El hijo de Marta Chávarri se convierte en el heredero de todas sus propiedades que se suman a las que ya tiene de su padre el marqués de Cubas.
Este viernes se cumplen dos semanas de la muerte de Márta Chávarri, cuya inesperada muerte a los 63 años deja huérfano a su único hijo, Álvaro Falcó. El primo de Tamara Falcó, designado como heredero universal de la socialité, obtiene tras su fallecimiento una notable herencia que incluye tres propiedades en el prestigioso barrio de Salamanca, en pleno corazón de Madrid. Pero, ¿en qué consiste exactamente el legado que le llega de su progenitora?
Marta Chávarri, que llevó una vida social más discreta en sus últimos años, acumuló un patrimonio importante de su vida. Este legado refleja los bienes y propiedades que adquirió a lo largo de su vida. Destaca un ático de 145 metros cuadrados adquirido en 2009 en el barrio de Salamanca, que cuenta con nueve habitaciones, una terraza exterior y una plaza de parking.
Pero su casa no era la única propiedad de Marta Chávarri. En 2019, la madrileña, junto con su hermana Isabel, compró un local en la calle Castelló destinado a oficinas. Álvaro Falcó heredará el 50% de este local de 118 metros cuadrados, adecuado para alquiler o cualquier otro propósito comercial. Existe otro inmueble, un apartamento cercano a la calle Velázquez, que Marta heredó en 2006 y que ahora pasa a ser propiedad de su hijo. A pesar de poseer solo una parte minoritaria de este inmueble, según Vanitatis, su ubicación y características elevan su valor considerablemente.
Las joyas que heredará Álvaro Falcó de su madre, Marta Chávarri
Además de propiedades, Álvaro recibirá la colección de joyas de su madre, muchas de ellas regalos de sus maridos, Fernando Falcó y Alberto Cortina, y otras provenientes de herencias familiares. Obras de arte que adornaban las paredes de la residencia de Marta Chávarri también serán parte del patrimonio de Álvaro.
La relación entre Fernando Falcó y Álvaro siempre fue estrecha. A lo largo de los años, Fernando acompañó y aconsejó a su hijo tanto en asuntos personales como empresariales. Álvaro, al ser el único sucesor del marqués de Cubas, heredó el título y el patrimonio familiar de su padre. Fernando Falcó era dueño, hasta 2019, de la finca de caza Valero, una extensa propiedad de más de 4.000 hectáreas. Aunque esta finca fue, durante años, el epicentro de encuentros de cazadores distinguidos, no atraía a Álvaro, lo que motivó su venta. Si bien la cifra exacta es incierta se cree que su venta pudo oscilar entre 10 y 20 millones. Es indudable que esta transacción alivió las finanzas de Fernando, quien admitió que mantener dicha propiedad no era rentable.
Y no es el único bien que Fernando dejó a Álvaro. El marqués de Cubas compartía la propiedad de una finca en Navalmoral de la Mata con su fallecido hermano Carlos, de la cual poseía el 33 %. Pero su posesión más significativa era un piso en la calle Fortuny, en el barrio madrileño de Almagro, con más de 200 metros cuadrados. Los inmuebles en esta área alcanzan valores superiores al millón de euros.
En definitiva, el legado de ambas generaciones coloca a Álvaro Falcó en el centro de una historia rica en patrimonio y tradición, siendo el custodio de un pasado familiar ilustre y un futuro lleno de posibilidades.