Sara Carbonero (40 años) lleva tiempo usando sus redes sociales como un lugar en el que publicar algunas de sus reflexiones más profundas. Es cierto que también nos muestras algunas imágenes inéditas de algunos ratitos que pasa con sus hijos, Martín y Lucas, pero desde hace un tiempo prefiere compartir algunas de sus experiencias más personales. 

De vez en cuando, además, se focaliza en mostrar detalles de su día a día. Sara Carbonero es muy celosa de su intimidad, pero cuando lo ve pertinente, esta da el paso de enseñar aspectos de su rutina. Esto es lo que ha hecho hace apenas unas horas cuando ha compartido una imagen desde el hospital que ha preocupado a sus seguidores.

Sara Carbonero comparte una foto desde un centro médico

Hace unas horas, la periodista dio el paso de compartir una imagen que ha preocupado a todos sus seguidores: "Las mañanas del hospi para mucho", ha escrito Sara Carbonero. Junto a la frase, se puede ver un aparato médico junto a una cama y una ventana, que precisamente tiene un estor echado para evitar que entre en la habitación del hospital demasiada luz.

Sara Carbonero, desde el hospital.

Sara Carbonero manda un mensaje desde el hospital.

Instagram.

A pesar de que ha desatado la duda y la preocupación entre sus seguidores, que no saben si se debe a su ingreso, Sara Carbonero se ha limitado únicamente a compartir esta imagen. Nada de dar detalles sobre el motivo que le ha llevado a una habitación de hospital.

La periodista es muy dada a compartir imágenes desde el hospital cuando se encuentra allí. Ella misma optó por compartir una reflexión personal acerca de lo mucho que le había ayudado la lectura y la música durante su ingreso en el hospital cuando tuvo que ser operada de urgencia tres años después de que le intervinieran de cáncer de ovario.

Ella misma desveló cómo vivió los momentos tan duros que pasó en el hospital

"Me produce una extraña alegría que en la habitación 678, justo en este momento, alguien lee exactamente el mismo libro que yo, probablemente en el mismo sofá de polipiel, con la misma incertidumbre. En los pasillos y en la cafetería me cruzo con muchísimas personas que siempre dejan paso en el ascensor y saludan sonrientes, como lo hago yo", empezó diciendo con emoción.

Además, ella creía que este comportamiento que todos tenemos en los hospitales responde a unos códigos de conducta: "Son los "códigos" de este lugar, donde todos sabemos la necesidad de cariño y afecto en estos días interminables. Entre estas paredes se valora mucho más cualquier gesto, cualquier detalle, cualquier soplo de aire fresco. Cualquier buena noticia".

La periodista describió todo lo que vio durante esa época en el hospital. Y puso el foco en lo que veía desde la ventana durante su ingreso. Algo que podría ser igual ahora que se encuentra en un centro médico: "A través de la ventana observo que la gente en la calle está de manga corta y yo duermo con dos mantas. Lo de dormir, es un decir. En la tienda de abajo he comprado unos crucigramas, pero me puede el Candy Crush", decía Sara. Ahora, por supuesto, su día a día en el hospital podría ser igual.

De reflexión en reflexión

Sara Carbonero es muy dada a escribir todo lo que siente. Eso la ha convertido en una de las 'influencers' más reflexivas. Hace apenas unas horas, precisamente, compartía con todos un texto que leyó en uno de los libros que se ha leído recientemente y con el que se sintió muy identificada.

"Decía mi abuela que cuando una mujer se sintiera triste lo mejor que podía hacer era trenzarse el cabello; de esta manera el dolor quedaría atrapado entre los cabellos y no podría llegar hasta el resto del cuerpo; había que tener cuidado de que la tristeza no se metiera en los ojos, pues los haría llover, tampoco era bueno dejarla entrar en nuestros labios, pues los obligaría a decir cosas que no eran ciertas, que no se meta entre tus manos -me decía- porque puedes tostar de más el café o dejar cruda la masa; y es que a la tristeza le gusta el sabor amargo", escribía Sara.
 

 

Y parece que es algo que se va a aplicar a ella misma: "Cuando te sientas triste niña, trénzate el cabello; atrapa el dolor en la madeja y déjalo escapar cuando el viento del norte pegue con fuerza. Nuestro cabello es una red capaz de atraparlo todo, es fuerte como las raíces del ahuehuete y suave como la espuma del atole. Que no te agarre desprevenida la melancolía mi niña, aún si tienes el corazón roto o los huesos fríos por alguna ausencia. No la dejes meterse en ti con tu cabello suelto, porque fluirá en cascada por los canales que la luna ha trazado entre tu cuerpo. Trenza tu tristeza, decía, siempre trenza tu tristeza...". Solo esperamos que esta estancia en el hospital sea corta para Sara o para la persona a la que ha acompañado.