Máxima de Holanda apuesta por el 'blue velvet' que Isabella Rossellini rescató en los Oscar ¿Tendencia a la vista?

La moda es un juego de sincronías y guiños inesperados hechos a tiempo, y si alguien sabe interpretarla con maestría, esa es Máxima de Holanda. La reina de los Países Bajos ha viajado a Chipre en su primer viaje oficial del año y, pese a que ya la vimos llegando a la isla mediterránea, ha sido esta mañana cuando la hemos visto aparecer con un majestuoso look en el Palacio Presidencial de Nicosia. Todo ha empezado con la tradicional ceremonia de bienvenida y una posterior ofrenda floral nos han dejado una imagen digna de análisis: Máxima enfundada en terciopelo azul, ese azul eléctrico, tornasolado y que juega con la luz que tan bien le sienta y con el que, ahora, nos planteamos. ¿Es el terciopelo azul una tendencia emergente? Te lo contamos. 

Pero la historia va más allá de la impecable elección estilística de la monarca. El azul terciopelo de su vestido, su tocado a tono y los salones cubiertos del mismo tejido nos llevan inevitablemente a otra imagen que ha dado la vuelta al mundo en los últimos días: Isabella Rossellini en la alfombra roja de los Premios Oscar 2025. La legendaria actriz italiana, musa de David Lynch y protagonista de "Blue Velvet", quiso rendir homenaje al director de cine, fallecido hace apenas unos meses, con un vestido de terciopelo azul firmado por Dolce & Gabbana. Un momento que desató la locura entre editoras de moda y expertos en tendencias, y que, apenas unas horas después, parece haber encontrado la forma de hacerse eco en la silueta regia de Máxima de Holanda.

Máxima de Holanda apuesta por el terciopelo azul en su visita a Chipre 

El paralelismo es inevitable: dos mujeres que han dejado huella en sus respectivos campos, dos figuras con un carácter magnético y una presencia imponente que, sin necesidad de recurrir a estridencias, saben cómo hacer que la moda hable por ellas. Y lo hacen a través de un color y un tejido cargado de significado: el terciopelo azul, con su halo de misterio, sofisticación y melancolía cinematográfica.

El look de Máxima es un despliegue de acierto estilístico en el que cada detalle ha sido meticulosamente calculado. El vestido estaba firmado por el diseñador griego Costarellos, un guiño a la recién casada Chrysi Vardinogianni, desde hace apenas un mes esposa de Nicolás de Grecia. Este diseño contaba con manga larga y con un drapeado lateral rematado por un broche joya a la altura de la cadera.

El tocado nunca pasa de largo en sus estilismos y hoy eligió un casquete ladeado en el mismo tono que ponía una nota clásica al look-quizá demasiado-, mientras que los salones de terciopelo reforzaban esa cohesión cromática que tanto favorece a la melena rubia de la monarca. Como complemento final, unos pendientes de zafiros. ¡Bravo por Máxima! 

Isabella Rossellini en la alfombra roja de los Oscar 2025 con un vestido de terciopelo azul 

Ahora bien, ¿significa esto que el terciopelo azul se convertirá en la próxima gran tendencia? Quizá no con la fuerza arrolladora de colores como el marrón chocolate o el granate, pero lo cierto es que esta tonalidad ha estado dejando pistas en las últimas pasarelas. No ha sido un absoluto protagonista, pero sí ha aparecido en pinceladas precisas dentro de las colecciones de casas como Emporio Armani o Gucci. En el panorama nacional, firmas como Pedro del Hierro, Menchén Tomàs o Álex Rivière han sabido incorporarlo con maestría, demostrando que el azul terciopelo es una microtendencia en crecimiento.

Su impepinable presencia en la moda de invitada es otro indicativo de su evolución. Este tejido, que tradicionalmente se ha reservado para vestidos de noche, está encontrando su espacio en diseños diurnos, es un hecho que no podemos pasar por alto. No es descabellado pensar que en los próximos meses veremos cómo también invade los trajes de chaqueta y pantalón, esperemos, en tejidos ligeros. 

En definitiva, lo que Isabella Rossellini llevó a la alfombra roja y lo que Máxima de Holanda ha defendido en su último viaje a Chipre no es un simple capricho estilístico, sino una declaración de intenciones. El terciopelo azul tiene un carácter imparable. Quizá no arrase en las calles como otros colores estrella, pero su halo de exclusividad y su carga estética lo posicionan como una apuesta segura para quienes entienden la moda no solo como un juego, sino como una forma de contar historias.