Rania de Jordania es una de las mujeres de la realeza que más titulares ha acaparado en los últimos años. Su estilo impecable, su elegancia innata y su belleza hacen que sea una de las ‘royals’ preferidas por las revistas del corazón y su estilo de vida y hábitos saludables están siempre bajo el foco. Su dieta es una de sus armas infalibles para lucir radiante a los 54 años.

Los hábitos saludables de Rania

La reina jordana es muy deportista. Practica running, yoga, pilates e incluso kickboxing, disciplinas que ofrecen beneficios únicos y complementarios para el cuerpo y la mente. El yoga ayuda a reducir el estrés, mejorar la flexibilidad y fomentar una conexión interna a través de posturas y respiración. Pilates se centra en fortalecer el core, mejorar la postura y aliviar dolores de espalda con ejercicios suaves y efectivos. El kickboxing, por su parte, combina cardio y fuerza, mejorando la resistencia, tonificando el cuerpo y liberando endorfinas que aumentan el bienestar. Practicar estas disciplinas es una excelente forma de lograr equilibrio físico, mental y emocional a Rania y le permite mantener el foco y su centro equilibrado.

Rania lleva una dieta muy sana donde no faltan las verduras al vapor, la carne de cordero, el pescado a la plancha o el arroz integral. ¿Cuál es el método de alimentación que sigue para mantener la línea y evitar los antojos y ataques de hambre? La dieta de bajo índice glucémico.

Cómo es la dieta de bajo índice glucémico

La dieta de bajo índice glucémico (IG) que sigue Rania tiene un enfoque nutricional diseñado para mantener los niveles de glucosa en sangre estables, lo cual aporta múltiples beneficios para la salud y el bienestar.

El índice glucémico clasifica los carbohidratos en función de cómo afecta el nivel de azúcar en sangre: los alimentos de bajo IG (por debajo de 55) se digieren y absorben lentamente, proporcionando energía sostenida sin generar picos bruscos de glucosa e insulina. Esta estabilidad ayuda a prevenir el almacenamiento excesivo de grasa, facilita el control del peso, y es ideal para personas con resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 o síndrome metabólico, y para las personas que como Rania quieren mantener un peso saludable sin esfuerzo y sin pasar hambre.

Una dieta de bajo IG se basa en el consumo de alimentos naturales como frutas y vegetales frescos, granos enteros, legumbres, frutos secos y proteínas magras, reduciendo al mismo tiempo el consumo de azúcares añadidos y carbohidratos procesados. Por ejemplo, alimentos como manzanas, peras, cerezas, quinoa, avena y lentejas tienen un índice glucémico bajo y son ricos en fibra, lo que contribuye a una digestión más lenta y a la liberación gradual de glucosa en el torrente sanguíneo. Esto permite que la energía se mantenga constante, evitando los "bajones" de azúcar y la necesidad de consumir snacks poco saludables entre las comidas.

Beneficios de la dieta de bajo IG

Entre los beneficios de una dieta de bajo índice glucémico, se encuentra la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Al limitar la liberación rápida de insulina, se ayuda a evitar el almacenamiento de grasa abdominal, que suele ser perjudicial para la salud metabólica. Además, el bajo IG favorece la saciedad, lo cual facilita el control del apetito y ayuda a reducir las calorías consumidas a lo largo del día, facilitando la pérdida de peso de forma sostenible. Este método es muy útil para personas como Rania que practican deportes de resistencia, ya que los carbohidratos de bajo IG proporcionan energía prolongada, optimizando el rendimiento.

Además de los beneficios físicos, el bajo índice glucémico tiene un impacto positivo en la función cognitiva y en el bienestar emocional. Al evitar los picos de azúcar en sangre, se reduce el riesgo de sufrir fluctuaciones en el estado de ánimo y se favorece una mejor concentración. Mantener estables los niveles de glucosa también ayuda a prevenir la fatiga y mejorar la claridad mental, proporcionando un flujo continuo de energía al cerebro. Los estudios sugieren que una dieta de bajo IG puede ser beneficiosa para personas que padecen trastornos de ansiedad o depresión, ya que los cambios abruptos en la glucosa suelen agravar los síntomas.

Implementar esta dieta es sencillo: se recomienda elegir carbohidratos complejos en lugar de refinados, como pan integral en vez de pan blanco o arroz integral en lugar de arroz blanco. También se pueden reemplazar los alimentos de IG alto por opciones ricas en fibra y proteínas, como incorporar lentejas y garbanzos en lugar de patatas o pastas refinadas. Los alimentos ricos en grasas saludables, como el aguacate y los frutos secos, también ayudan a reducir la absorción rápida de glucosa, complementando así los efectos de una dieta de bajo IG.

¿Te apuntas a la dieta de bajo IG de Rania de Jordania? Es saludable y cuenta con mucho beneficios físicos y mentales.