El matrimonio real entre Juan Carlos I y la Reina Sofía ha sido, a lo largo de los años, objeto de debates y especulaciones. A pesar de los titulares y rumores, poco se sabía sobre los acontecimientos que realmente tuvieron lugar tras las puertas de Zarzuela. Pero eso fue así hasta hace poco, cuando se tuvo conocimiento del día que el Rey Juan Carlos quiso divorciarse de la Reina Sofía.

Juan Carlos I y doña Sofía.
Uno de los múltiples posados que hicieron en Mallorca, hace años, el rey emérito Juan Carlos I y doña Sofía.(Gtres)

Corinna conquistó su corazón

Hubo un mes que quedó para el recuerdo de los protagonistas y para la historia reciente de España: febrero del año 2012. El monarca llamó a sus tres hijos y los reunió en el restaurante El Landó, uno de los grandes clásicos de Madrid y enclave gastronómico conocido por su discreción. Los cuatro comensales cenaron juntos y Felipe VI, y las infantas Elena y Cristina escucharon la noticia que les dio su padre: estaba pensando, muy en serio, en pedirle el divorcio a la Reina Sofía.

En aquel entonces, la relación de Juan Carlos I con Corinna Larsen dejó de ser un simple rumor. Había alcanzado un grado tal de estabilidad que la consideración de divorcio del jefe del Estado no parecía descabellada. De hecho, la llamada “amiga entrañable” acompañaba al Rey en sus viajes institucionales, dejando a las claras el profundo vínculo que existía entre ambos. La influencia de Corinna en la vida del rey emérito era innegable. No solo había conquistado su corazón, también se hizo visible en fotografías oficiales y ocupó un edificio reservado para invitados cerca de Zarzuela.

El día que el Rey Juan Carlos quiso divorciarse de la Reina Sofía
Boda Rey Juan Carlos Reina Sofía.

Juntos en Sanxenxo

Sin embargo, lo que podría haber sido el inicio de una nueva vida para Juan Carlos I y Corinna, terminó siendo un episodio de desencuentros. Según reveló, tiempo después, en el pódcast, “Corinna y el Rey”, el rey emérito la llevó a un salón y “básicamente me dijo que me amaba, que quería casarse conmigo y que quería vivir conmigo para siempre”. Y lo sorprendente es que no se trató de la primera vez. Después de terminar su relación con Corinna, Juan Carlos I volvió a acercar posiciones con la Reina Sofía. Incluso compartieron unos días juntos en Sanxenxo junto con la infanta Elena. Padre e hija estuvieron presentes en una de las regatas que se celebraron en la localidad gallega. Doña Sofía participó como espectadora para sorpresa de todos los presentes. Hacía muchos años que al matrimonio no se le veía compartiendo actividades más allá de lo que dictaba la agenda institucional.

Doña Sofía se marchó a La India

A lo largo de los años, hemos sido testigos de cómo la vida matrimonial de doña Sofía ha sufrido turbulencias que han puesto a prueba su fortaleza. Aunque estaba al tanto de los líos de su marido, nunca llegó a contemplar, de forma real, la posibilidad del divorcio. En una ocasión, doña Sofía se fue a La India a visitar a su madre, la reina Federica. Buscaba en ella consuelo y sabiduría. Le dijo una frase que doña Sofía no olvidó jamás: “Una reina nunca abandona su puesto”. Estas palabras, cargadas de responsabilidad y compromiso, sirvieron de faro para doña Sofía, recordándole su deber no solo como esposa, sino también como máxima representante de España.

Juan Carlos I vive en Abu Dabi, mientras que doña Sofía reside en La Zarzuela. A pesar de la disminución de sus responsabilidades oficiales desde la coronación de su hijo, el rey Felipe VI, ella sigue comprometida con sus deberes. La relación entre Juan Carlos I y doña Sofía está rota, y es poco probable que ella vaya a visitarlo en Abu Dabi. A lo largo de su matrimonio, son muchas las cicatrices que han trazado una línea divisoria entre ellos.