El rey Juan Carlos llevaba varias semanas acaparando toda la atención. Al principio del confinamiento por la renuncia del rey Felipe a su herencia y a punto de terminar el estado de alarma por el papel que tuvo en la construcción del AVE a La Meca. Precisamente este último asunto es el que le ha puesto en el disparadero. A principios de junio se conoció que la Fiscalía asumía la investigación de un presunto caso de cohecho por unas comisiones ilegales que podrían haberse pagado por la adjudicación a un consorcio de empresas españolas en el contrato del Ave saudí y a mediados del mismo mes, se ha hecho público que los letrados del Congreso han rechazado investigar sus negocios. "La inviolabilidad es permanente", dicen. En plena polémica, el rey emérito ha reaparecido. Don Juan Carlos ha salido del Palacio de la Zarzuela y, según ha podido saber SEMANA, ha sido por un motivo más que de peso.
El rey Juan Carlos ha abandonado su aislamiento a pocos días de que termine el estado de alarma para acudir al hospital. Eso sí, tan solo durante unas horas. Acompañado de su personal de seguridad, el monarca iba provisto de su mascarilla, cumpliendo así las medidas sanitarias. Una salida que, al menos, se convierte en la primera que trasciende desde que se encerrara en Palacio. Y es que el Rey Emérito es una persona de riesgo debido a su edad, pues tiene 82 años y, además, ha tenido que someterse a varias operaciones en los últimos años, lo que convierte su situación de salud en una circunstancia todavía más delicada.
No obstante, el Rey es consciente de que debe tener cuidado y acudir a su médico cuando sea necesario, dando igual si está cerca o lejos del foco judicial. Él, por su parte, ha tratado de mantenerse en un perfil bajo para no entrar en polémicas, aunque eso no ha evitado que cope titulares a lo largo de esta pandemia en multitud de ocasiones. Por el momento, se desconoce cuáles serán sus planes para esta época estival y si se refugiará en alguna de sus pasiones más conocidas como pueden ser la gastronomía o la vela, deporte en el que ha conseguido ser galardonado.
A pesar de que esta visita se debía a un chequeo, el rey Juan Carlos sabe que debe cuidarse al máximo, más aún si se tiene en cuenta la situación extrema que vive el país con el coronavirus. Los casos de contagios se han reducido considerablemente, pero un descuido en su rutina podría provocarle problemas, por lo que el monarca quiere tener cuidado. Aunque durante estos meses no ha trascendido nada relacionado con su salud, han sido varias las casas reales salpicadas por esta enfermedad que mantiene en vilo muchos países. Ejemplo de ello, Alberto de Mónaco, quien se confirmó que había sufrido la enfermedad y quien se recluyó para no contagiar a su familia.
La lucha incesante de don Felipe y doña Letizia
Contra el COVID-19 está luchando de manera infatigable la Familia Real Española y así lo demuestran la reina Letizia y el rey Felipe cada semana. Mientras la Reina se vio obligada a aislarse tras estar contacto con Irene Montero, que dio positivo en coronavirus, el Rey no dejó de trabajar. Poco tiempo después se confirmó que tanto ella como él habían dado negativo en los tests y, desde entonces, no dejaron de batallar contra la enfermedad. Han llenado su agenda con reuniones con asociaciones, autoridades o videollamadas con el fin de charlar con determinados sectores y tratar de ayudarles, labores que han sido muy aplaudidas tanto en España como fuera de nuestras fronteras.
Esta difícil etapa ha coincidido con fechas muy importantes para la Casa Real. Durante la pandemia se ha cumplido, entre otras cosas, el primer aniversario del rey Juan Carlos como jubilado, una decisión que le alejaba de los actos públicos y que meses después se vio empañada por la existencia de varios escándalos. También ha tenido lugar el 55 cumpleaños de la infanta Cristina, que, a pesar de que creía que se podía reunir con su marido, Iñaki Urdangarin, para celebrarlo, finalmente no ha sido posible. La situación actual ha endurecido las restricciones en las salidas de los centros penitenciarios, lo ha hecho más complicado el encuentro familiar de los que fueran los duques de Palma. Se vieron en febrero, pero desde ese momento no han podido coincidir, lo que se traduce en tres meses sin poder abrazarse.