No es la primera vez que Tania Llasera tiene que responder ante las críticas en redes sociales, comentarios sobre su físico que no ha dudado en acallar con un vídeo en el que sale abriendo el desfile de Juan Duyos como modelo de excepción. ¿Sigue siendo la gordofobia un mal de nuestro tiempo? Hablamos con una experta sobre los efectos en la salud mental y la importancia del activismo en redes para atajar el problema.
Tania Llasera tajante ante las críticas a su cuerpo
Tania Llasera lleva años visibilizando la diversidad de cuerpos, una batalla que le ha reportado numerosas críticas y todas ellas relacionadas con su imagen y su peso. La presentadora quiso dar otro paso al frente y seguir defendiendo la inclusión de todos los cuerpos en los diferentes ámbitos de la sociedad y abrió la pasarela de Duyos en la pasarela Arona More Than Fashion 2024. “Pisé la pasarela de vuestra mano chicas, pensando en todas a las que se nos recuerda cada día, que no tenemos un cuerpo modélico. Y volé. Y no me importa si lo hice bien o mal, lo disfruté TANTO…y eso no me lo quita nadie. Me llevo esta experiencia hasta la tumba, así que gracias cuerpo”, declaraba en sus redes sociales.
Este post de Tania, es una nueva oportunidad para preguntarnos como sociedad ¿qué impacto tiene la gordofobia en la autoestima y la salud mental de quienes la experimentan? Para analizarlo hablamos con la psicóloga Ana Morales, autora de l libro “¡Qué Buena Estoy! Tira las dietas a la basura y vive con salud emocional” (Ed. La Esfera de los Libros) que explica a SEMANA que “La gordofobia es como un martillo golpeando constantemente nuestra autoestima. Nos manda el mensaje de que nuestro cuerpo “está mal” solo por no ser delgado, y cuando eso se vuelve repetitivo, lo terminamos creyendo. Poco a poco, empezamos a vernos como ‘un problema a resolver’, y de ahí nace una relación tóxica con el cuerpo”.
“Este juicio constante no solo daña la autopercepción, sino que afecta nuestro día a día:nos cuesta creer en nuestro propio valor, nos convertimos en nuestro peor crítico, y esto puede fácilmente derivar en ansiedad, depresión o una autocrítica brutal. Es complicado quererse cuando el mundo te recuerda a diario que tu cuerpo “no encaja”. Y esto no solo es dañino, también puede abrir la puerta a problemas de alimentación y a un estrés constante que va mermando poco a poco la salud mental”, afirma Ana Morales.
El activismo necesario de Tania Llasera
A los comentarios sobre si no estaba cansada de hablar siempre de lo mismo que ha recibido en sus redes, Tania respondía: “10 años hablando de lo mismo. ¿Aburrida? Claro. Pero seguiré como un perro con un hueso hasta que vea un cambio real en el juicio al cuerpo de la mujer, lo yo hago desde hace 10 años y no, no es apología de la obesidad. Yo considero que es lo mínimo pedir respeto, dignificar y valorar TODOS los cuerpos. Entendiendo que hay mucho cánones y constituciones, no solo uno. Que la belleza está dentro, seas como seas. Y que la salud, solo nos interesa a nosotras, que ya tenemos espejo gracias. Y un montón de tiendas donde no hay ropa de nuestra talla, por si faltase recordarnos que no cabemos en la sociedad. Eso sí que es insalubre para nuestra salud mental”.
Con respecto al activismo en redes de Tania Llasera la psicóloga expone que es una bocanada de aire fresco. Cada vez que alguien da un paso adelante y nos muestra que los cuerpos reales vienen en todas las formas y tamaños, es un avance hacia una sociedad más inclusiva. Este tipo de mensaje es un recordatorio de que todos los cuerpos son válidos, de que no existe un “modelo único” que debamos cumplir. Y eso, en un mundo que parece obsesionado con decirnos cómo debemos ser, es necesario.
Este activismo cumple otro papel importante: cambia la narrativa de que un cuerpo solo merece amor y respeto si encaja en el molde “correcto”. Tania, a golpe de reel, nos muestra que su cuerpo es suyo y que merece respeto, no por cumplir un estándar, sino por existir. Este mensaje, tan directo y sin adornos, ayuda a que muchas mujeres se cuestionen esas normas absurdas y empiecen a verse a sí mismas con menos crítica y más aceptación. "¿Alguna vez nos hemos preguntado quién se beneficia de que nos odiemos por no encajar en un molde? Desde luego nosotras no, solo una industria que se enriquece a costa de nuestra inseguridad”.
La percepción de la ‘salud’ y la ‘belleza’ en nuestra cultura
Tania recibe muchas críticas sobre su cuerpo, muchas de ellas alegando que ella está haciendo apología de la obesidad. “La gordofobia ha hecho que confundamos salud con estética. Nos enseñaron que estar 'sanas' es estar delgadas, cuando en realidad la salud va mucho más allá del peso: es también estar bien emocional y mentalmente. Pero el mensaje que recibimos es que solo los cuerpos delgados (y ahora también musculados) son 'saludables'. Y eso ignora por completo que la salud mental, la paz con nuestro propio cuerpo, es tan importante como cualquier número en una báscula”, asegura Ana Morales.
Estar delgada no siempre es sinónimo de estar más ‘sana’. “El ideal de “delgada y tonificada” parece ser más inclusivo, pero sigue siendo un molde restrictivo. Aunque aparentemente parezca una imagen “más saludable”, sigue siendo un molde imposible que, si no se cuestiona, termina generando presión, frustración y hasta nuevos trastornos. Antes se hablaba de anorexia o bulimia, y hoy tenemos que agregar vigorexia, la obsesión por aumentar el músculo, y ortorexia, esa obsesión enfermiza por la comida “perfecta y saludable”. La gordofobia y sus mensajes sutiles o directos refuerzan la idea de que solo merecemos respeto y somos valiosas si cumplimos con un molde estético, y eso no es salud, es presión”.
Si la estética se convierte en nuestro objetivo principal dejamos en un segundo plano la salud. “Estar bien debería ser algo que empieza de adentro hacia afuera, y no otro mandato que perseguir sin descanso”, sentencia la psicóloga.
¿Estar en contra de la gordofobia significa estar a favor de la obesidad?
Este es un gran melón que hemos abierto con Ana Morales que argumenta que “estar en contra de la gordofobia no significa promover o romantizar la obesidad; se trata de pedir respeto para todos los cuerpos. La idea es que cada persona, tenga el cuerpo que tenga, pueda vivir sin ser juzgada o etiquetada solo por su apariencia. No se trata de decir que un tipo de cuerpo es “mejor” o “peor”, sino de entender que el valor de una persona no depende de su tamaño o peso”.
La psicóloga señala que es importante destacar que la salud es un concepto mucho más amplio y no puede reducirse a lo que vemos desde fuera. La verdadera salud engloba lo físico, lo mental y lo emocional, y no se mide solo en kilos.