El discreto encanto de la Princesa Leonor y otras anécdotas de los Premios Princesa de Asturias

SEMANA ha estado en Oviedo y nos proponemos hacer la recapitulación de los Premios Princesa de Asturias. Una edición diferente, en la que se ha marcado un antes y después. En realidad otro, un nuevo hito. Los años pasan, todo evoluciona y hasta los galardones llegan también los inevitables cambios. O sea, traducimos: la Princesa Leonor, como presidenta de honor de los mismos, se va haciendo cada vez más dueña del negocio.

Leonor 'Superstar' entra en escena, aunque no como cabría suponer, a base de un carisma arrollador, palabrería y taconazo, sino de algo más sutil: un encanto dulce y natural que conquista hasta al más escéptico. 

Todos caen rendidos a sus pies, así que nos preguntamos, cual Bola de Cristal, ¿qué tiene esta princesa que a todo el mundo le mola?

El gancho de la Princesa Leonor con la gente

Lo hemos podido comprobar sin parar en cada aparición suya durante estos días. Y en especial durante los honores que recibió al ser nombrada alcaldesa honoraria de Oviedo y posteriormente merecer la Medalla de Asturias.

Hasta el sol salió para ella. Radiante, luminoso, como su pelazo, melena al viento. Una princesa vestida de azul cielo que sonreía y saludaba a los paisanos con un candor irresistible. Es como un hechizo. Todos a su paso, tras darle la mano, se hacen sus fans para siempre.

Esta edición se cumplen sus diez años como Princesa de Asturias, el título que ostenta desde que sus padres, los Reyes Felipe y Letizia, alcanzaron el trono. Y era un aniversario que no iban a dejar pasar por alto.

Los soberanos ya tuvieron su fiesta de Proclamación, el pasado 19 de junio; y la heredera se ha hecho fuerte en Oviedo, como "asturianona" de pro, tal y como ella dijo en su discurso más personal hasta la fecha, tras serle entregada la Medalla de Asturias. 

Ahí nos habló de sus orígenes, de su bisabuela Menchu, se refirió a los recuerdos de infancia compartidos con su querida hermana Sofía (a la que nunca olvida), a los oricios y el pantruco... Leonor es de buen comer y ahora, además, es toda una embajadora de la gastronomía asturiana. Las búsquedas en Google de estas delicias se dispararon. ¿Cómo no la van a querer por aquí? Por aquí y por allá.

Leonor saluda a todo el mundo con una sonrisa, cada vez más suelta y entrenada, mientras le gritan "¡guapa!" y le piden 'selfies'.

La Princesa Leonor también lleva los pantalones. ¡Y cómo! Tanto que los trajes de chaqueta se están convirtiendo en un sello de identidad muy claro. Los ha lucido en momentos clave de su vida: blanco impoluto en su Jura de la Constitución por su mayoría de edad y estilizado negro para estos últimos Premios Princesa de Asturias.

Se diría que esta Leonor quiere ser una princesa que pisa fuerte, con un aire más adulto y maduro, ahora que está a punto de cumplir los 19 años. En su discurso durante la gala afirmó "estar a punto de abandonar la adolescencia". Qué ternura.

El encanto de Leonor es discreto, sin apabullar. Sabe perfectamente cuál es su lugar, pero no lo ejerce con prepotencia. Siempre a la sombra guía de sus padres y muy considerada con su hermana Sofía, con la que no ha perdido complicidad. Ahí la vimos apoyada en su brazo entrando en el Teatro Campoamor. Por cierto, ¿no hemos visto algo más seria a la Infanta Sofía estos días?

Leonor también sabe medir bien sus palabras. En los populares corrillos en los que nos juntamos los periodistas con la Familia Real, Leonor se muestra educada y cauta. Nunca habla de más. Para eso está su madre, la Reina Letizia, que no es que se sobrepase, pero tiene una energía difícil de seguir para el resto.

Es la soberana la que muchas veces dirige los saludos con el público que les espera tras los diferentes actos (fuimos testigo de ello después del concierto en Oviedo). En este aspecto, Letizia es imbatible, impone un ritmo único y lidera como una excelente maestra del cara a cara para sus hijas. Aunque es cierto que detectamos que Leonor tira más por el estilo paterno, más sosegado.

Leonor lo mismo brilla en una glamourosa gala que con el uniforme militar. Ahora que está inmersa en la Marina y preparándose para embarcar a principios del próximo año en el buque escuela Elcano, con el que dará la vuelta al mundo, podemos afirmar que a esta princesa nada le frena. 

Todo lo asume con actitud positiva y todo parece hacerlo bien. Eso debe ser lo difícil. Tan joven y con tanta carga histórica sobre sus hombros, que mantenga esa sonrisa y ese compromiso es un gran mérito.

La Princesa Leonor convoca sus prestigiosos premios por primera vez 

A partir de lo sucesivo, la Princesa Leonor también toma las riendas durante la ceremonia de entrega de los Premios que llevan su nombre. De esta manera, la 'anfitriona' elogiará en su discurso a todos los insignes galardonados y además cerrará la gala convocando los premios para la siguiente edición. Es decir, todo lo que hacía antes su padre, quien, lleno de emoción y orgullo, le acaba de entregar el testigo.

¿Eso significa que el Rey Felipe se va? Noooo... Algunas interpretaciones se han inclinado a pensar que sí, pero nada más lejos de la realidad. Al monarca le encanta ir a Oviedo para celebrar estos galardones, que se fundaron con él, y a los que acude desde que tenía 13 años.

No lo van a echar de menos porque seguirá muy presente. Ya nos lo manifestó hace un tiempo, que ni por asomo pensaba retirarse. Eso sí, ahora, en cierto modo, pasa a ser un secundario de su hija. 

Leonor es la estrella, la más buscada y sin una mancha en su historial. La cámara la adora y ella cumple con todo como una profesional experimentada. La heredera ha crecido y puede ser más autónoma. Los Reyes han procurado educarla en el "poco a poco", cada cosa a su tiempo, y es una estrategia que está dando resultados. 

El Rey Felipe al regresar a la mesa tras dar su discurso en los Premios, le puso la mano en el hombro a su hija. Un gesto lleno de complicidad con el que le daba el relevo sin necesidad de más palabras. Leonor se dirigió a él con la palabra "papá", como se pudo leer en sus labios. Cosas de familia.

A la salida de la ceremonia, mientras la Familia Real esperaba en el hall para salir todos juntos, sumándose la Reina Sofía (que no falla a esta cita y que fue recibida en el teatro con un aplauso de esos que sirven de apoyo en los malos tiempos, ya nos entienden), la joven fue captada preguntado a su madre qué tal la había visto. La Reina Letizia pareció darle algunas indicaciones. Nadie mejor que ella domina el lenguaje de la comunicación. 

La heredera lo podrá poner en práctica en otra nueva oportunidad durante la visita al Pueblo Ejemplar de este año: en Sotres, entre montañas y en la tierra del queso cabrales. 

La Princesa Leonor todavía tiene mucho que aprender, por supuesto, pero eso, poco a poco...