Abrimos el joyero privado (y no) de la Infanta Cristina: un collar misterioso y unos pendientes ochenteros

La Infanta Cristina sorprendió con su vestido de corte griego en la boda de Teodora de Grecia. Según los expertos en moda estaba impresionante. No solo por el outfit azul en el que estaba enfundada, también por las impresionantes joyas que llevaba consigo. Por ello, hemos analizado su joyero, uno que guarda similitudes, pero también diferencias con el de la Infanta Elena, del que SEMANA ha hecho una selección de sus cinco piezas más exclusivas. 

Pero, ¿qué esconde el de la Infanta Cristina? Aunque en su uso diario no suele apostar por anillos o pendientes ostentosos, para citas oficiales sí recurre a joyas especiales. De gran tamaño y por supuesto valor. Prueba de ello el collar que lució en la boda de Federico de Dinamarca y Mary en el año 2004. Se trataba de un alfiler de esmeraldas en forma de gota, una joya que le ha acompañado en otras ocasiones como, por ejemplo, la última cena antes de la boda de doña Letizia y Felipe.

Con dos looks completamente diferentes demostró cómo dar juego a una misma pieza. También en entornos distintos, eso sí, ambos palaciegos. En la imagen aparece junto a su ahora exmarido, Iñaki Urdangarin, con quien asistió a un ágape celebrado en el Palacio Real de Madrid el 21 de mayo de 2004. 

El significado del broche de la Infanta Cristina

Utilizado también como broche, doña Cristina ha sorprendido en varios momentos con esta joya cargada de historia y de significado. De color verde como seña de apoyo al Rey, llama la atención por tener un círculo de diamantes y cuatro esmeraldas. Lo lució su abuela paterna, la condesa de Barcelona, durante una cena en la Embajada de España en Lisboa. Aunque no hay fuentes oficiales que hayan aclarado su procedencia, siempre se ha dicho que podría haberlo recibido de su tía, la Reina Amelia de Portugal. 

Para su boda con el que fuera duque de Palma la Infanta Cristina eligió una diadema floral de brillantes. Un look nupcial que acompañó de unos pendientes que hoy luce la Reina Letizia y que en la actualidad no tiene en su poder. Eran los famosos chatones, los cuales debían ser, según Victoria Eugenia, de "uso exclusivo de la reina titular". 

Con lo que sí cuenta, en cambio, es con unos pendientes en forma de nudos, que son de oro y de estilo ochentero. Los adquirió hace más de 20 años y los utilizó para acudir como invitada a la boda de Teresa Urquijo y José Luis Martínez-Almeida. También cuenta con su anillo de pedida, que recibió a manos de Iñaki Urdangarin en 1997. Un baguette de brillantes, en oro blanco y amarillo, que alternaba cinco diamantes y que quizás podría pronto a formar parte del joyero de su hija. Quién sabe. 

¿Ha subastado la Infanta Cristina parte de su joyero?

Del mismo modo sucede con los rubíes de Mouawad, unos pendientes que forman parte de un juego completo cuyo diseño se denomina "pergamino". Lo componen una pulsera y un par de pendientes, que, por cierto, podrían haber sido subastados en el año 2021 en la casa de subastas, Sotheby's. Aunque nunca se supo la identidad de la vendedora, sí se especuló con que ella podría encontrarse detrás de la venta. Entonces se pagó un total de 63.000 euros con un precio de salida fueron 44.000 euros. 

Tras optar por este conjunto en el concierto previo a la boda de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson en el año 2004, la Infanta Cristina en pocas ocasiones ha desempolvado estas alhajas tan llamativas. Puede que ese sea el motivo por el que haya decidido deshacerse de ellas. 

El estilo de la Infanta Cristina, a examen

La Infanta Cristina era comparada estos últimos días con Carolina de Mónaco. La razón no era otra que su último estilismo, con el que se alzó como una de las mejores vestidas de las nupcias de Teodora de Grecia. Suele ser fiel a su estilo, aunque, de vez en cuando, trata de arriesgar ya sea a través de colores, joyas o complementos de los que SEMANA poco a poco te irá dando detalles. 

En su día a día opta por colores oscuros, cortes rectos y telas lisas. De hecho, para ella esto se ha convertido casi en una tradición, pues está convencida de que hace su figura más esbelta. A sus 59 años podría haber dado un giro a su estilo, especialmente tras su ruptura con Iñaki Urdangarin, la cual se produjo en el año 2022 tras la publicación de las imágenes junto a Ainhoa Armentia.