Ha pasado un año desde que Sergio Peris-Mencheta fue diagnosticado de cáncer. No han sido meses en absoluto sencillos para él, pero por suerte, recibió un trasplante de médula por el que su evolución comenzó a ser favorable en el hospital de Los Ángeles. Fue allí donde recibió tratamiento de quimioterapia y una posterior intervención quirúrgica, y aunque los profesionales del centro en cuestión siguen pendientes de su estado de salud, poco a poco está consiguiendo retomar su rutina habitual en España. Aunque lo cierto es que ha tenido que hacer frente a ciertas secuelas propias de su enfermedad, entre ellas, un cambio físico que no ha pasado desapercibido dentro de nuestras fronteras.
Hace apenas unas horas, Sergio Peris-Mencheta protagonizaba una entrevista en ‘Culturas 2’, programa de La 2, para hablar sobre su nueva obra y también sobre su estado de salud. Llamaba especialmente la atención su cambio físico, pues luce una tez mucho más morena que antes de iniciar su lucha contra el cáncer. Un asunto del que ya habló en una intervención para ‘El Faro’, de Cadena Ser, en el que admitía haber vivido varios cambios a consecuencia de la enfermedad: “Por dentro estoy muy bien. Todos los resultados son buenos. La enfermedad ha desaparecido y las analíticas son buenas, aunque aún estoy con mucha medicación”, confesaba.
Sergio Peris-Mencheta pone fin a la gran incógnita sobre el color de su piel: "No es del sol"
En especial, ponía el foco en el cambio del tono de su piel, que no es fruto de “haber tomado demasiado el sol”: “Los primeros coletazos de la enfermedad siempre los llevo. No sudo, tengo la boca seca muy a menudo. También me afecta a las articulaciones y a la piel. El moreno que tengo no es del sol, es porque la piel en mi cara está color minero. Tengo que lidiar con la fragilidad y la debilidad”, explicaba, aunque muy orgulloso de todos los avances que ha logrado gracias a su fortaleza, y al apoyo de los médicos: “Me gusta decir que me he enfrentado más que nunca a la vida, pero también me he enfrentado más que nunca a la muerte. Aun así, todo esto me ha ayudado a darle a la vida el valor que merece”.
Tanto es así, que no ha querido dar ni un solo paso atrás en su nueva obra, 14.4, e incluso desde el hospital, siguió dando órdenes a su equipo para hacerla realidad: “Cuando mi socia me planteó que qué hacemos con 14.4, me paré un momento y no lo había pensado porque no tenía más tiempo que pensar en la enfermedad. Le dije que para pensar en otra cosa que no fuera eso, me iba a venir muy bien. Y no solo me vino bien para despejar la mente, sino que también me subía la vibración”, contaba frente a la presentadora de La 2, Tània Sarrias.
No obstante, para él no fue fácil volver a la rutina de los ensayos, sobre todo, teniendo en cuenta el agotamiento que estaba viviendo a consecuencia de la quimioterapia. Pero las ganas y la ilusión hicieron el resto: “Yo empezaba hecho polvo los ensayos, con el gotero en la habitación, metiéndome la quimioterapia, y a los 10 minutos estaba a tono. Me venía muy bien. Es verdad que cuando acababa necesitaba dormir una siesta de 2 o 3 horas”, se sinceraba.
El productor teatral tendrá que volver al hospital de Los Ángeles: este es el motivo
Cabe destacar que el infierno producido por el cáncer no ha cesado para Sergio. El productor teatral tendrá que viajar de nuevo al hospital de Los Ángeles, para que así sus médicos puedan llevar a cabo un seguimiento de su estado de salud, y evitar por todos los medios una recaída: “Cruzando los dedos desde ayer y ahora vuelvo a Los Ángeles porque tengo que seguir con mi seguimiento médico. Tengo que ir dos veces al mes al hospital a que el médico haga mi seguimiento. Están muy contentos, pero hay que hacerlo”, ha asegurado.
En esta durísima etapa de su vida, por suerte, Peris-Mencheta no ha estado solo. Ha contado con el apoyo no solo de sus seres queridos, sino de su donante y de los médicos que han trabajado sin descanso para que su evolución diera los frutos esperados: “Antonio Hernández (…) Mi hermano, que ha sido mi donante, y que me ha apoyado durante todo el proceso. Gracias a él estoy vivo. También voy a mencionar a Antonio Pérez Martínez, que trabaja en el hospital La Paz y es experto en oncología infantil y ha salvado a muchos niños. Él, digamos, que me habló como a un niño o como a los padres de un niño para convencerme de que me podía salvar, porque yo no lo veía nada claro”, decía. Ahora, poco a poco ve una esperanza mucho más grande.