Tras presidir este lunes, 20 de enero, el concierto solidario organizado por Patrimonio Nacional y el Teatro Real, la Reina Sofía ha puesto tierra de por medio y ha viajado a París por un importante motivo. Este viernes, 24 de enero, la madre del Rey Felipe VI ha sido una de las invitadas de honor al 150º aniversario de la inauguración del Palacio de la Ópera de Garnier. 

Es por todos conocidos la gran pasión que siente la Reina Sofía por el mundo del arte y la cultura. Es más que habitual verla asistir en compañía de su hermana Irene a conciertos. En esta ocasión, la Reina emérita ha estado presente en la sede histórica de la ópera parisina, en donde se han dado cita diferentes artistas, músicos y bailarines. 

La Reina Sofía brilla en su gran noche

Para tan importante cita, la madre del Rey Felipe VI ha optado por lucir un elegante vestido azul con pedrería que ha captado todas las miradas. La pieza, larga de color azul cobalto, sigue su estilo y destaca por los brillos de las mangas, así como por la banda que atraviesa el vestido hasta la cadera. Un acierto que ha combinado a la perfección con un collar de perlas doble y un broche. Para dar protagonismo a la prenda, ha optado por pendientes sencillos. 

Reina Sofía

Reina Sofía, en la Ópera de París.

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A su llegada al evento, la reina emérita ha lucido una capa negra, ideal para protegerse del frío parisino sin restar elegancia a su look. Sin embargo, su look ha quedado en un segundo plano, ya que la madre de Felipe VI ha destacado por su expresión. Doña Sofía se ha mostrado sonriente durante el acto, saludando a cada una de las personas que le han recibido. 

Una aparición con historia 

 

150 años de esta aparición de la Reina Sofía, la Reina Isabel II de España, tatarabuela del Rey Juan Carlos, fue la que asistió a la inauguración de la Ópera tras la invitación del presidente de la República, el mariscal de Patrice de Mac Mahon. Acudió acompañada de su hijo, el Rey Alfonso XII. El paso de ambos por este evento histórico estuvo lleno de anécdotas. La Reina, que ocupó el palco número 20, tuvo que pedir disculpas porque su hijo llegó tarde. El monarca interrumpió el segundo acto de "La judía", de Jacques Fromental Halévy.

El majestuoso evento tuvo lugar el 5 de enero de 1875 y atrajo a las figuras más destacadas de la época. Aunque la Reina Isabel II de España había abdicado en 1868, quiso estar presente en la inauguración del ya histórico edificio. La tatarabuela del Rey Juan Carlos continuaba teniendo un lugar señalado en los círculos aristocráticos europeos. Según recogen documentos históricos, la velada estuvo marcada por la interpretación de obras de compositores como Auber, Halévy y Meyerbeer.

Durante el intermedio del acto, la Reina Isabel II de España entró en el majestuoso vestíbulo del edificio, un espacio que en aquel momento estaba solo destinado a los hombres. El interés de la tatarabuela del Rey Juan Carlos I por las pinturas de Paul Baudry provocaron que se saltara esa norma. Según recogen en 'Pint de Vue', este simbólico gesto marcó un antes y un después puesto que a partir de entonces las mujeres obtuvieron acceso a esa zona.

La Ópera Garnier fue diseñada por el arquitecto Charles Garnier tras ser seleccionada en un concurso convocado por Napoleón III en 1861. La edificación se enmarca dentro de losambiciosos planes de modernización de París impulsados por el barón Haussmann. Aunque se construyó durante el Segundo Imperio, fue inaugurado bajo la Tercera República. El edificio combina elementos clásicos, barrocos y renacentistas y el interior refleja la opulencia de aquella época. 

Como decíamos, la inauguración de este templo para la ópera y el ballet fue un evento de gran relevancia que atrajo a personajes ilustres de todo el mundo. En la actualidad, el edificio sigue siendo un espacio donde se dan cita todas las artes escénicas. Cabe destacar además que la Ópera Garnier ha servido como fuente de inspiración para diversas obras de la literatura clásica. La más célebre es "El Fantasma de la Ópera", de Gaston Leroux. 

El Rey Felipe concede a su madre, la Reina Sofía, el Toisón de Oro

La Reina Sofía en un acto oficial

La Reina Sofía en un acto oficial.

Gtres

El Rey Felipe Vi ha concedido a su madre, la Reina Sofía, el Toisón de Oro, la máxima distinción de la Corona española. Será el monarca quien se la entregue y tiene como objetivo reconocer así los años de servicio y dedicación de la Reina emérita. "Queriendo dar testimonio de Mi Real aprecio a Su Majestad la Reina Doña Sofía y reconocer públicamente su dedicación y entrega al servicio de España y de la Corona, Oído el Consejo de Ministros, Vengo en conceder a mi madre, Su Majestad la Reina Doña Sofía, el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro", señalaba el monarca. Hay que recordar que durante sus diez años de reinado, el jefe de Estado tan solo ha concedido esta importante distinción a su hija mayor, la Princesa Leonor.

La Insigne Toisón de Oro es una orden de caballería fundada en 1429 por Felipe III, Duque de Borgoña, una de las más destacadas y antiguas de la vieja Europa. La distinción ha ido adaptándose a los tiempos puesto que antes tan solo se concedían a hombres. El número de Collares entregados asciende a cerca de mil doscientos, tal y como señalaba Casa Real cuando se le hizo entrega a la Princesa de Asturias.