La Catedral de Chester ha sido testigo esta mañana del enlace del año en el Reino Unido. Hugh Grosvenor, séptimo duque de Westminster y uno de los hombres más acaudalados del país, ha contraído matrimonio tras un breve noviazgo de tres años con Olivia Henson en una ceremonia que nada tenía de íntima – pero sí de fastuosa– que congregó a la flor y nata de la sociedad británica en el mismo templo que antaño vio casarse a los padres de Hugh Grosvenor y a sus hermanas. Alrededor de 400 selectos invitados se dejaron caer en uno de los eventos más esperados del año. Como era de esperar, en general, las invitadas destacaron tanto por su elegancia como por sus imponentes elecciones de moda. Analizamos los mejores estilismos de las invitadas a esta boda de alto copete.
La presencia de destacados miembros de la realeza británica no despuntó demasiado en este enlace. El príncipe Guillermo, duque de Cambridge, fue el único en acudir, pues no confirmaron su asistencia ni los reyes Carlos y Camila, ni Kate Middleton, que se encuentra apartada de la vida pública desde que diera a conocer el cáncer que actualmente esta afrontando. Por otro lado, Meghan Markle y el príncipe Harry, que otrora tuvieran una estrecha relación, tampoco han estado presentes en el enlace, según se dice, para evitar situaciones incómodas debido a la fría relación que existe entre los hermanos.
Del precioso vestido de novia de Olivia Henson al look de invitada de la madrina
No obstante, la iglesia, situada muy cerca de Eaton Hall, se llenó de otras socialités, empresarios y aristócratas bien relacionados con esta nueva pareja. Y, como ya dijimos, no fueron pocos. Aunque Hugh Grosvenor apenas tiene 33 años, es uno de los hombres más ricos del Reino Unido y según reveló la Lista de Riqueza del Sunday Times en 2024 el aristócrata podría llegar a tener un patrimonio neto de unos 10.127 millones de libras.
Olivia Henson ha optado por un vestido de novia precioso que se adaptaba perfectamente a su figura y con el que se veía como una princesa de cuento. Sin embargo, a pesar de que el corte del vestido era de lo más clásico, escondía un detalle, digamos...un tanto atrevido para una boda de este calado.
El vestido, un diseño de la firma Emma Victoria Payne, tenía una evidente inspiración 'boudoir' pues estaba cubierto de encajes y puntillas, especialmente en el escote redondeado y en las mangas. El corte general del vestido era sencillo, sin estridencias, ni volúmenes desmesurados ni desequilibrios que llamasen la atención. No obstante, en la parte baja de su espalda el vestido contaba con una abertura que dejaba ver su columna. Eso sí, Olivia apostó por un ligerísimo velo que cubría su rostro, pero que era tan liviano que podía perfectamente distinguirse una tiara en su moño de motivos vegetales, unos pendientes de perlas de estilo drop y un maquillaje de lo más elegante y sutil.
En la boda del duque de Westminster y Olivia Henson se colaron también algunas de las tendencias actuales como: los colores vibrantes (el rojo o el fucsia), el punto calado, los estilismos monocromáticos y los cortes midi más adecuados para una boda de mañana.
La elegancia discreta y los diseños más tradicionales se mezclaron con algunas de las 'microtendencias' que han causado furor en el mundo de la moda en los últimos meses. Los tocados y sombreros, esenciales en este tipo de ceremonias diurnas, también tuvieron mucho que decir, desde los más clásicos hasta las interpretaciones modernas y atrevidas con plumas, redecillas y encajes.