Como cada vez que viaja a España, el Rey Juan Carlos exprime su visita al máximo. Ahora que las altas temperaturas poco a poco se asientan en el país, el Rey emérito ha aprovechado para salir a almorzar en una de las mejores marisquerías de la zona, concretamente en O Grove. Una escapada que ha llevado a cabo junto a su amigo Pedro Campos, y en la que ha llamado especialmente la atención un detalle.

A la salida del local dirigido por Berto Domínguez, el Rey Juan Carlos se ha dejado fotografiar por los medios de comunicación mientras se apoyaba de un bastón y de su persona de confianza. Unos pasos por detrás se encontraba otro de los trabajadores del padre de Felipe VI, el cual ha salido del restaurante cargado de tuppers perfectamente tapados con una bolsa blanca. Un detalle que demuestra que quizá les ha sobrado comida, y que lejos de tirarla, han preferido llevársela para consumirla en otro momento.

Antes de subirse al coche que le llevaría de vuelta a su alojamiento, Juan Carlos I ha saludado a los periodistas con una sonrisa de oreja a oreja. No es ningún secreto que el Rey emérito se siente plenamente feliz cada vez que viaja a España, y así lo refleja su rostro. Sin embargo, no se espera que vaya a tener ningún tipo de contacto con Zarzuela, aunque estuvo a escasos metros de su hijo justo antes de pisar tierras gallegas. 

El Rey Juan Carlos en una foto de archivo

El Rey Juan Carlos ha estado en Sanxenxo en compañía de su amigo Pedro Campos.

Gtres

El percance aéreo que forzó el reencuentro entre el Rey Juan Carlos y Felipe VI

El pasado martes, 14 de mayo, padre e hijo se vieron las caras en el aeropuerto de Vitoria. Felipe VI se desplazó hasta la capital vasca para dar continuidad a sus compromisos al frente de la Corona, mientras que Juan Carlos I lo hizo en jet privado desde Ginebra para someterse a una revisión médica. Ambos aterrizaron en el enclave en cuestión con cinco minutos de diferencia y a consecuencia de las inclemencias meteorológicas. Y es que, aunque el Rey de España tenía previsto llegar a Hernani, finalmente llegó al aeropuerto de Foronda porque al capitán de su avión militar no le quedó más remedio que cambiar su rumbo.

El mal tiempo hacía que se precipitara el encuentro más casual entre el Rey emérito y el actual, a pie de pista en el aeropuerto de Vitoria. Una toma de contacto que era muy breve, sobre todo teniendo en cuenta que Felipe VI tenía que dar continuidad a los actos oficiales de su agenda. Sin embargo, era tiempo suficiente para que mantuvieran una charla corta y concisa en la que ponerse al día antes de tomar caminos separados.

Por su parte, Juan Carlos I tenía un detalle de lo más especial con su hijo. Al ser consciente de que estaba a punto de aterrizar, el Rey emérito prefería esperarle a pie de pista para mantener una charla de aproximadamente dos minutos. Así lo revelaban algunas fuentes, aunque lo cierto es que esta toma de contacto no se alargó más, y ambos dieron continuidad a sus respectivos viajes.

Tras reencontrarse con su médico de confianza y llevar a cabo la revisión médica que tenía prevista, Don Juan Carlos ponía rumbo a Vigo, en Pontevedra, para instalarse en la casa de su buen amigo Pedro Campos. Como de costumbre, en Sanxenxo podría participar en las regatas que tendrán lugar el próximo fin de semana, y para las que ya se prepara junto a su equipo. Pero antes de subirse a su embarcación, el marido de doña Sofía no ha querido dejar pasar la oportunidad de disfrutar de la gastronomía gallega al almorzar en la marisquería mencionada previamente.

Mientras tanto, Felipe VI continuó su viaje hasta Hernani, Guipúzcoa, donde inauguró la exposición ‘100 años de Eduardo Chillida con la Colección Telefónica’. En ella se reunían obras de los años 80 procedentes de la Colección Telefónica, junto a otras de los fondos de Chillida Leku de los años 1990 y 2000. Allí, el monarca español pudo estar acompañado por el lehendakari del Gobierno Vasco, Íñigo Urkullu; la delegada del Gobierno en la Comunidad Autónoma del País Vasco, María Soledad Garmendía; el alcalde de Donostia-San Sebastián, Eneko Goia; el presidente de la Fundación, Eduardo Chillida Pilar Belzunce; y por el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. Su Majestad el Rey saludó también a la directora del Chillida Leku, Mireia Massagué; al director general de la Fundación Telefónica, Luis Prendes; y a los hijos del escultor, Guiomar, Pedro, Carmen, Susana, María y Eduardo Chillida.