No está pasando su mejor momento, tras una separación de Javier Ungría más conflictiva de la esperado, por eso la familia y sus amigas se han convertido en el mejor refugio y apoyo para Elena Tablada. Con ellas salió a comer a un céntrico restaurante de Madrid, y como no hay nada mejor que poner al mal tiempo buena cara lo hizo con un estilismo muy estudiado, cuidado hasta el último detalle y con todos los tips de las tendencias street style de esta temporada.
No nos cansamos de decir que el bolso es el complemento imprescindible para elevar cualquier look y con el buen tiempo el abanico se abre también a los modelos menos formales, como los bolsos de rafia, aunque la diseñadora ha apostado por el clasicismo y la atemporalidad de un modelo eterno de la firma más exclusiva. Porque Elena ha recurrido nada más y nada menos que a Hermès, la marca más deseada pero también la más exclusiva del mundo fashion.
Las prendas más urbanas y el bolso más clásico: el acertado mix de Elena Tablada
Relajado, casual, informal, pero muy fashion, así ha sido la elección que ha hecho Elena Tablada para esta salida con amigas. La diseñadora, fiel seguidora de las últimas tendencias, se decantó por un estilo muy urbano con una minifalda cargo de camuflaje, una de las prendas estrella de la primavera, una camiseta básica gris y encima una camisa abierta estilo vaquera de tejido lavado. Los complementos también estuvieron a la altura, desde las sneakers New Balance con plataforma, otra de las estrellas de esta temporada, que ella llevó con calcetines, y el bolso bandolera de Hermès.
El bolso de Elena es el modelo Constance de la firma francesa, en gris con el cierre con la emblemática H. Un modelo estructurado, urbano con un toque sport, clásico y a la vez desenfadado, que nació en 1967 y sigue siendo uno de los grandes iconos de la casa. El único problema es que, como todos los bolsos de Hermès, el precio no baja de los 10.000 euros, dependiendo del tipo de piel.
Historia del icónico bolso
En 1967, Jean-Louis Dumas, CEO de Hermès, pidió a la diseñadora Catherine Chaillet que diseñara un bolso para la maison. Ella estaba embarazada y le puso el nombre en honor a su hija Constance, que nació el mismo día que el primer modelo salió de la tienda de producción de Hermès. Un bolso elegante y atemporal, para transmitir de madres a hijas.