Las cosas que no decimos de nosotros mismos normalmente, muchas veces son percibirles para el ojo experto en cómo plasmamos nuestras palabras sobre un papel. La forma en la que nos expresamos por escrito tiene peculiaridades tan distintivas como la propia huella dactilar, es por ello que en muchos procesos judiciales se realizan pericias caligráficas para determinar autoría de documentos, por ejemplo.
El caso de Leonor no es una excepción. La Princesa de Asturias, por su rango y exposición, no puede permitirse que según qué aspectos de su carácter y personalidad se hagan públicos. Macarena Arnás, reconocida grafóloga mediática, perito calígrafa y experta en Técnicas Proyectivas Gráficas, ha publicado el libro ‘Las firmas de Napoleón, Stalin, Hitler, Elvis... y otras historias de la grafología’(Arcopress, 2024) en el que analiza los escritos de nombres propios del pasado y del presente que revelan inseguridades manifiestas, autodestructivos comportamientos, arraigados cinismos o caracteres psicopáticos que se ocultan tras un simple trazo, un tachón o un cambio de letra.
Macarena Arnás analiza en exclusiva para la web de SEMANA cómo ha evolucionado la grafía de Leonor desde su infancia hasta ahora y qué ocultan estos cambios y evoluciones. Nuestra calígrafa ha analizado su letra en el año 2019 comparándola con la muestra más reciente de su escritura, tomada ayer en el Libro de Honor de la Escuela Naval de Marín. ¿Qué revelarán estos trazos sobre la personalidad de la princesa?
Lo que esconde la firma de Leonor
Lo primero que llama la atención a nuestra experta calígrafa sobre la rúbrica de la Princesa de Asturias es que “hace lo que llamamos en grafología una rúbrica por adelantado, que es que primero ejecutaba la L junto a la rúbrica y luego continuaba con el resto del escrito. Este tipo de gestos gráficos es muy común en los Borbones. En el caso de su padre, también lo hace con la F. De Felipe. Y de algún modo nos estaría indicando esa capacidad para planificar u organizar. Pero es verdad que es un gesto poco espontáneo” además señala un detalle que habla de la influencia de su madre “el punto final tras el “Leonor” en la firma de 2019 también lo añadía su madre, la reina Letizia”.
El tipo de letra de Leonor en 2019 revela aspectos de su carácter bajo el punto de vista de Macarena, “sí nos da información la forma de la letra que es mixta. Las letras están además totalmente ligadas, esto nos indicarían que en el año 2019 predominaba el pensamiento racional, pero también habla de mucha sensibilidad”. De este modo rápidamente nuestra experta grafóloga perfila a la Princesa de Asturias de 2019: “podríamos indicar que tenía facilidad para para ser tajante En determinadas situaciones también es un símbolo de perfeccionismo y detallismo. Podríamos decir que era una niña muy observadora”.
Llegados a este punto, al comenzar a comparar ambas firmas de Leonor, la de 2019 y la de 2024 hay un detalle que llama la atención de nuestra experta. En 2019 y hasta el año pasado, Leonor ubicaba su firma a la izquierda, ahora lo hace en el centro. Sobre este tema en su libro ‘Las firmas de Napoleón, Stalin, Hitler, Elvis... y otras historias de la grafología’ Macarena Arnás destacaba que “La ubicación de su firma refleja que tiene un carácter reservado, cauteloso, familiar y nostálgico” y anotaba también que significaría si estuviese centrada “si, por el contrario, la firma aparece ubicada en el centro, indica necesidad de equilibrio, control y objetividad en la toma de decisiones”. A día de hoy es en el centro donde Leonor de Borbón estampa su firma como puede verse en el Libro de Honor de la Escuela Naval de Marín.
La firma actual de Leonor, acorde a su momento vital
Centrándonos en la última muestra de grafía de la princesa, correspondiente a su firma del 29 de agosto en Marín, Macarena destaca que “nos encontramos una letra muchísimo más natural, más suelta, más espontánea. Ya no ejecuta el punto y amplía un poquito el tamaño de la letra L, que vuelve a hacer una rúbrica por adelantado. Esto ya nos indicaría que ha ganado mayor seguridad que la autoestima. Podríamos decir que ha mejorado con los años. Incluso también podríamos hablar de orgullo y de una necesidad de reconocimiento, pero a la vez también nos habla de aplomo y de seguridad”. A nuestra experta le resulta evidente que “ha ido ganando seguridad con el paso de los años” y de nuevo se fija en los pequeños detalles “a diferencia de 2019, ha omitido el punto. Esto nos vuelve hablar de menos rigidez, menos perfeccionismo. Podríamos indicar que es mucho más natural o espontánea, incluso que ha perdido cierta autoexigencia consigo misma”.
De nuevo cómo Leonor ejecuta las letras que conforman su texto habla de su carácter y su perfil emocional “su letra es una letra muy ligada con formas mixtas. El tamaño es normal, que esto nos vuelve a hablar de un equilibrio entre la parte emocional y la parte lógica o racional. También nos habla de control a la hora de expresarse o a la hora de manifestar sus emociones y el hecho de no haber cambiado tanto la letra nos estaría indicando que también tiene bastante personalidad o una personalidad muy marcada porque no se deja condicionar o influenciar en exceso. Podríamos decir que es una mujer que ha ido ganando bastante seguridad en sí misma y también que no se deja influenciar demasiado por el entorno”.
Basándonos en el análisis de nuestra grafóloga podemos determinar que la Princesa de Asturias es una joven de carácter fuerte, aunque afable, con las ideas claras y con la consciencia de las peculiaridades de su circunstancia vital. Sobre esto nos deja claro Macarena Arnás que Leonor “es una persona que tiene capacidad para escuchar y recibir órdenes, pero también es verdad que no es sumisa”. Seguiremos pendientes de cómo evoluciona la escritura de la princesa para conocer mejor a Leonor de Borbón.