Marta Riesco ha vuelto a la carga contra todas aquellas personas que arremeten contra ella. En un vídeo que ha compartido en las redes sociales, la que fuera reportera de 'El programa de Ana Rosa' se ha quejado de las críticas e insultos que recibe. "He sido una persona muy "hateada" en las redes sociales. Me siento muy afortunada de tener estos seguidores que me apoyáis tanto y que me decís estas cosas maravillosas que estoy leyendo, que me vais a hacer llorar", explica en un vídeo que ha compartido en las redes sociales. En su perfil de Instagram, la periodista ha lamentado el trato que está recibiendo por parte de la "marea azul", simpatizante de su ex, Antonio David Flores, a los que califica como una auténtica "mafia".
"Cada frase que digo o cada cosa que hago me critican, me insultan, me vejan", se queja Marta Riesco
"Desde los Canales de Youtube están todo el día atacándome. Gente que estaba en una marea que defendía el acoso mediático. Y lo que están haciendo es exactamente aquello que criticaban de un programa de televisión. Esas personas de la marea azul, que empezaron un movimiento que defiende las causas contra el acoso mediático, ahora lo que hacen e insultarme a mí y decir que voy deambulando por hospitales. Que si tengo un ojo aquí y otro allí. ¿Esta gente? ¿Un movimiento? ¡Sinvergüenzas!", dice."La persona que no me interesa nada está hablando en todos lados, como siempre", arranca diciendo. Asegura que este no de hacer alusiones a ella. Y está cansada de ello... "Para que hablen los demás ya hablo yo en mi canal de Youtube. Voy a hacer reportajes, voy a hacer periodismo, voy a hacer entretenimiento. Nos vamos a reír y nos lo vamos a pasar súper bien. Voy a intentar hacerlo lo mejor que sé y lo mejor que pueda", anuncia. Asimismo, hace referencia "al señor Tolai", que "se ha ido en mitad de su directo después de insultarme varias veces". Marta Riesco no precisa de quién se trata, pero acusa a esa persona la ha atacado muy duramente en las redes sociales: "Es curioso cómo cuando a la gente cuando le das de su propia medicina, actúan de esta manera. Solo por decir que es un tolai y un misógino... No sabéis cómo ha perdido los papeles", prosigue. "Este hombre pierde los papeles, me insulta, me descalifica, se mete con mi físico. Imaginaros lo que es estar en mi piel". Lo cierto es que en sus larguísimos vídeos de Stories arremete contra todo el que se mete con ella: desde Antonio David, el periodista Diego Arrabal o los youtubers Juanjo Menéndez o Javier Oliveira.
"Vosotros sois 70... sois la mafia de la vejación"
Marta Riesco insta a quienes forman parte de la marea azul a reflexionar sobre los comentarios que se vierten sobre ella: "Os voy a retratar uno por uno para que veáis los falsos que sois. Los injustos habéis sido vosotros. ¿Pero qué pretendéis que yo haga? Si cada frase que digo o cada cosa que hago me critican, me insultan, me vejan. No encabecéis movimientos... El último movimiento que podéis encabezar es el movimiento de los tolais. Que sea un movimiento para todos"."Que encima se meten con mi físico. ¿Os habéis visto? Tenéis un problema. Tengo la suerte de que entre todos los problemas que puedo tener de ansiedad, no habéis tocado mi autoestima", insiste. "Vosotros sois 70 en un grupo, sois la mafia de la vejación". Por último, se queja de la actitud de Antonio David ante su legión de seguidores: "¿Qué hacía él? Estaba haciendo una paella. No dijo: un momento... Por suerte. yo solo me necesito a mí misma y a mi cerebro".Las palabras de Marta Riesco se producen apenas unos días después de que destapase que tuvo una reconciliación fallida con el malagueño. Según ha contado, este pasó tres días con ella en su casa, intentando un acercamiento para volver con ella. A pesar de su gesto, las cosas no fueron exactamente como ella deseaba, ya que él le pidió que no le contara a nadie que habían hecho las paces. Tras estar juntos durante tan solo 72 horas, él cogió sus cosas y se fue. se llevó sus cosas "mientras dormía". Pasado todo, la reportera se puso en contacto con Rocío Flores para contarle todo. La respuesta de la joven, así como la de su padre, fue contudente: ambos la bloquearon y le restringieron las llamadas.