La Reina de los Países Bajos hizo una espectacular reaparición en la tradicional recepción al cuerpo diplomático, que se celebró anoche en el Palacio Real de Ámsterdam, que esta edición estuvo dedicada al Arte y la Cultura.
La Reina, con un nuevo vestido asimétrico
Guillermo y Máxima acudieron a la cita con sus mejores galas, como manda la etiqueta. Naturalmente la que más "brilló", literalmente, fue la soberana. Espléndida con un vestido blanco asimétrico y sandalias de pulsera, además de unas impresionantes joyas. El modelo, de estreno, era de la colección de primavera-verano 2018 de Stella McCartney.
Antes lo llevó Charlène de Mónaco
Lo curioso es que ya antes se lo vimos a la mismísima Charlène de Mónaco, en concreto para la gala de los Premios Laureus, en marzo del año pasado. Otra coincidencia entre las "royals" en una larga lista.
Máxima, en contra de que su hija Alexia participe en La Voz.
Máxima de Holanda se inspira en Letizia para su look más soso.
Guillermo y Máxima se muda, por fin, a su polémico palacio.
La princesa Beatriz también asistió a la gala
Máxima lució un espectacular aderezo de joyas
Las perlas como protagonistas
El joyero de la Casa Real holandesa es uno de los más nutridos y valiosos de las monarquías europeas. No en cano, Holanda es uno de los países punteros en producción de diamantes.
En su cabeza, la Tiara Antigua
Sea como sea, Máxima eligió para la ocasión la llamada Tiara de Perlas Antigua. Es una pieza muy "ponible" a la que le tiene mucho cariño, ya que la lleva luciendo desde sus tiempos de novia del entonces príncipe Guillermo.
Y los pendientes y el broche de origen ruso
Igualmente sobresalientes dentro de este inmaculado look resaltaban el juego de pendientes y el voluminoso broche con diamantes prendido en su vestido. Se trata de uno que perteneció a la zarina María Fiódorovna de Rusia.
Máxima vuelve a sonreír
Máxima de Holanda, de 47 años, volvió a resurgir en esta cena de gala como en sus mejores tiempos. Los últimos meses no han sido del todo fáciles para ella, sobre todo en el terreno de la salud, ya que ha sufrido varios contratiempos. El pasado noviembre tuvo que cancelar un viaje oficial a Tanzania debido a una afección intestinal. Esto requirió suspender su agenda y anunciaron que debería guardar reposo, si bien este al final duró menos de lo esperado, alrededor de diez días.
Recuperada de su último susto
La Reina volvió al trabajo con fuerza. Incluso se mudó con su familia al palacio de Huis ten Bosch. Sin embargo, a mediados de marzo volvió a darnos un pequeño susto. Desde Casa Real anunciaron que había sido sometida a una "intervención menor", sin dar más explicaciones sobre la causa. De nuevo tuvo que ausentarse de algunos compromisos, y el rey Guillermo asistió a algunos otros en solitario, donde explicó que Máxima se estaba recuperando bien. En su historial médico tenemos que recordar que en 2015 tuvo que regresar de una Visita de Estado en China por una enfermedad renal. Y al año siguiente sufrió una conmoción cerebral tras una caída. Superado todo aquello, ahora vemos que su sonrisa vuelve a ser la misma de siempre.