La pandemia global del coronavirus afecta a los 47 millones de españoles y todo el mundo también afecta a las personas que están privadas de su libertad en las cárceles. Es el caso de Iñaki Urdangarin, quien no está pasando el confinamiento en casa, tal y como le gustaría.
Tras ser decretado el Estado de Alarma, el Ministerio de Interior adoptaba una medida de prevención para evitar que el COVID-19 se extienda dentro de las cárceles durante el tiempo que esté vigente el Estado de Alarma. Consiste en que los presos que están disfrutando ya del tercer grado puedan pasar la cuarentena en sus casas y así no tengan que volver a prisión a dormir. La iniciativa, que afecta a los más de 8.000 reclusos que disfrutan de algún tipo de régimen de semilibertad, no es aplicable en el caso del exjugador de balonmano.
Urdangarin hace la cuarentena en su celda de la cárcel de Brieva
Así, Iñaki Urdangarin se encuentra confinado y haciendo la cuarentena en su celda de la cárcel de Brieva. El vasco está catalogado como interno de segundo grado. No goza de los privilegios del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario. Este epígrafe, conocido como "principio de flexibilidad", permite a los presos en semilibertad la posibilidad de permanecer en sus domicilios sin necesidad de acudir a las prisiones a pasar la noche. Eso sí, siempre que así lo autoricen las juntas de tratamiento.
Otra de las medidas excepcionales del Estado de Alarma que afectará directamente a Urdangarin tiene que ver con una decisión tomada por el ministro del Interior. Fernando Grande-Marlaska dictó una orden para que Instituciones Penitenciarias aislara todas las cárceles españolas, prohibiendo los permisos de salida y también las comunicaciones. En compensación se potenciarán las llamadas telefónicas.
Por tanto, mientras el país se encuentre en este régimen excepcional, el cuñado de Felipe VI tampoco podrá salir a realizar labores de voluntariado en el Hogar Don Orione de Pozuelo de Alarcón, en Madrid. El centro está cerrado, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias para evitar la propagación del COVID-19.