La semana pasada se anunciaba que Alberto de Mónaco había dado positivo en coronavirus, convirtiéndose así en el primer Jefe de Estado en caer como infectado por Covid-19 y en uno de los cientos de miles de contagiados en esta epidemia global. El Palacio del Principado lo hizo público en un comunicado en el que aseguraba que el soberano se encontraba bien y no "generaba preocupación", pero que debía guardar las lógicas medidas preventivas y que seguiría trabajando en sus oficinas privadas de palacio. Pues bien, transcurridos unos días, Alberto ha dado señales de su estado de salud a través de una entrevista en la radio.
El pasado lunes Alberto de Mónaco concedió unos minutos al periodista Christophe Pacaud en la emisora RTL, en los que, por teléfono, habló sobre lo que le hizo sospechar: "Los primeros síntomas aparecieron en la noche del domingo a lunes 15 de marzo, es decir, hace ya más de una semana. No tuve los resultados de mi test hasta el miércoles, pero yo dudaba porque tenía síntomas que comenzaban a ser evidentes".
"Yo no he sufrido la pérdida del gusto ni del olfato. Al principio era como un frío que llegaba, la tos no me vino de primeras. Después, vimos que tenía un poco de fiebre, pero eso son síntomas bastantes ligeros. Entonces rápidamente me prescribieron el confinamiento en casa".
El entrevistador le preguntó sobre el tratamiento experimental con cloroquina, del que tanto se habla estos días: "Los médicos me han dicho que mi estado no revestía gravedad. Si hubiera tenido un principio de infección a nivel de los bronquios, quizás sí hubieran valorado el uso de la cloroquina".
Hay que recordar que el príncipe tiene 62 años y que en 2018 sufrió una grave neumonía que le tuvo apartado un tiempo de la esfera pública, por lo que entra dentro de los grupos de mayor riesgo ante la enfermedad.
Alberto de Mónaco se dirigió a su pueblo el día 17 de marzo, justo un día antes de que obtuviera los resultados positivos por coronavirus, que oficialmente fueron comunicados un día más tarde, el jueves 19 de marzo. En su mensaje televisado llamaba a la responsabilidad y a reducir los contactos sociales para evitar la propagación del virus.
El monarca había estado durante los días previos manteniendo en palacio diversas reuniones con los responsables de la gestión sanitaria y de Gobierno de esta crisis. En esos momentos ya acusaba señales de cierto cansancio y el rostro congestionado. También había asistido, el pasado 8 de marzo, junto a su esposa, Charlène de Mónaco, a la ordenación episcopal de Monseñor Dominique-Marie David, nuevo Arzobispo de Mónaco.
Es la última vez que se ha visto en público a la princesa, de quien no se han facilitado datos sobre su estado, al igual que tampoco de los hijos del matrimonio, los príncipes Jacques y Gabriella. Es de suponer que se encuentran en la residencia palaciega en aislamiento. Se ha llegado a barajar la posibilidad de que Charlène asumiese la regencia del Principado, extremo que contempla la Constitución monegasca y que solo sería posible en caso de que Alberto no pudiese hacerse cargo de sus funciones, lo que no está en cuestión.
Finalmente en el Principado han acabado adoptando también medidas más restrictivas decretándose el confinamiento generalizado en los domicilios, coincidiendo cuando lo hacía Francia. "No podemos hacer menos que los pa��ses vecinos", afirmó Alberto en esta entrevista radiofónica.
Alberto de Mónaco ha agradecido públicamente en una nota las numerosas muestras de interés por su enfermedad y los deseos de una rápida recuperación. Y ha dado unas claves para afrontar estos difíciles momentos: "Paciencia, confianza, coraje y solidaridad". El príncipe continúa siendo tratado por los especialistas del Hospital Princesa Grace varias veces al día y siguiendo sus recomendaciones, al tiempo que apela a la acción y a la unidad.