La Casa Real española está en boca de todo el mundo, y no por motivos agradables. El protagonista: el Rey Juan Carlos. Para sorpresa de nadie. Dejando a un lado el contenido de los audios del monarca emérito, es interesante analizar la reacción de los distintos miembros en la cúpula de la institución. El panorama es complicado, entre dramático y ridículo, y enfrenta a nuestra realeza a su lado más humano y trivial. 

La Reina Letizia y don Felipe llegan al Teatro Real

La Reina Letizia y el Rey Felipe, en el Teatro Real.

Robert Smith

La publicación de las ya famosas fotos de la paella en casa de Bárbara Rey (en la revista holandesa Privé) y ahora la sucesión de audios filtrados en el medio español OkDiario nos presentan una 'película' que, sin duda, debe estar haciendo mucho daño en La Zarzuela.

Que una cosa es saber y otra muy distinta es ver y escuchar. Y además, que el resto del mundo sepa, vea y escuche. Las miserias de la 'primera familia del país' elevadas a público. Se perdió la discreción, se esfumó la magia.

En la Historia siempre hubo cantares sobre el devenir privado de reyes y reinas; ahora nos sirven en bandeja "sexo, mentiras y cintas de vídeo". De nuevo, como en la vida misma, este último capítulo borbónico contiene muchos géneros: drama, comedia y vodevil. Así que, ¿cómo mantener el tipo ante esta situación?

En la Casa Real lo están llevando como pueden. Ante una crisis semejante, silencio, de momento. Todo sigue su curso y ya están curados de espanto tras más de una década de episodios escandalosos. Aunque eso no exime de que siga doliendo.

El Rey Felipe, al timón de un barco difícil de manejar

La Familia Real 'patroneada' por el Rey Felipe resiste contra viento y marea, y el soberano aguanta el timón de un barco que soporta demasiadas tormentas. Esta última polémica es más reveladora del carácter personal que de las llamadas cloacas del Estado (por ahora), pero igualmente resulta inquietante y hasta vergonzante. 

Pero el que resiste, gana, y este espíritu debe ser su guía, una vez más.

El Rey Felipe VI y Juan Carlos I.

El Rey Felipe VI y Juan Carlos I, en Windsor. 

Gtres

El resumen podría ser el siguiente: el Rey Felipe está haciendo de tripas corazón. Asume el grueso de la agenda oficial con su nuevo lema por bandera: "Servicio, compromiso y deber".

Su madre, la Reina Sofía, tristemente aludida en el "Bárbaraleaks", ha reaparecido en la escena en el peor momento, encomendándole dos actos oficiales seguidos, lunes y martes, y con otro compromiso previsto para el viernes 11 de octubre. Tres salidas en una misma semana, lo nunca visto.

Con ello da la razón a la 'generosa' definición que de Doña Sofía hace su todavía esposo: la de impecable "profesional". La procesión va por dentro: la Reina emérita está algo más seria y a veces la sorprendemos con la mirada lejana, sí, pero sin cargar las tintas.

En estos momentos hay una exposición sobre el esperpento (ese género tan español) en el Museo Reina Sofía de Madrid. Casualidad, pero aten cabos.

La Reina Sofía reaparece con una americana de aires vintage y el bolso marrón chocolate que es pura tendencia de otoño

La Reina Sofía reaparece con una americana de aires vintage y el bolso marrón chocolate que es pura tendencia de otoño.

Gtres.

Y así llegamos al tercer vértice de la Familia Real: la Reina Letizia. La consorte ha desaparecido en una llamativa bomba de humo en medio del escándalo. No hay señales de ella; ni está ni se la espera. Bueno, en realidad sí se la espera. Una respuesta, una presencia, sea la que sea.

La Reina Letizia, con la agenda oficial en blanco en medio del escándalo

Es cierto que las circunstancias se han concatenado a su favor. La última vez que la Reina Letizia apareció en público fue el pasado 30 de septiembre, para la presentación del nuevo servicio para sordos de Radio Nacional. Traje lila, sonrisa radiante... No presagiaba el nubarrón que se cernía sobre palacio.

La demoledora frase con la que la prensa alemana define la última intervención de la Reina Letizia en la radio

La Reina Letizia frente a los micrófonos de RNE. 

