Esta semana Casa Real está inmersa en los fastos del décimo aniversario de la proclamación de Felipe VI. La familia real al completo estará involucrada en distintas actividades. Recepciones, entregas de premios, desfiles, actos culturales con jóvenes premiados en el concurso ‘¿Qué es un Rey para ti?’. Cada miembro tiene una agenda cuadrada al milímetro para proclamar por tierra, mar y aire que hace diez años que Juan Carlos I dejó de ser jefe de Estado.

Cuando hablamos de familia real nos referimos al más estricto núcleo Borbón: Felipe, Letizia, Leonor y Sofía. Otras figuras hace tiempo que pasaron a ser sencillamente familia del rey, algunas por lógica, otras por incomodidad de su imagen pública y el resto por una cuestión práctica. ¿Qué maniobra ha tramado Casa Real para normalizar como un acto orgánico este movimiento? La analizamos a continuación.

La familia real al completo saludando desde el Palacio Real en las celebraciones de aniversario de la proclamación de Felipe VI

La familia real al completo saludando desde el Palacio Real en las celebraciones de aniversario de la proclamación de Felipe VI

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Un pasado incómodo

Desde la abdicación de Juan Carlos I, hace ahora diez años, el emérito se convirtió en una figura pegajosa de la que a Casa Real le cuesta desligarse. Los escándalos personales y económicos del padre de Felipe VI han preocupado al gabinete del actual monarca desde el principio y se han preocupado por trazar un cordón sanitario a su alrededor. Ese cordón sanitario ha pasado por minimizar las apariciones públicas de padre e hijo, por impedir que Juan Carlos pueda hacer uso de edificios de Patrimonio Nacional y hasta porque Felipe VI hiciera una renuncia pública a la herencia de su padre y le retirara su asignación en marzo de 2020.

Juan Carlos I con Felipe VI en el funeral de Constantino de Grecia en Londres el pasado febrero

Juan Carlos I con Felipe VI en el funeral de Constantino de Grecia en Londres el pasado febrero

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En este juego de tronos particular podemos decir que ha habido una damnificada en una especie de daño colateral emérito: Doña Sofía. Si bien Sofía cuando su marido anunció que cambiaba su residencia oficial a Abu Dabi en agosto de 2020 confirmó su voluntad de seguir ligada a la institución a la que había dedicado cuarenta años de su vida y su deseo de poder seguir sirviendo de apoyo para su hijo Felipe VI, la realidad es que en distintas ocasiones ha sido una especie de incómodo jarrón chino que nadie sabía dónde colocar para no hacer diferencias entre ella y su marido.

 

Dos eméritos, un solo criterio

 

Desde agosto de 2020 no ha habido presencia de Juan Carlos I en actos oficiales de la Casa Real y por ende, tampoco la habido de la reina Sofía. Si es cierto, que, por ejemplo, doña Sofía ha seguido asistiendo con el resto de la familia a la entrega de los Premios Princesa de Asturias, pero por ejemplo no estuvo formalmente invitada a la jura de la Constitución de la princesa Leonor el pasado octubre para no tener que invitar tampoco a Juan Carlos, que había manifestado su intención de asistir.

La emérita con la familia real en la entrega de los Premios Princesa de Asturias 2023

La emérita con la familia real en la entrega de los Premios Princesa de Asturias 2023

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Ahora, en plenas celebraciones de la primera década de reinado de su hijo, Sofía de nuevo ha sido apartada al igual que su marido, que ha estado navegando por Sanxenxo hasta el domingo y presto y raudo ha vuelto a su emirato favorito para no estar en suelo español mientras su hijo recibía honores de Estado. En esta especie de juego del gato y el ratón reales los monarcas no cruzan agendas ni presencia salvo en temas ineludibles como las celebraciones familiares; bodas, entierros, cumpleaños, etc.

La última jugada de Casa Real para la emérita

La agenda de la emérita en los últimos años ha contado con, a lo sumo, un acto o dos al mes e incluso meses donde no tenía que asumir compromiso oficial alguno. El grueso de los compromisos recae, de forma natural, en los reyes Felipe VI y Letizia y ahora, cada vez más, en su hija la princesa Leonor. Además, el próximo otoño incluso la infanta Sofía comenzará a presidir actos de forma individual.

Doña Sofía junto a Ana Botín y Gallardón en la Escuela Superior de Música Reina Sofía

Doña Sofía junto a Ana Botín y Gallardón en la Escuela Superior de Música Reina Sofía

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Curiosamente, coincidiendo con todos los actos de celebración de la proclamación de su hijo a los que no está invitada, su agenda oficial se ha triplicado. Si nos paramos a consultar la agenda de la emérita facilitada por Casa Real vemos cómo mientras en marzo o abril tuvo solo un acto oficial en todo el mes, durante esta semana acumula tres compromisos oficiales. El lunes 18 Sofía asistió a una reunión del patronato de la escuela de música que lleva su nombre, el jueves 20 de junio se anuncia su presencia en un congreso de esclerosis lateral amiotrófica y el viernes 21 de junio la emérita acudirá de nuevo a la clausura del mismo congreso. De este modo, durante las celebraciones de la proclamación de Felipe VI, doña Sofía tendrá que acudir a más compromisos oficiales que durante todo el mes de marzo, abril y mayo juntos.

Esta circunstancia no parece ser una mera coincidencia sin importancia y es que hay quien dice que cuando quieres que algo pase desapercibido de verdad lo mejor es esconderlo a plena vista de quien pueda fijarse. Si doña Sofía luce ocupadísima para el ojo público asistiendo a compromisos de índole oficial a nadie extrañará no verla en acto alguno relacionado con su hijo.