A simple vista puede parecer que el vestido blanco impoluto de Ana Obregón es un vestido más, de los muchos que luce y ha lucido a lo largo de sus últimas apariciones públicas. Sin embargo, lanza un mensaje muy especial. Es una llamada de atención al cielo. La presentadora rinde homenaje a su hijo Álex Lequio por medio de la psicología del color cada vez que hace acto de presencia en televisión.
Tal y como ella misma explicó: “El blanco es el luto en la religión budista y en otros países. En televisión siempre voy de blanco, aunque en mi vida cotidiana me vista de negro. Todavía estoy guardando luto por mi hijo”.
El vestido es una maravilla. Una pieza de fiesta, de alta costura diseñada por Rubén Hernández. Se trata de un sofisticado conjunto ajustado de manga tres cuartos, largo midi, con hombreras XL, con un pronunciado; pero elegante, escote y detalle de cinturón en el mismo tono que el vestido.
El estilismo, asimismo, han sido acompañadas de unas preciosas joyas de Rabat y zapatos salones de Magrit, en color bermellón. El detalle más especial del atuendo lo pone un colgante con el nombre su hijo Álex en color plateado, con motivos brillantes. Junto a ella estaban Anne Igartiburu, -quien ya es una de sus grandes amigas- y Boris Izaguirre que presentará junto a la bióloga el especial navideño ‘Telepasión’.
El vestido blanco de Ana Obregón es un homenaje a su hijo Álex Lequio
Cada aparición pública de Ana desde hace 19 meses, fecha trágica por el fallecimiento de su único hijo Álex Lequio, es una oda al amor en toda regla. La actriz aprovecha cada acto público para rendir homenaje a su retoño. "Duele infinitamente no escuchar tu voz diciendo lo más bonito que me han llamado en mi vida, es solamente una palabra: ‘Mamá”, escribe emocionada Ana en sus redes sociales, dejando patente el terrible momento de dolor por el que está atravesando.
Le envía mensajes en forma de textos en sus redes sociales y también a través de la psicología del color en las prendas que lleva. En la religión budista el color blanco denota descanso y pensamiento. En el color de lo espiritual, de la pureza y la calma. Y es precisamente lo que Ana nos transmite con sus estilismos.
Se prepara para dar las Campanadas en su año más difícil
Al dolor por la pérdida de Álex, se suma el fallecimiento de su madre hace escasos meses. Pese a estar rota de dolor, Ana ha sacado fuerzas de flaqueza para presentar las Campanas en TVE, junto con Anne Igartiburu que también está atravesando unos meses complicados tras su ruptura sentimental del director de orquesta, Pablo Heras-Casado. Aunque, pese a todo, la presentadora y el músico se han separado de forma amistosa por el hijo que tienen en común.
Son el tándem perfecto y cuando se las ve en pantalla (y detrás de ella) queda claro la buena sintonía que existen entre ambas. Se cuidan, se arropan y se complementan a la perfección.