Los últimos meses la vida de Rocío Carrasco ha dado un giro de 180 grados. En especial, desde que comenzara la primera temporada de su docuserie, 'Rocío. Contar la verdad para seguir viva', instante en el que dejó de ser criticada a entendida por gran parte de la audiencia. La percepción sobre la hija de La más grande cambió por completo, tanto que ahora anda por la calle con absoluta tranquilidad y sin necesidad de esconderse por temor a que la acusen de "mala madre", tal y como ella ha contado. "Ahora lo vivo de una forma muy diferente, vengo de estar encerrada o de ir a sitios donde estaba confortable, con personas de mi confianza. Vengo de que me insulten por la calle y tener que cruzar un semáforo en rojo llorando", ha dicho Rociito. Nada que ver con lo que vive hoy en día, ya que, por fin, ha podido dar su versión.
Rocío Carrasco asegura que ha estado más de 20 años en silencio, por lo que entiende que los espectadores cargaran contra ella. Solo tenían una parte de la historia, la de Antonio David Flores, y eso provocó que para muchos ella fuera "la mala de la película". A través de un desgarrador relato, Rociito profundizó sobre muchos de los episodios más duros de su vida, entre ellos, su separación de Antonio David o la paliza que le propinó su hija en el año 2012. Con su versión sobre la mesa y tras muchos años deprimida, Rocío Carrasco comienza a sentir el cariño de los espectadores. "Siento el cariño, las miradas cómplices, el empuje, eso es lo que te da fuerza para seguir en el proceso de recuperación, para decirme que lo que estoy haciendo lo estoy haciendo bien", ha comentado la hija de la artista.
De momento, no se siente preparada para dar más pasos con su familia. Para ella abrirse al mundo es una terapia y le ayuda, pero no está lista para reconciliarse o mantener conversaciones pendientes ya sea con su hermana, Gloria Camila, o con su hija, Rocío Flores. "De tener que darse hay que darle mucho tiempo. Me tengo que recomponer, seguir trabajando en mí, he salido de bajo tierra y he empezado a vivir y he dejado de mal vivir hace seis meses, necesito unos tiempos y una recuperación emocional", ha añadido Rocío Carrasco. Quiere recuperarse al cien por cien y es que todavía le queda camino por recorrer, un proceso que podría dilatarse en el tiempo. "No nos podemos olvidar que llevo muchísimos años sin decir absolutamente nada, estaba impedida, los he escuchado a todos y a todas. Ahora soy capaz de explicarlo a ver si así se me entiende un poco más", ha señalado.
Lo que sí se ha negado a tratar es lo referente a su hijo, David. Para Rocío es un tema muy doloroso y no dará detalles acerca de qué le impide ponerse en contacto con él o sobre si está al tanto de su evolución desde que no le ve.