El cómo afrontar el uso de los nuevos canales de comunicación nunca es el fuerte de las instituciones. No es fácil adaptar su estilo y costumbres a la inmediatez de las redes sociales. La mayoría de las Casas Reales europeas se mantiene bastante conservadora al respecto del uso de sus canales digitales, aunque es imposible declinar su presencia en ellas a estas alturas de la globalización. La irremediable realidad es que los ciudadanos de los que serán reyes y reinas los actuales herederos están en estas nuevas plataformas de comunicación como X, TikTok o Instagram, así que ¿Cómo no asomarse a ellas?

Nuestra Casa Real tuvo como gran hito de su comunicación el año pasado la creación de una cuenta en Instagram, una decisión algo tardía teniendo en cuenta que esta red social tiene ya 13 años. Aun así, no se puede negar que supuso un esfuerzo por actualizar su presencia y la percepción que la sociedad tiene sobre ellos. Ahora la Casa Real de Bélgica ha emprendido una nueva estrategia en redes sociales y nos preguntamos si en España sería posible que nuestra Familia Real emprendiese un plan similar. Con ayuda de José Noblejas, experto en marketing digital y marca propia desgranamos los detalles de este paso belga y si sería extrapolable o no a nuestra Casa Real.

“Es una jugada brillante si se ejecuta bien”

Esta semana la Casa Real belga ha anunciado el lanzamiento de una web a través la cual los ciudadanos de Bélgica pueden hacer llegar sus preguntas a los monarcas. Lo curioso de este movimiento de transparencia es la forma de anunciarlo y es que para comunicar el lanzamiento han sido los propios príncipes belgas los que, a través de un desenfadado video, han dado a conocer la noticia.  “Desde un punto de vista digital, comunicacional y estratégico, es una jugada brillante… si se ejecuta bien”, me comenta José Noblejas para luego añadir “si no, es carne de meme garantizado”

Fotogramas del video de lanzamiento de la iniciativa donde puede verse a los cuatro hijos de los Reyes de Bélgica.

Fotogramas del video de lanzamiento de la iniciativa donde puede verse a los cuatro hijos de los Reyes de Bélgica.

Casa Real de Bélgica

“¿Por qué es una buena estrategia para la Casa Real belga?”, comenta Noblejas, pues “porque humaniza a la institución y permite que los ciudadanos hagan preguntas al Rey y esto rompe con cualquier imagen fría, lejana y protocolaria”. Y es que según nuestro experto “pone a la monarquía en una posición más cercana y humana, algo esencial en tiempos donde el carisma y la transparencia pesan más que la jerarquía”. Uno de los puntos clave para Noblejas es que “involucra a las nuevas generaciones y conecta con un público más joven. Que sean los príncipes quienes lideran la iniciativa hace que se conecte con un target joven usando el lenguaje de los jóvenes y los canales que usan.”

Bajo el punto de vista de José Noblejas “no es solo una acción de comunicación, es una transferencia generacional simbólica. Actualiza el storytelling monárquico. El Rey ya no es solo una figura decorativa. Pasa a ser alguien que escucha, que responde y que interactúa en un canal que le es ajeno por generación”. Campañas como estas pueden servir para transforma la percepción pública de un monarca pasando de un rol institucional a uno emocional. Según nuestro experto, “abre las puertas a un contenido audiovisual de mayor impacto porque romper la barrera digital es ahora mismo lo más recomendable en las monarquías, ya que las nuevas generaciones no entienden esos muros que separan a la realeza del pueblo”.  

“Aquí no funcionaría sin una narrativa sólida detrás”

¿Sería recomendable hacer esto en España?, es la pregunta que lanzamos a nuestro experto. Su respuesta: “en teoría, sí, pero con muchos matices. Sobre todo, teniendo en cuenta que aquí hay que superar 300 filtros y de superarlos saldría algo muy artificial seguro”. Y es que, bajo el punto de vista de Noblejas, “España tiene un contexto social y político distinto. Hay un mayor nivel de polarización y la monarquía ha atravesado episodios recientes de desgaste reputacional y los últimos movimientos del Emérito no ayudan”. Por tanto, su conclusión sobre si se podría replicar o no es que “una estrategia así debería estar milimétricamente diseñada y gozar de permisos y confianza, ya que si quien tiene que dar luz verde es alguien de 60 años es mejor no hacer nada.  Y, sobre todo: no hacerlo por moda, sino por convicción”.

“Si se nota que es una operación de lavado de imagen o postureo digital o de cara a la galería, el tiro puede salir por la culata y haríamos el ridículo”, sentencia José. Par continuar desarrollando que “si se hiciera, habría que hacerlo bien y dejándose llevar por buenos profesionales, ni gurús ni gente acostumbrada a subir fotos y poco más, que esto es muy español”. Para concluir Noblejas nos da dos claves, “la Casa Real belga ha hecho un movimiento inteligente y de futuro. En España, se podría replicar, pero no como copia, sino como evolución. Aquí no funcionaría una estrategia “friendly” sin una narrativa sólida detrás”. Por lo que, “si se hace, debe construirse con cabeza, corazón y una dirección creativa impecable” y “si va a seguir teniendo un aire antiguo, mejor quedarnos como estamos”.