Las amistades peligrosas del príncipe heredero Christian, hijo de Mary de Dinamarca, que van a ser mirados con lupa a partir de ahora

Vaya por delante que Christian de Dinamarca, futuro rey danés (esperemos que dentro de muchos años), tiene poca madera para convertirse en un príncipe Turbo, como fue su padre, el rey Federico X, en su etapa de heredero de la corona. Rodeado de estrellas del rock, modelos de ropa interior y multas por exceso de velocidad, Federico de Dinamarca, con fama de príncipe playboy, es el ejemplo que su hijo no debe seguir en la era de Instagram.

De momento parece que Christian conoce cuál es su sitio y está siguiendo la hoja de ruta marcada para él al dedillo. Su vida ha estado tan protegida y se ha mantenido tan anónima que poco o nada se sabe del joven que cumplió la mayoría de edad en 2023 sólo para convertirse en potencial regente unos meses más tarde.

Rumores de romance entre Christian de Dinamarca y María Chiara

Un cambio de estatus increíble que viene parejo al hecho de estar expuesto al ojo público de una forma que hasta ahora nunca había experimentado. ¿Está preparado para lo que se le viene encima? Visto lo que sucedió el pasado verano, creemos que no. Hasta que en su camino no se cruzó, fotográficamente hablando, María Chiara de Borbón Dos Sicilias, poco o nada se sabía de a qué dedica el tiempo libre el heredero danés. Apenas se le había visto acudiendo a festivales de rock (y bebiendo cerveza siendo menor de edad).

Su mayor escándalo fue haber hecho un gesto inapropiado en un posado oficial de la familia real. Pero de repente posó en Mónaco al lado de una joven rubia de su edad y el mundo enloqueció. El silencio de la casa real danesa al respecto fue clamoroso, por cierto.

Al final, tuvo que ser la propia noble italiana la que aclarara que sus familias son amigas, que su padre es padrino de la hermana pequeña de Christian, la princesa Josephine, y que entre ellos no hay más que una amistad de años y años. Pero sin comerlo ni beberlo se había abierto el melón de con quién se relaciona el heredero del trono, y todo el mundo cayó en la cuenta de que nadie sabía nada de nada.

Los amigos de postín del príncipe Christian de Dinamarca

A Federico de Dinamarca le gusta rodearse de todo tipo de gente, pero a la hora de la verdad con quién sale de cacería y hace negocios es con los ricos entre los ricos. Una costumbre, la del elitismo, que parece haber inculcado a su hijo al que le ha escogido algunas amistades muy selectas.

No olvidemos que por mucho que la fiesta de cumpleaños de la mayoría de edad de Christian se convirtiera en una lavado de cara democratizador de la corona danesa (se invitó a 200 jóvenes daneses random a cenar con el príncipe), al final el heredero se sentó a la mesa con su abuela, la reina, y sus padrinos, tan de noble cuna como él mismo.

Una educación de lo más elitista y acusaciones de bullying 

Ese es precisamente el problema, que de nada sirve que el heredero de la corona corra cada año la Royal Run rodeado de gente "de la calle"  si para disfrutar de la foto perfecta hay que obviar que se ha educado en las escuelas más caras de su país codeándose de los hijos de la élite.

El jardín de infancia y la escuela de primaria donde cursó sus primeros estudios presumían de ser públicos, pero eso sí, situados en uno de los distritos más privilegiados y con mayor nivel de renta de toda Dinamarca.

El elitismo empeoró cuando sus padres decidieron que continuara sus estudios en el internado de Herlufsholm, uno de los más exclusivos de Dinamarca, y el mismo del que tuvieron que sacarle precipitadamente tras unas graves acusaciones de bullying.

En aquel colegio de postín le esperaban sus amigos de toda la vida: Holger Skeel, hijo del íntimo de su padre, el terrateniente (y asiduo a las cacerías reales) Jorgen Skeel; Thomas Aandahl, hijo de otro de los compañeros habituales de caza de su padre y todos los descendientes de los barones de Reedtz-Thott, muy cercanos a Federico y Mary y muy alejados del común de los mortales.

Los nuevos "amigos" impuestos al príncipe danés  

Subir un escalafón en el organigrama de la realeza implica asumir responsabilidades y empezar a relacionarte con gente que a lo mejor no es de tu gusto o con la que no estás tan acostumbrado a tratar.

Ese es el consejo que la ex asesora de la corona sueca, Elisabeth Tarras-Wahlberg, le gustaría dar al joven príncipe: “Hay que dejar de caer en los halagos. Debe tener a su alrededor personas que se atrevan a decirle la verdad y darle buenos consejos”.

¿Tiene el príncipe Christian ese equipo a su alrededor? De momento la casa real no ha manifestado que el príncipe esté recibiendo un asesoramiento especial en esta etapa de su vida, aunque lo necesita, cuanto antes, mejor.

Mientras, otros nombres más o menos terrenales asoman en el listado de amistades del príncipe. En su confirmación se conoció a varios de sus ex compañeros de clase, Marcus Nowak y Sebastian Zander, por ejemplo. También acudieron a este acto por invitación expresa del príncipe los hijos de la actriz Ellen Hillingsø, Thomas y Anna.

Seguramente estos jóvenes no sean de origen precisamente humilde, pero se agradece que sus padres no sean milmillonarios y su nombre no venga precedido de un título nobiliario. Si formarán parte del grupo de los que halagan al nuevo príncipe heredero o de quienes le ayuden a sentar la cabeza, sólo el tiempo lo dirá.