Si hay algo que tiene enamorada por completo a Sara Carbonero son los momentos que pasa junto a los suyos en Corral de Almaguer, el pueblo de Toledo en el que pasó su infancia. Siempre que puede, se escapa a la casa que ha decorado con mucho cariño y mimo. La periodista ha abierto ahora las puertas de la vivienda y ha mostrado los rincones más especiales de ella.
Está claro que Sara Carbonero está pasando por un buen momento. La periodista está disfrutando al máximo del verano y de sus días en su pueblo de la localidad toledana. Se trata de su propio refugio, en el que puede desconectar del bullicio de Madrid y ver como sus hijos disfrutan del lugar de su infancia. La casa que posee en Corral de Almaguer es perfecta para ello gracias a la cálida decoración de la misma.
Se trata de una vivienda de 400 metros cuadrados, que está decorada con toques rústicos, aunque con algún que otro mueble vanguardista. Una de las partes favoritas de Sara Carbonero es el patio, que ha sido testigo de infinidad de reuniones y celebraciones con amigos. Se trata de un rincón muy especial, luminoso y perfectamente decorado con tejidos naturales, plantas y muebles campestres.
La casa destaca por el suelo de azulejo en color teja
Sara Carbonero ha presumido en muchas ocasiones de la casa de que tiene en el pueblo y que conecta directamente con sus raíces. Está situada en pleno centro del pueblo, al lado de la Plaza Mayor. El salón es otro de los rincones favoritos de la periodista. Aquí podemos ver como el suelo de azulejo en color teja destaca junto a la chimenea de acero situada en un mueble de obra con ladrillos.
Es aquí también donde encontramos una preciosa alfombra vintage, que recuerda a las que podemos encontrar perfectamente en un palacio. Este elemento destaca por sus tonos azules y amarillos, que contrastan a la perfección por el rojo del suelo. Mención especial también para la escalera que conecta las plantas de la casa. La periodista ha querido conservar el toque rústico del pasamanos.
El estilo boho impregna todas las habitaciones de la casa del pueblo de Sara Carbonero. La periodista apuesta por el minimalismo combinado con lo rústico, algo que se aleja del ruido visual y que da paz. Además, las plantas que podemos encontrar en algunas de las estancias también le aportan un toque especial y le dan vida a la casa.
Cuando Sara Carbonero e Iker Casillas adquirieron la casa, en 2016, durante el embarazo de su segundo hijo, la sometieron a una gran reforma, dejándola como nueva. Eso sí, la fachada la dejaron prácticamente como estaba para no romper con la estética de los demás hogares.
Una casa perfecta con mucha personalidad
Sara Carbonero siempre ha tenido muy claro que quiere que sus hijos crezcan creando recuerdos especiales desde bien pequeños. Por eso considera que es esencial que Lucas y Martín pasen tiempo en la vivienda de la localidad toledana. Es aquí donde pueden conectar con sus raíces.
Es una casa con mucha personalidad y decorada con mucho mimo siguiendo su filosofía de "Slow life". Esta asegura que la clave de la felicidad y el bienestar se encuentra en priorizar los hábitos que fomentan un equilibrio entre el cuerpo y la mente. Es un estilo de vida más lento y relajado, donde se prioriza lo cotidiano, el descanso, el aquí y el ahora.
Sara Carbonero se toma la vida de otra de manera y encuentra la felicidad en las pequeñas cosas. Para ella, hacerse un selfie en su espejo favorito de su casa del pueblo es algo que le da vida. Este elemento situado en su vivienda le da tranquilidad. Y no es para menos. Se trata de un espejo cuyo marco es una cuerda gruesa enroscada, que termina en "looping" en la parte superior.
Las reflexiones de Sara Carbonero en el pueblo
Si hay algo que caracteriza a Sara Carbonero es el gusto que tiene por compartir con todos sus profundas reflexiones. Así hemos podido saber cómo se siente en determinadas ocasiones y con lo que se identifica. También lo ha hecho en las ocasiones en las que se encontraba en la casa de su pueblo. Hace un tiempo, la periodista compartía una imagen en la que aparecía sentada en una mecedora, justamente se trataba de la misma en la que le dormía su madre cuando era bebé. Además, también tiene en un rincón la vieja máquina de coser de su abuela.