Los Premios Princesa de Asturias calientan motores y a punto están de arrancar en Oviedo. El viernes 16 de octubre, a las 18:30 horas, dará comienzo una gala que, por las circunstancias sanitarias en las que nos encontramos, será muy diferente. El cambio de emplazamiento, del teatro Campoamor al Salón Covadonga del hotel de la Reconquista ha obligado a la organización a reescribir el guión original y en este no es posible tener a los invitados en el mismo lugar de la entrega de los galardones. Eso nos recuerda que habrá que desechar la preciosa estampa de las butacas del teatro repletas con más de 1.000 asistentes, entre los cuales siempre ha estado la madre de la Reina Letizia, Paloma Rocasolano, y otros miembros importantes de su familia. ¿Qué ocurrirá en esta edición con ellos?
Hay que recordar que la madre de la Reina reside desde hace unos años en Madrid, en pleno centro. A sus 68 años, está jubilada después de toda una vida dedicada a la enfermería. Su decisión de mudarse a la capital tras vivir en Oviedo seguramente estuvo provocada por el hecho de tener más cerca a sus hijas y nietas. Y aunque Paloma Rocasolano lleva una vida absolutamente discreta, sin salidas públicas, que no sociales, su cita cada año con los Premios Princesa de Asturias es ineludible. Nunca ha faltado.
En los últimos años siempre ha desfilado, casi sin dar señales, junto a una buena amiga. Luego solía ocupar una butaca de pasillo en el teatro Campoamor (siempre muy cerca del duque de Alba), para que al término de la ceremonia pudiese saludar cariñosamente a la Familia Real antes de abandonar el recinto. Pero este año hay una complicación añadida, y es que en Madrid rige el Estado de Alarma, lo que impide a sus ciudadanos salir de sus márgenes si no es por una causa justificada. ¿Podría viajar Paloma Rocasolano a Oviedo? ¿Se considera una gala de premios una especie de 'trabajo'?
OVIEDO, VUELTA A LA FASE 2
Por otro lado, en la capital asturiana acaban de retroceder a la Fase 2 de la desescalada ante el aumento de casos de coronavirus. La Fundación ya ha comunicado que siguen teniendo la autorización de las autoridades sanitarias para llevar a cabo sus actividades, eso sí, bajo todas las medidas de precaución posibles (mascarillas, distancia, higiene). Recomiendan, por ejemplo, la no asistencia de personas con síntomas o vulnerables, de 65 años en adelante, si además padecen alguna enfermedad de riesgo.
Pese a que el aforo será reducido y durante la ceremonia principal solo estarán 'in situ' los Reyes, sus hijas, la Reina Sofía (en un palco), los galardonados y las autoridades, sí hay un cupo destinado a invitados. La Fundación Princesa de Asturias los ha ubicado en el Salón Reconquista de dicho hotel, al lado del Covadonga, desde el que podrán seguir la gala a través de pantallas. Todos harán su entrada a partir de las 17:45 de la tarde a través del Patio de la Reina (al descubierto) y por el que suponemos que extenderán, como es costumbre, la tradicional alfombra azul que identifica estos premios. Alrededor de las 18:15 deberán estar en sus asientos, ya que poco después caminarán por el mismo sitio los Reyes Felipe y Letizia, la Princesa Leonor, la Infanta Sofía y la Reina Sofía en dirección al Salón Covadonga.
CON UN PERMISO ESPECIAL
Sería bastante extraño que Paloma Rocasolano no estuviese en esta lista de invitados o que no la hubiera aceptado, a no ser por causas mayores u otras consideraciones. Los Premios Princesa de Asturias son un acto de reconocido prestigio y carácter institucional para los que Paloma Rocasolano podría obtener su 'pasaporte' sin problemas. Lo mismo podría decirse del padre de la Reina, Jesús Ortiz, y la esposa de este, Ana Togores, quienes también tendrían que viajar desde Madrid. E incluso su hermana, Telma Ortiz, y su actual pareja, Gavin Bonnar, quienes realizaron la puesta de largo su romance en la gala del año pasado. La joven también se ha mudado a la capital tras más de una década residiendo en Barcelona.
En cuanto a la abuela de la Reina, Menchu Álvarez del Valle, que vive en su casa de Sardéu (Ribadesella), se plantean otros dilemas. Tiene 92 años, y aunque los lleva estupendamente, su avanzada edad supone un componente de alto riesgo frente al virus. Ella también ha sido una presencia constante en estos galardones, la persona que saca la ternura de todos, de su nieta y sus bisnietas, para las que continúa siendo un ejemplo. En todo caso, faltan horas para que todas estas incógnitas se resuelvan.