La muerte de Fernando Fernández Tapias ha removido muchas historias de su intensa y larga biografía. Quizás no todos lo recuerden, pero el empresario, que ha perdido la vida a los 84 años como consecuencia de un infarto, tuvo un breve romance con Mar Flores. Corría el año 1997 cuando la modelo y el naviero estuvieron juntos. Protagonizaron un idilio que apenas duró unos meses, pero hizo correr ríos de tinta en la prensa del corazón. Y es que las publicaciones de imágenes de ella junto a Alessandro Lequio -estando a la vez con el magnate- provocaron una enorme polémica en su momento. Y tuvieron terribles consecuencias en la vida de la modelo.
Cuando Mar Flores y 'Fefé' -como lo llamaban sus amigos- comenzaron su affaire, Tapias llevaba un año separado de su segunda esposa, Juana García-Courel, con la que tuvo a su quinto y sexto hijo (tenía otros cuatro hijos de su matrimonio con su primera esposa, Victoria Riva de Luna). Contaban las crónicas de la época que el naviero quedó prendado ante la belleza de la madrileña. Mar, 30 años más joven que él, era uno de los personajes de la prensa rosa más aclamados del momento. Se dio a conocer en 1989 tras ganar el certamen 'Rostro de los 90', de la revista 'Elle'. Dos años más tarde dio el salto a la tele y debutó como presentadora de televisión en el concurso 'VIP Noche' en una recién nacida Telecinco. Su fama se haría aún mayor en 1992, tras participar en 'Bellezas en la nieve', junto a Andoni Ferreño, también en la misma cadena. Su hermana Marián Flores, ex azafata del 'Un, dos, tres', estaba casada con Kiko Matamoros, entonces conocido representante de artistas. Ese mismo año, -el de las Olimpiadas en Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla-, contrajo matrimonio con Carlo Costanzia di Costigliole, padre de su hijo Carlo. Se separaron en 1996. Fue una ruptura conflictiva y mediática. El italiano no dudó en ponerla de vuelta y media en los medios de comunicación. Y aquello la situó en primera línea de la crónica social. La popularidad de la pequeña pantalla, sumado a su complicado divorcio, fueron sendos trampolines con los que se convirtió en una auténtica reina de corazones.
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Fernando Fernández Tapias y Mar Flores mantuvieron un breve idilio hace casi 25 años
Tan solo un año después de romper con Costigliole, las vidas de Mar Flores y Fernando Fernández Tapias se cruzaron. Se convirtieron en el objetivo más perseguido por los paparazzi y aunque estuvieron juntos menos de un año, se les 'pilló' en varias ocasiones. Una de ellas, en una Nochevieja en la estación de esquí suiza de Saint Moritz. El romance iba como la seda. Él estaba fascinado y ella también estaba encantada de dejarse querer con un hombre que la trataba como a una reina. Viajes en jet privado, hoteles y restaurantes de lujo, regalos exclusivos... ¡A quién le amarga un dulce! La cosa se torció cuando una conocida revista publicó unas fotografías de Mar Flores besándose con Alessandro Lequio en Roma. En un principio, Fernández Tapias perdonó su desliz, pero poco después rompieron. Él encontraría el amor poco después en brazos de Nuria González. La examiga de Mar fue su paño de lágrimas tras desvincularse de esta y se convirtió en su tercera esposa el 14 de octubre de 2002.
Lo que nunca imaginó Mar Flores es que, dos años después de aquel mal trago, -sus fotos con Lequio en la capital de Italia- en 1999 se publicarían nuevas imágenes suyas junto al conde italiano. En esta ocasión, el escándalo fue mayúsculo. ¿El motivo? Mar ya no estaba saliendo con Fernández Tapias, pero mantenía un tórrido y polémico noviazgo con Cayetano Martínez de Irujo. Las fotos fueron un bombazo y cayeron como un jarro de agua fría a la modelo. Mar y Lequio posaban risueños y juguetones en la cama. La sorprendente estampa ocupaba la portada de la revista 'Interviú'. Toda España fue testigo de una escena que Mar vivió con estupor. Lo cierto es que sus instantáneas junto al conquistador por excelencia de los 90 fueron tomadas dos años antes, estando con Fernández Tapias. A pesar de ello, ver sus fotos íntimas en todos los quioscos del país hizo que perdiera los nervios. Y el control de sí misma.
La modelo, destrozada tras la publicación de unas fotos suyas junto a Lequio en la cama
La portada de Flores y Lequio en 'Interviú' hizo tambalear su vida. La modelo había apostado fuerte por su relación con el hijo de la duquesa de Alba. Fue el propio aristócrata el que tuvo que trasladarla al madrileño hospital de La Paz, después de que esta sufriera una crisis de ansiedad. Este dijo a la prensa que el motivo del ingreso había sido que se había caído de un caballo y esto le había provocado una fractura. Pero nada más lejos de la realidad. Fue José Flores, el hermano de ella, quien contó la verdad a la prensa. "El desvanecimiento seguramente estuvo motivado por la gran tensión que ha acumulado en los últimos días", dijo. "Deben de ser los nervios". Quedó claro que los ánimos de Mar se fueron a pique.
El tiempo, que todo lo cura, logró que Mar superara el terrible trance de ver su imagen en los medios de todo el país. Podría decirse que aquello marcó un antes y un después en su vida. Tras aquella fatídica portada, su idilio con Cayetano quedó hecho trizas. Superada la dolorosa ruptura llegaría el hombre de su vida, Javier Merino, padre de sus cuatro hijos menores, con el que mantuvo una discretísima relación desde el año 2001 al 2016. Lo de Lequio fue una lección para ella. Aquel tsunami dio un vuelco a su imagen pública y pasó a tener un perfil bajo. Con ello, también su carrera pasó a un segundo plano. Pero esa es otra historia.
"Fernando era inteligente, divertido y lleno de amor", ha dicho la modelo tras la muerte de Fernández Flores
Tras la muerte de Fernández Tapias, Mar Flores dio el pésame de manera pública a la familia. "Un gran abrazo a sus hijos mayores con los que tuve una relación muy presente. Estoy muy afectada por su pérdida y sobre todo por no haberme podido despedir. Descanse en paz", dijo. "Hemos sido personas importantes el uno para el otro. Después de separarme de Javier retomamos nuestra amistad hasta hace poco más de un año y medio que nos cortaron la comunicación. Fernando era inteligente, divertido y lleno de amor hacia los que el de verdad quería". Aquel brevísimo pero intenso idilio le dejó una profunda huella que hoy recuerda con enorme cariño. Y los sofocones que se llevó en aquella tumultuosa etapa ya son agua pasada.