudio y sus resultados

Los dos expertos se propusieron averiguar el origen de la felicidad y con un grupo de voluntarios llevaron a cabo un estudio que ha arrojado luz a esta incógnita. Los investigadores dividieron al grupo de voluntarios en tres subgrupos. Al primero de ellos les pidieron llevar un registro de aquellas cosas de su día a día por las que estuvieran agradecidos, una especie de diario de gratitud. Al segundo grupo, les dijeron que escribieran a diario todo aquello que les molestaba; y al tercer grupo, les pidieron que apuntaran aquellas cosas del día a día que no les despertaba ninguna emoción, ni positiva ni negativa.

Después de 10 semanas hubo hallazgos significativos en la actividad cerebral de los participantes en el estudio. Los que escribieron sobre gratitud se sentían más optimistas y con un mayor bienestar, hicieron más ejercicio físico y tuvieron menos achaques o enfermedades que los que se centraron en escribir aquello que les disgustaba. “La gratitud es, sin duda, una buena medicina”, explicaba Emmons en una entrevista con la BBC.

“Los ensayos clínicos indican que la práctica de la gratitud puede tener efectos impresionantes y duraderos en la vida de una persona. Puede disminuir la presión arterial, mejorar la función inmunológica y mejorar el sueño”, señala el psicólogo.

Gratitud

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Vieron que la gratitud favorece el desarrollo de una actitud positiva y empática, además de aliviar el estrés. Esto ocurre porque estimula el hipotálamo, mejorando el metabolismo, el manejo del estrés y otras funciones esenciales. Regula hormonas clave para la supervivencia, como las relacionadas con el apetito, el sueño y las respuestas emocionales. Además, la gratitud libera dopamina, conocida como la hormona del placer, potenciando el bienestar general. Comprobaron que también la gratitud puede ayudar a "reducir el riesgo de depresión, ansiedad y trastornos por abuso de sustancias”.

Los investigadores explicaron que “una simple intervención escrita de gratitud estuvo asociada con una sensibilidad neuronal con mayor duración e intensidad. Los sujetos que participaron en la carta de gratitud mostraron tanto conductas como una mayor modulación neuronal relacionadas con la corteza medial prefrontal 3 meses después”. 

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El impacto de la gratitud en nuestra vida

La gratitud no solo es una emoción, sino una práctica que transforma profundamente nuestra forma de percibir y experimentar la vida. Más allá de simplemente decir "gracias," implica reconocer y valorar los aspectos positivos de nuestra existencia, incluso en medio de los desafíos vitales. Tiene beneficios tan increíbles como estos:

  • Impacto en las emociones: La gratitud actúa como un escudo contra el estrés, la ansiedad y la depresión. Cuando entrenamos nuestra mente para identificar lo positivo en lugar de enfocarnos exclusivamente en lo negativo, creamos un refugio emocional que nos aporta calma y estabilidad. Estudios psicológicos han demostrado que las personas que practican la gratitud con regularidad tienden a experimentar mayores niveles de felicidad y optimismo.
  • Fortalecimiento de las relaciones interpersonales: Expresar gratitud a quienes nos rodean no solo mejora nuestras relaciones, sino que fomenta un ambiente de confianza y cariño. Cuando le agradecemos sinceramente a alguien, reforzamos los vínculos emocionales y fomentamos una conexión más profunda. La gratitud también es un motor para resolver conflictos, ya que abre las puertas a la empatía y al entendimiento mutuo.
  • Resiliencia y adaptación ante la adversidad: Cultivar la gratitud en tiempos difíciles es una herramienta poderosa. Nos ayuda a cambiar el foco de atención, desde lo que nos falta o lo que nos preocupa, hacia lo que aún tenemos y valoramos. Este cambio de perspectiva no solo nos brinda consuelo, sino que también refuerza nuestra capacidad de adaptarnos y crecer frente a los retos de la vida.
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  • Beneficios para el físico: Sorprendentemente, la gratitud también tiene efectos positivos en el cuerpo. Está asociada con una mejor calidad del sueño, menos dolores físicos y una mayor energía diaria. Las personas agradecidas tienden a cuidar mejor de sí mismas, adoptando hábitos saludables y manteniendo un equilibrio físico y emocional.
  • Perspectiva positiva y satisfacción general: Una vida vivida con gratitud es una vida llena de sentido. Cuando practicamos la gratitud, aprendemos a apreciar no solo los grandes logros, sino también los pequeños momentos que enriquecen nuestra existencia. Esto nos lleva a una sensación de plenitud y satisfacción que ninguna otra práctica puede igualar.
  • Cómo incorporar la gratitud en tu día a día: Practicar la gratitud no requiere grandes esfuerzos. Podrías comenzar escribiendo un diario de gratitud, donde cada día apuntes tres cosas por las que te sientes agradecida. También puedes expresar tu gratitud de manera más activa, como dando las gracias a alguien en persona, escribiendo una carta, o simplemente reflexionando sobre los aspectos positivos de tu vida durante unos minutos al día.

Conforme cultivamos la gratitud como hábito, descubrimos que los beneficios se expanden más allá de nosotros mismos, impactando en nuestras relaciones, nuestra salud y nuestra visión del mundo. Según la ciencia, es lo que tienen en común las personas más felices del mundo.