Tamara Falcó, que recientemente abrió el álbum de fotos privado de su boda, se ha vuelto a sentar en la tertulia de 'El Hormiguero'. Como cada jueves, ha compartido jugosos detalles sobre su vida privada que, inevitablemente, pasan por la de su madre, Isabel Preysler. Madre e hija tienen una relación fantástica, aunque, como ha confesado la marquesa de Griñón, "Ella es muy perfeccionista". Una característica de su personalidad que provoca que pocas veces le diga cosas bonitas.
Tamara Falcó desvela el lado menos cercano de su madre
La mujer de Iñigo Onieva ha vuelto a protagonizar esta sección de 'El Hormiguero' con su desparpajo y sinceridad. Hoy tocaba hablar de las madres, un tema en el que Tamara Falcó tiene mucho que decir y siempre sin pelos en la lengua. Pero no sobre las madres en general, sino sobre su actitud respecto a los hijos en tanto les dicen cosas bonitas o no.Juan del Val, Nuria Roca y Cristina Pardo, colaboradores de la tertulia, han compartido sus anécdotas, mientras Tamara Falcó se mantenía en absoluto silencio. Parecía que luchaba por no intervenir, pero le ha sido imposible ante la pregunta directa de Pablo Motos sobre Isabel Preysler. "A ver, a mi madre le cuesta decir cosas bonitas porque es muy perfeccionista. Primero con ella misma y luego con los demás", ha reconocido entre risas.
"Es de las pocas veces que recuerdo que mi madre me dijera tantas cosas bonitas"
Y es que, aunque Isabel adora a sus hijos, su hija ha reconocido que, en ocasiones, le cuesta tener palabras bonitas hacia ella. Para apoyar su comentario, Tamara ha compartido una anécdota de cuando era pequeña y su madre la llevó al especialista al ver que "no crecía". "Me estaba quedando bajita y me llevó al médico de crecimiento. Y le dice: 'Mírela doctor, con esa cara, esa naricita, es una pena que se quede bajita'. Claro, el médico la miraba como, 'ya, ya, es muy mona...'. Es de las pocas veces que recuerdo que mi madre me dijera tantas cosas bonitas", ha recordado.La hija de Carlos Falcó también ha sacado a colación un detalle sobre la relación de su marido e Isabel Preysler. "Mi madre tiene tantas reglas en casa de lo que no se puede hacer, que Iñigo le dice que tiene que hacer un libro para que se entere. El matrimonio se acaba de instalar en la mansión familiar en Puerta de Hierro (Madrid), porque el lujoso ático en el que pasarán a vivir Tamara e Iñigo está en obras.