En estos pasados días hemos podido ver grandes novias, como la duquesa de Medinaceli en su aristocrática boda en Jerez de la Frontera, o Michelle Salas, la hija del cantante Luis Miguel, que dio el 'sí, quiero' en la Toscana con un impresionante vestido de Dolce & Gabbana. Pero también ha habido otras, muchos menos mediáticas que han pasado más inadvertidas al foco público, que nos han dejado a unas novias maravillosas. Ese ha sido el caso de Elena Sánchez, quien celebró su boda con el torero Roberto Domínguez, tras varios años de discreta relación, convertida en la bailarina más romántica y espectacular.
No todas las novias eligen el tradicional blanco y el velo para darse el 'sí, quiero'. Hay otro tipo de bodas (que los propios protagonistas consideran más una fiesta para celebrar el amor) en las que se permiten mayores licencias a la hora de elegir el look nupcial, y la que fuera presentadora de Días de cine, de TVE, lo ha hecho luciendo el vestido más bonito. Ideal para desfilar por la alfombra roja de los Premios Goya, pero también para sellar uno de los días más felices y románticos de su vida.
Elena Sánchez, una novia convertida en una bailarina de Degas
La propia Elena Sánchez dio las claves para definir su maravilloso look nupcial con muy pocas palabras: "El día que me escapé de un cuadro de Degas…", haciendo referencia al pintor francés impresionista famoso por sus delicadas bailarinas.
Elena cambió el blanco por el rosa palo, luciendo un espectacular vestido de cuello halter, con el cuerpo ceñido y una vaporosa falda de varias capas de tul, de más de 150 metros, que daban volumen y la convertían en la bailarina más glamurosa. Una creación del diseñador Ze García que él mismo definió como "dramático, regio, original, y elegante".
Para completar el look, la periodista eligió unas sandalias de plataforma y tacón en bloque plateadas con acabado en relieve, de Aquazzura, muy tendencia esta temporada, y también rompían con los clásicos zapatos de novia.
Elena Sánchez eligió un look nupcial diferente y muy elegante
Un look nupcial diferente y original, pero sobresaliente, en el que los metros y metros de tul de la falda se llevaron todo el protagonismo.
Un vestido de novia, pero también de fiesta, que nos recuerda, salvando las distancias, al vestido de Versace que Penélope Cruz lució en la gala de los Oscar de 2007, alzándola como la invitada más elegante de la edición.
Elena vivió su boda con Roberto Domínguez como "mi fiesta más divertida y especial junto a nuestros cómplices de vida", y lo hizo con el vestido de novia que la ha convertido en una de las más elegantes de la temporada.