El panorama nacional está de luto. Este 22 de noviembre, se ha dado a conocer la triste muerte de María de Mora. La conocida relaciones públicas se hizo un hueco en el ámbito televisivo en la década de los 2000, lo que le llevó a establecer relaciones amistosas con rostros conocidos como el de Kiko Matamoros. Ahora, el colaborador lamenta su pérdida

Kiko Matamoros

Kiko Matamoros en un plató de televisión.

Telecinco

Kiko Matamoros relata el infierno que sufrió María de Mora a causa del cáncer

Kiko Matamoros se había consagrado como uno de los grandes amigos de María de Mora. Aunque en los últimos años se habían distanciado más, la guarda en su recuerdo con especial cariño, y así se lo ha hecho saber a La Razón. De hecho, fue una de las invitadas a su boda con Marta López Álamo: “La última vez que la vi fue en mi boda, pero hemos estado en contacto telefónico, aunque no me había enterado de esta última crisis que había sufrido”, ha revelado. Él ya era conocedor de que la situación de salud de la relaciones públicas no era favorable para ella: “Han sido 30 años peleando contra el cáncer, con cinco o seis tumores por lo menos”, ha continuado, visiblemente afectado por la noticia.

No resulta extraño que a Kiko le haya dolido la muerte, pues llevaba varias décadas siendo amigo de María, y por ende, sabiendo las adversidades a las que se ha ido enfrentando: “Tenía una relación de amistad con ella desde hace más de cuarenta años, aparte de que también fui su representante. Le tenía un cariño tremendo y se portó muy bien conmigo. Cuando he tenido algún problema siempre me ha ayudado mucho”, ha confesado, con cierta pena por su pérdida. 

María de Mora

María de Mora en un photocall.

Gtres

Como no podía ser de otra manera, el colaborador de ‘Ni que fuéramos’ se ha puesto en contacto con los seres queridos de María de Mora nada más conocer la noticia. Según él, sus familiares “no lo están pasando bien y evidentemente están muy afectados”. Sobre todo su hijo, David, uno de los pilares fundamentales para ella: “Es verdad que era algo que tenían asumido, pero nunca es plato de buen gusto. Tenía sesenta y pocos años y siempre con muy buen aspecto”, ha continuado.

Ahora que ha fallecido, Matamoros prefiere quedarse con todo lo que aprendió de ella a lo largo de su vida, además de la huella imborrable que ha dejado dentro de nuestras fronteras. Para él, “fue muy caritativa con mucha gente, se ha llevado grandísimos secretos. Podría haberse cotizado muchísimo, pero siempre ha sido leal a la gente que fue leal con ella”, ha comentado para el medio citado. 

El padre de Laura Matamoros la recuerda como una persona que supo muy bien cómo gestionar su fortuna, y alejarse de los medios de comunicación cuando lo creyó oportuno: “Tenía un patrimonio importante, con varias propiedades. Afortunadamente pudo vivir bien. Era muy disfrutona, le gustaba mucho salir con sus amigas y amigos. Para mí ha sido una de las grandes amigas que he tenido”, ha zanjado sin dudas. 

Por el momento, se desconocen los motivos de la muerte de María de Mora. Tan solo se sabe que sus restos mortales serán velados en el tanatorio de La Paz, ubicado en Tres Cantos. A buen seguro, se desplazarán hasta allí algunos de los famosos de este país, incluido Kiko Matamoros, para enviar sus condolencias a los más allegados de su gran amiga y darle un último adiós. 

Así fue una de las últimas entrevistas televisivas de la fallecida

Todo apunta a que el cáncer ha tenido mucho que ver en la repentina pérdida de la relaciones públicas. La protagonista plantó cara a esta durísima enfermedad en muchas ocasiones, pero finalmente, le ha ganado la batalla. De hecho, también habló sobre ella durante una entrevista para ‘Sábado Deluxe’, hace nada más y nada menos que diez años: “Cuando me dijeron que tenía cáncer, mi primera reacción fue decir: ‘No me lo puedo creer’. Tuve miedo, mucho miedo. Pensé que no iba a poder superarlo (…) Cuando me lo dijeron, creí que no iba a tener fuerzas para afrontar un tratamiento tan agresivo”. Pero finalmente, sacó energía para poner punto final a una pesadilla terrible, por la que llegó a pasarlo verdaderamente mal: “Me quedé en silla de ruedas, me quedé casi ciega y sin uñas”.

En 2014, fue cuando la empresaria sufrió el cáncer en persona por primera vez, e incluso llegó a pedir “dos veces la eutanasia porque no podía más”. Ahora, diez años después, ha fallecido: “La primera vez solo me quitaron el pecho. Cuando ya estoy con la reconstrucción me vuelve otro cáncer y ahí lo pasé fatal. Los tratamientos en esa época eran horribles. Estaba postrada en una cama, ni podía comer. Así estuve cuatro meses y luego empecé la recuperación. Tuve mucho miedo”.