Bárbara Rey está viviendo una de las etapas más duras de su vida. No es para menos. La entrevista que que dio Ángel Cristo Jr. en 'De viernes' aireando los pormenores de su infancia y atacando el proceder de su madre siguen dando de qué hablar. Este viernes 1 de diciembre se emite la segunda parte de su durísimo testimonio que, promete, poner patas arriba, más si cabe, al mítico clan. De ella, Ángel ha llegado a decir que le ponía "orfidal (nombre comercial del lorazepam) en el biberón" para que dejara de llorar cuando era bebé. O que la auténtica pesadilla del día a día en la casa familiar de La Moraleja, en Madrid, era ella y no, en cambio, su padre, el famoso domador Ángel Cristo. En esta nueva entrega, Ángel desvelará detalles inéditos de la relación de la 'vedette' con el Rey Juan Carlos. También sacará a la luz las otras fotografías que le mandó tomar su madre con otro hombre. Unas 'bombas' que Bárbara quiere evitar a toda costa. O, como mínimo, tratar de alivianar el efecto de sus palabras desacreditándole. Su estrategia para tal efecto pasa por mandar mensajes y realizar llamadas intimidatorias junto con su círculo más próximo Una estrategia que también está poniendo en práctica su hija, Sofía Cristo.
Bárbara Rey culpa a Telecinco de ir contra ella y utilizar a su hijo para tal fin
Según varios periodistas y colaboradores, están recibiendo mensajes de Bárbara Rey y Sofía Cristo para dejarles claro que no les están gustando nada sus comentarios. Más aún, para amenazarles con que ya lo pagarán. Madre e hija no están conformes con que se siga alimentando la incendiaria entrevista de Ángel Cristo Jr. y así se lo están haciendo llegar a los profesionales de los medios de comunicación. Una actitud del todo intimidatoria y sin duda, muy llamativa. Cabe recalcar que nadie como ellas conoce cómo funciona esta profesión de la que ellas han participado en numerosas ocasiones. Valga el apunte, cuando ellas así lo han convenido. Desde hace décadas, las dos mujeres son habituales en las portadas de las revistas y en los programas de 'corazón', donde han vertido cantidad ingente de detalles privados de sus vidas.Los citados periodistas también denuncian que están recibiendo llamadas del entorno más cercano a la 'vedette' y la DJ en el mismo tono amenazante. Son, sobre todo, colaboradores de Telecinco, cadena donde se emite 'De viernes', el programa que ha tenido acceso a Ángel Cristo Jr. tras años en el más absoluto anonimato. Por lo visto, Bárbara culpa a la cadena de Fuencarral, propiedad de Mediaset de ir contra ella y, para lograrlo, están utilizando a su hijo. A esto se suma una serie de movimientos para desacreditar el testimonio de Ángel. Prueba de ello son las continuas alusiones a su salud mental y un constante refuerzo al discurso de que están preocupados por su estado anímico.
La salud mental de Ángel Cristo Jr. en el punto de mira
La propia Sofía Cristo fue una de las primeras que señaló en esta dirección. "Mi hermano necesita ayuda", aseguró en el plató de 'Espejo Público', paradójicamente, la cadena rival de Telecinco. "Siento mucha pena de ver cómo se puede llegar a algo así. Para hacer algo así no puede estar bien", añadió. Días más tarde, salía a la palestra Chelo García Cortés, gran amiga de la familia, que refrendaba las palabra vertidas por la hija de Bárbara Rey. "Ángel es una persona extremadamente sensible, lo cual podría provocar que por la mañana tuviera una personalidad y por la tarde tuviera otra", indicaba.Posterior a estas señalamientos, la mismísima Bárbara Rey irrumpió en el mismo formato, presentado por Susanna Griso para, de nuevo, referirse al estado mental de su hijo. "Mi hijo es muy frágil, no voy a poder protegerle, que Dios le proteja. Yo estoy tan acostumbrada a que me machaquen, y muchas veces sin haber hecho nada..., pero mi hijo es mi hijo y lo seguirá siendo hasta después de haberme ido de este mundo", aseguró. Unas palabras que no dejaban nada bien parado a Ángel en cuanto volvió a hacer hincapié en su vulnerabilidad emocional. "Hay cosas que uno ya no puede hacer y no están a mi alcance. Él no tiene ni idea de dónde ha entrado ni en el lugar que ha entrado", sentenciaba enfática.