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Luego empezaron a salir las confidencias de su suegro y su amante (ya podemos llamarlo así, con todas sus letras), esos secretos de alcoba tan decimonónicos, que son fruto de una confianza que pertenece a la intimidad de las parejas, pero que no es del todo sincera, puesto que uno de los interlocutores (Don Juan Carlos) no sabía que estaba siendo grabado.

Curioso que él, con tanta calle, no percibiera en Bárbara Rey su intención de sonsacarle. Más que conversaciones son entrevistas.

La Reina Letizia y la Reina Sofía

La Reina Letizia y su suegra, la Reina Sofía, durante la recepción en Mallorca en 2024.

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Para la Letizia periodista, que nunca ha dejado de ser, debe ser evidentísimo. La Reina Letizia es lista y también tiene calle. Ella lo hubiera pillado al vuelo. Y ante la voz de ese suegro que ella no conoció (de inicios y mediados de los años noventa) cabe la curiosidad del documento, pero también la responsabilidad de su gestión dada su actual posición.

Letizia y Juan Carlos en Londres

La Reina Letizia y el Rey Juan Carlos, en Londres.

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La mala relación de la Reina Letizia con su suegro no es un secreto. Casi desde su llegada a la Familia Real se hizo evidente un trato frío entre ambos, algo que echaba picante en los mentideros, pero que tampoco molestaba en lo esencial de los asuntos de Estado. Ahora sabemos que tampoco el soberano y Doña Sofía se trataban, más allá de cara a la galería, y no pasaba nada.

La desaprobación manifiesta de Don Juan Carlos con Letizia hizo mella y su relación ha sido simplemente educada con el paso de los años, pero distante y sin la tan buscada complicidad que adoramos. Noble y regio era el monarca, pero qué increíble que aquí nos encontremos ahora...

La escapada secreta de la Princesa Leonor tras su éxito en la Fiesta Nacional

La Princesa Leonor durante el tradicional besamanos por la Fiesta Nacional. 

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Porque Letizia aún no había irrumpido en la vida de Felipe en aquella época, que si no podríamos apostar alto y fuerte a que Don Juan Carlos hubiera confiado sus opiniones sobre ella a su entonces amante. Y Bárbara Rey es solo una más de los muchos romances que se le atribuyen. De eso, al menos, se libra.

La Reina Letizia, dos semanas sin agenda

El hecho es que Letizia ha decidido desaparecer, hacer mutis por el foro. Esta semana no figura en ningún acto de la agenda oficial, así que, tras la pasada, la Reina sumará casi dos semanas de ausencia del foco público. Suegra, 3; nuera, 0. Llamativo, ¿no?

Letizia y Rania

La Reina Letizia y Rania de Jordania, en un encuentro en Madrid.

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La Reina Letizia tenía previsto el viaje de Estado a Jordania (nos quedamos sin duelo con Rania), pero la situación bélica en Oriente Próximo hizo que a última hora se cambiaran los planes y solo se desplazara el Rey Felipe. Eso le ha permitido tener unas 'mini vacaciones' improvisadas. Por cierto, se la ha visto comiendo en un restaurante del barrio madrileño de Chamberí.

Sin embargo, esta semana, la soberana sigue en blanco. Salvo sorpresas de última hora, nos reencontraremos con Doña Letizia el sábado 12 de octubre para celebrar la Fiesta Nacional. Y además junto a la Princesa Leonor 'debutando' en medio de la polémica del abuelo.

La heredera es el mirlo blanco de la Casa Real y no convienen más manchas en el historial.

La Zarzuela, ante el embrollo de los audios del Rey Juan Carlos

La intuición nos dice que los despachos de La Zarzuela andan revolucionados estos días. Qué hacer, cómo afrontar, qué decir o qué callar ante una opinión pública no asustada, pero sí hastiada de los excesos del emérito. Delicada misión.

La Reina Letizia, con sus hijas y su suegra en Palma

La Reina Letizia, con sus hijas y su suegra en Palma durante las vacaciones de 2024.

Robert Smith.

La solución más adecuada puede ser el silencio, aunque tampoco funciona en una sociedad del siglo XXI que presume de moderna y transparente. Son asuntos "privados", de acuerdo, pero a los que asistimos en entregas diarias como en cualquier telenovela de sobremesa. Tampoco se puede hacer oídos sordos.

