La toxina botulínica y los estimuladores o inductores de colágeno se erigen como las mejores opciones para mantener la piel joven. Sin embargo, hay muchas dudas acerca de estos tratamientos estéticos enfocados en rejuvenecer el rostro en tiempo récord. ¿Qué resultados se obtienen? ¿Tienen los mismos beneficios? ¿Cuál es el más adecuado para mí? Una experta explica a fondo las particularidades de cada uno de estos tratamientos de moda.

Toxina botulínica: la solución para las arrugas dinámicas

La toxina botulínica, conocida como bótox, es uno de los tratamientos ambulatorios más populares en medicina estética. Es un protocolo indicado para suavizar las arrugas y líneas de expresión, especialmente en áreas como la frente, el entrecejo y el contorno de los ojos. Pero ¿es la toxina botulínica para todo el mundo? ¿Qué hace exactamente el bótox?

La Dra. Carmen Górriz, subdirectora de la Unidad de Medicina Estética de IMR, centro de dermatología de vanguardia, explica que “la toxina botulínica bloquea temporalmente la contracción de los músculos faciales, suavizando las arrugas dinámicas, las de la frente, el entrecejo o las patas de gallo. Aunque se aplica principalmente para tratar las arrugas de expresión en el tercio superior, también se puede aplicar en el resto del rostro para quitar fuerza a ese músculo que está marcando la arruga”.

Según lo que comenta la experta, la toxina botulínica sería una herramienta ideal prevenir el envejecimiento prematuro al relajar temporalmente los músculos faciales responsables de las arrugas. Además, sus efectos se observan rápidamente, son visibles entre dos y siete días, y su duración es de entre tres y seis meses, dependiendo del caso.

Bótox

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Inductores de colágeno: Densidad y firmeza

Ya conocemos más de cerca el bótox, pero ¿qué podemos esperar de los estimuladores de colágeno? Es el tratamiento del que todo el mundo habla y se han disparado las demandas de inductores de colágeno en las clínicas de medicina estética. ¿Son el elixir de la eterna juventud?

La Dra. Górriz apunta que “los estimuladores de colágeno tienen la capacidad de inducir la producción natural de colágeno, mejorando la firmeza y elasticidad de la piel con un efecto progresivo. Dependiendo de cómo se procesen, incluso son capaces de comportarse como rellenos, explica la Dra. Górriz. De hecho, añade, dependiendo del tipo de estimulador de colágeno con el que nos encontremos, las aplicaciones variarán”.

Hay distintos tipos de inyectables de inductores de colágeno:

• Hidroxiapatita de calcio: restaura el volumen y mejora la calidad de la piel. Es ideal para redefinir pómulos, línea mandibular y mejorar el aspecto de las manos.

• Ácido poliláctico: estimula la producción de colágeno a largo plazo, está más indicado para la mejorar flacidez facial y corporal.

• Polinucleóticos: mejoran la hidratación y regeneración celular, ofrecen resultados fabulosos en pieles finas, ojeras y cuello.

Según argumenta la doctora, los inductores de colágeno serían una opción fantástica para mejorar la densidad y la firmeza de la piel y también para todas aquellas personas que persigan un tratamiento que ofrezca un resultado muy natural y progresivo. Tiene una duración mayor que la de la toxina botulínica llegando a durar sus efectos entre los 12 y los 24 meses, todo depende del producto que se haya inyectado y de la respuesta del propio paciente.

Rellenos

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Combinación de bótox y estimuladores de colágeno

Una vez analizados los efectos de ambos tratamientos ya podríamos elegir cuál sería el ideal en nuestro caso. Pero ¿y si combináramos ambas técnicas?

“La combinación de la toxina botulínica y los estimuladores de colágeno es ideal para un rejuvenecimiento global. Mientras la primera se ocupa de las arrugas dinámicas, los segundos son excepcionales para la mejora de la calidad y la estructura de la piel, diferencia la especialista. Al fin y al cabo, la elección del tratamiento adecuado depende de las necesidades individuales de cada paciente y debe ser realizado por un profesional médico especializado en medicina estética y dermatología”. Indica la Dra. Górriz, y añade “No hay un tratamiento mejor que otro, sino la correcta combinación de tratamientos para obtener un resultado integral”.

Combinar toxina botulínica y estimuladores de colágeno es la dupla perfecta para un rejuvenecimiento facial completo y natural. Mientras la toxina botulínica relaja los músculos responsables de las arrugas dinámicas (como las líneas de expresión en la frente o el entrecejo), los estimuladores de colágeno trabajan a otro nivel, mejorando la calidad de la piel desde dentro al promover la producción de colágeno propio. El resultado es una piel más lisa, firme y con un aspecto fresco, ya que se suavizan tanto las arrugas superficiales como la flacidez. Además, esta combinación permite espaciar los tratamientos en el tiempo, potenciando los efectos y logrando un acabado más duradero y natural. ¡Una estrategia ganadora para quienes buscan resultados sutiles pero efectivos!