Reconfortantes y muy completas. Las mascarillas faciales son la forma más sencilla de proporcionar nutrientes a la piel, especialmente en esta época, en la que nuestro rostro sufre las altas temperaturas y los estragos del sol. A diferencia de las cremas, sus fórmulas contienen grandísimas concentraciones de principios activos, lo que las hace actuar de una forma casi instantánea. Pero, además, las mascarillas no solo trabajan en la capa superficial de la piel, como es el caso de las cremas convencionales, sino que también llegan a las más profundas. ¿Tus mejores aliadas este verano? Las mascarillas frías. ¡Descúbrelas!

Así actúan

El ‘efecto frío’ en cosmética suele relacionarse principalmente con las cremas corporales cuyo objetivo es combatir la celulitis y aliviar las piernas cansadas. Sin embargo, las mascarillas frías faciales también ofrecen una sensación altamente refrescante que posee muchos beneficios. El frío causa vasoconstricción en los capilares de la piel, disminuyendo la irrigación. Esto es muy útil para combatir la hinchazón y desinflamar el rostro, batallando a la vez contra las bolsas de los ojos. Pero no solo eso, las mascarillas efecto frío también ayudan a que los poros sean menos visibles, reducen el aspecto de cansancio, y calman las irritaciones, tan habituales debido al calor extremo de estos meses. ¿El resultado? Un rostro más descansado y fresco, y con un aspecto mucho más luminoso.

Efecto crioterapia

Por lo general, estas mascarillas se basan en el poder del frío y se inspiran en la técnica de la ‘crioterapia’, que consiste en exponer la dermis a temperaturas bajas para revitalizar, tensar, descongestionar y refrescar

la piel al instante. De hecho, las crio-mascarillas son capaces de reducir la temperatura del rostro hasta en 2ºC.

mascarillas fríass
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Así se aplican

En principio solo tienes que extender una fina capa de mascarilla sobre tu rostro, desde el centro de la cara hacia los extremos. Termina con un pequeño masaje con movimientos ascendentes en el cuello. Lo ideal es dejar la mascarilla fría el tiempo necesario y seguir las instrucciones del prospecto. Un buen momento para aplicarla puede ser después de cenar y antes de irte a dormir, ya que es en ese punto cuando la piel entra en un proceso de regeneración celular y se potenciarán los efectos de la fórmula.

Eso sí, recuerda que es suficiente usar mascarillas faciales una o dos veces por semana (siempre en días alternos), para favorecer el ciclo natural de renovación de la dermis. Sigue bajando y ficha algunas que tienes que probar ya.