El próximo 17 de agosto se marca un antes y un después en la vida de la Princesa Leonor: ese día se incorporará al ejército para iniciar sus tres años de formación militar y empieza verdaderamente su preparación como futura Reina de España y jefa de Estado. Un camino que ya es específico para su importante cometido y que, posiblemente, no habría elegido de no haber nacido en el seno de la familia Borbón. Lo hace en la Academia Militar de Zaragoza, en el Ejército de Tierra, en la que ingresó su padre el 2 de septiembre de 1985, a los 17 años, la misma edad de su primogénita. La heredera sigue los pasos exactos de su padre, aunque evidentemente los tiempos han cambiado. Este será el día a día de Leonor junto a sus compañeros en la milicia.
El próximo jueves 17 de agosto, la Princesa ingresa en la que se conoce como La General, fundada en 1882, hacia las 10 de la mañana. Podrá ir acompañada de hasta cuatro familiares o allegados, por lo que suponemos que acudirá con los Reyes y quizás también su hermana menor, la Infanta Sofía. Irá vestida de civil, cómoda y correcta (se prohíbe el chándal, los pantalones cortos, chanclas de playa. Lo primero que hará, junto a sus compañeros de promoción, es recorrer las instalaciones del centro, durante alrededor de una hora y media. Esta será su primera toma de contacto real con la que será su 'casa' durante el próximo año.
En el documento de bienvenida a los alumnos de nuevo ingreso del este curso se detallan estos primeros pasos. La heredera firmará su incorporación y se convertirá en Dama Cadete (los chicos son Caballero Cadete). Tendrá un periodo de adaptación de dos semanas, hasta el 30 de agosto. Durante este tiempo a veces se producen algunas bajas, pero dudamos de que ese vaya a ser su caso. Después, los días 30 de agosto y 1 de septiembre se someterá a un examen de nivel, tras el que comenzará la fase de instrucción y adiestramiento hasta el 10 de septiembre. A partir de entonces iniciará el primer cuatrimestre de la formación.
El 19 de septiembre está previsto la Entrega de Sables, una solemne ceremonia que simboliza la obtención del título de Dama Cadete. Por último, dentro del calendario inminente, el próximo 7 de octubre la Princesa Leonor jurará bandera junto a sus compañeros. Debido a su especial condición, Leonor hará dos cursos en uno.
Hablando de casa... Una de las cuestiones que quizás le cueste más a la heredera es justamente la convivencia en este nuevo entorno. Aunque ha experimentado sensaciones parecidas en Gales, esto es otra cosa. Hay más reglas y una estricta disciplina militar. La Princesa Leonor vivirá en la academia en régimen de internado, aunque podrá disponer de permisos y ausencias justificadas (en su caso para cumplir con algún compromiso oficial debido a su rango).
Aquí deberá compartir camareta (dormitorios colectivos), con capacidad para 2, 4 o 12 personas, según se le asigne. Al tratarse de un espacio austero (cama, mesa de estudio, armario y poco más), se recomienda llevar las cosas imprescindibles y la ropa de civil guardarla en fundas de color discreto para que no quede a la vista.
A su llegada, Leonor recibirá el vestuario reglamentario y el equipo militar necesarios para la vida en la academia. Las normas del ejército son muy claras respecto al aspecto exterior. Para las mujeres: el cabello recogido y sin teñidos (moño si se lleva gorra y coleta o trenza para las actividades deportivas), el maquillaje se permite en tonos naturales que no resalten sobre el color de la piel, la manicura transparente... De joyas: si se llevan pendientes, que sean dos (uno en cada oreja), iguales y pegados al lóbulo; un reloj, una pulsera discreta y dos anillos máximo.
Los tatuajes no se prohíben, pero con matices: no se permiten "los que insulten o inciten a discriminaciones de tipo sexual, racial, étnica o religiosa; que puedan atentar contra la disciplina, las virtudes militares o la imagen de las Fuerzas Armadas, en cualquier forma y aquellos otros que reflejen motivos obscenos o contengan expresiones que sean contrarias a los valores constitucionales y a las autoridades. Tampoco pueden ser visibles una vez uniformados.
El despertador a las 6:30 de la mañana
Los cadetes tienen que levantarse a las 6.30 de la mañana, la hora del toque de diana y Lista de Ordenanza, vestirse con su uniforme de diario, arreglar sus camaretas y acudir al desayuno, que suele ser café con leche, cacao, zumo, pan con mantequilla y mermelada, aceite, embutidos, etc... Después deben ir a clase, combinándose las lecciones teóricas en las aulas, con los deportes (voleibol, natación, atletismo...) y la preparación militar. En este sentido, el nivel físico es muy importante. De hecho, la academia les recomienda llegar ya entrenados antes de su ingreso, corriendo 45 minutos al menos tres días a la semana, haciendo flexiones y pesas, entre otras cosas.
Un exigente plan diario
Las clases duran desde las 7:45 de la mañana hasta las 14:20 de la tarde. Los viernes a las 8 hay una formación para el izado de Bandera en el patio de Armas y las clases comienzan a las 8:30. Los cadetes comen de autoservicio, en una hora, en mesas corridas que comparten con los mandos. El menú es de dos platos con postre, sencillo, pero contundente.
Las tardes son 'libres', aunque suelen dedicarse a preparar la instrucción del día siguiente, clases de apoyo, tutorías , etc. Al menos un jueves al mes, después de las clases, los cadetes salen de Instrucción por la tarde y continúan toda la noche (la llamada Jornada Continuada) y, al día siguiente retoman el ritmo normal. Por otro lado, los alumnos disponen de un Casino, que es más una cafetería o bar, donde intercambiar impresiones y disfrutar un poco del ocio. A su llegada, los cadetes deben facilitar un número de cuenta para que les ingresen su sueldo (Leonor ya ha renunciado al suyo, de 417 euros) y puedan pagar estos gastos extra. La manutención básica corre a cargo del Estado. A las 19:30 de la tarde suena el Toque de Oración tras el arriado de Bandera.
La nueva aventura de la Princesa Leonor en la milicia comienza ahora, de verdad.