Por otro lado, esos audios hacen pupa a la Familia Real en tanto que familia. Quizás ya están demasiado acostumbrados a las 'cositas' del patriarca, pero el asunto toma otro cariz cuando puede afectar a una monarquía que lucha por su permanencia. 

 

La retahíla de escándalos del monarca emérito parece no tener fin y eso es un problema. Por mucho que el Rey Felipe haya interpuesto un necesario cordón sanitario. Situar frente al espejo monárquico un sainete semejante, normalizarlo y asumirlo, también dice mucho. Pero, ¿acaso importa? ¿Qué consecuencias tiene?

El Rey Juan Carlos, de Sanxenxo a Abu Dabi, en silencio

El Rey Juan Carlos acaba de finalizar dos largas semanas de estancia en Sanxenxo. En su paraíso marítimo gallego navega a bordo del Bribón ajeno a los susurros. Sus frecuentes visitas a la localidad pontevedresa ya casi no eran noticia, y eso era perfecto. No daba de qué hablar. Pero esta última visita, que estaba destinada a ser una más, se ha revelado cruda y desnuda.

La Infanta Elena y el Rey Juan Carlos en Galicia

El Rey Juan Carlos, en Sanxenxo acompañado por su hija mayor, la Infanta Elena.

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La diferencia es que aquel Juan Carlos de los audios no era este que vemos ahora, un anciano de 86 años que lucha contra sus problemas de movilidad y trata de sustentar a aquel tipo campechano y simpático que no necesitaba de muletas ni del brazo de un asistente.

Lo observamos y nos salta el resorte de la ternura y la conmiseración. Él ya no es aquel y hasta nos parece increíble que tuviera tal capacidad para organizarse como hombre y como jefe de Estado.

La biógrafa del Rey Juan Carlos y la Infanta Elena en Sanxenxo

La biógrafa del Rey Juan Carlos, Laurence Debray, y la Infanta Elena en Sanxenxo.

Gtres.

En Sanxenxo Don Juan Carlos saluda a los presentes, se deja querer, sale a cenar, le arropan sus familiares y amigos. Es su espacio seguro. En esta última ocasión hasta le ha acompañado su biógrafa de cabecera, la francesa Laurence Debray...

Y calla. Como si no fuera con él. No ha habido ni una palabra 'al respecto'. Pensará que ya ha prescrito todo, ante lo humano y lo divino.

Mientras tanto, su hijo, el Rey Felipe VI, hace malabares. ¿Dónde encajar la figura paterna, antes venerada y hoy puesta al descubierto? Su propio padre le pone chinitas en el trono que incomodan, y mucho, al sentarse.

La Reina Letizia yel Rey Felipe junto a sus hijas

La Familia Real se mantiene unida frente a las polémicas externas.

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A lo largo de esta última década los Reyes Felipe y Letizia han tenido que lidiar con muchas crisis y capear el temporal "emérito". Corinna, las comisiones, Hacienda... A la vista de los resultados, puede que solo se hayan puesto tiritas que servían para salir del paso, pero que no han sanado del todo las heridas.

"Para el Rey Juan Carlos todos somos súbditos", dice José Luis Ortega, un antiguo colaborador del gabinete de la Reina Sofía, que se está despachando a gusto sobre aquel pasado en el que veía sufrir a su jefa y su enorme decepción, según su círculo cercano. ¿Eso incluye a su propia familia?

El Rey Juan carlos y la Reina Sofía durante un acto

El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía, en 2018, durante el acto solemne por el 40º aniversario de la Constitución. 

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El pasado siempre encuentra la forma para revolotear en nuestras vidas y acude cuando menos te lo esperas para revolver viejas cuitas. Al pasado del Rey Juan Carlos todavía le queda cuerda.

En estos momentos, Laurence Debray está preparando su libro de memorias, que curiosamente se titulará "Reconciliación". Una obra, por cierto, cuya salida acaba de ser aplazada por la editorial, suponemos que para incluir toda esta información actualizada. Si es valiente y honesto, ansiaremos ver la versión de la historia de primera mano en la voz del Rey emérito.