Quizás no te hayas percatado, pero siempre que los Reyes Felipe y Letizia dudan acerca de dónde colocarse en una fotografía oficial ahí está él. Una pieza imprescindible teniendo en cuenta la responsabilidad que maneja desde hace más de tres años. Hablamos de Bernardo Francisco de Lizaur Cuesta, quien ejerce como Jefe de Protocolo de la Casa Real Española y quien, a su vez, se encarga de preparar y dirigir las actividades oficiales de la Familia Real tanto en España como fuera de nuestras fronteras. 

Curro, el hombre fiel a los Reyes que evita errores de protocolo y más de una polémica

Él es quien intenta evitar fotos protocolarios y el ojo avizor de los Reyes. Esa sombra para algunos invisible que apuesta por la rectitud y que, en las últimas semanas, se ha 'colado' en varias imágenes de los monarcas. Recordemos el instante en el que Letizia fue llamada la atención precisamente por Bernardo Francisco, a quien en su círculo conocen como Curro. Del mismo modo, sucedió durante el recibimiento de la Selección Española en Zarzuela tras su victoria en la Eurocopa, donde él dio órdenes tanto a Felipe y sus hijas como al resto de jugadores. 

Pero, ¿quién se esconde tras este misterioso hombre? Aunque hasta el año 2021 no fue nombrado Jefe de Protocolo de la Secretaría General, en los siete años previos fue adjunto de ese mismo puesto. Cuenta con la absoluta confianza de Sus Majestades y siempre procura estar a su lado, pues se ocupa tanto de la organización como el desarrollo de sus actos. Todo ello por un sueldo que ha visto la luz, al igual que el otros altos cargos que trabajan estrechamente con Felipe. En concreto, 117.633 euros anuales, cifra actualizada este 2024.  

El plano más desconocido de Bernardo Francisco, el Jefe de Protocolo de la Casa Real Española

En el plano sentimental se sabe que Bernardo tiene 61 años, es natural de Sevilla, está casado y es padre de dos hijos. Quienes bien le conocen hablan de él como una persona entrañable y apreciada dentro y fuera de la Casa, lo que lleva a pensar en la suerte que los Reyes tienen con él en su equipo. 

El Jefe de Protocolo de la Casa Real Española

El Jefe de Protocolo de la Casa Real Española.

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En el ámbito laboral cuenta con una dilatada carrera, especialmente en lo relacionado en Casa Real, donde ha desempeñado varios roles como Director de Audiencias y Actos o como número dos de Protocolo. Con rango de Coronel, fue destinado a Zarzuela, donde desarrolla su profesionalidad y talento tanto en cuestiones civiles como militares, según contaron tras su nombramiento en 'La Vanguardia'. 

Años atrás se diplomó en el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, además de en Investigación Militar Operativa y ha trabajado en el comisionado del Cuartel General de la OTAN en Sarajevo. Militar de carrera, perteneciente al Ejército de Tierra, sustituyó a Alfredo Martínez Serrano, pues este fue nombrado embajador de Canadá.  

Una trayectoria en la que ha tenido que lidiar con críticas, especialmente desde que trabaja con miles de miradas puestas en los Reyes. Trabajar junto a Letizia, sus hijas y su marido su manera de comunicar, así como cada gesto, lo que en ciertos momentos se traduce en poca espontaneidad. Así lo aseguran otros expertos en la materia, quienes aplauden a los Reyes cada vez que la rigidez brilla por su ausencia. 

El otro hombre de extrema confianza, el que vela por la seguridad de Sus Majestades

Cabe señalar que no es el único hombre de confianza que tienen los Reyes. También tienen a Miguel Ángel Herráiz-Alarcón, coronel de la Guardia Civil y encargado del Servicio de Seguridad de la Casa del Rey desde 2017. Con un salario de más de 114.000 euros al año, según el portal de Transparencia, él es quien intenta que Letizia, Felipe y sus hijas estén siempre a salvo. Pase lo que pase y cueste lo que cueste. 

Trabaja con varios agentes, siendo una incógnita el número exacto por el que los Reyes van acompañados en su agenda oficial o en actos privados. El motivo de este secreto no es otro que "razones obvias de seguridad". A pesar de que tratan de ser invisibles, es fácil distinguirles por sus sofisticados trajes de chaqueta, por los pinganillos de sus oídos o por las chapas distintivas que lucen en sus chaquetas. 

Un dispositivo del que es muy complicado formar parte, tal y como te hemos contado en SEMANA. Ya sea por los requisitos y exigencias que deben cumplir sus miembros, entre otros la edad máxima fijada para ellos o que deseen que la mayoría sean mujeres.