Irene Rosales (33 años) y Kiko Rivera (40 años) han vivido un verano increíble. El matrimonio ha tenido la suerte de pasar varias semanas en Matalascañas, Huelva, su destino favorito para sus vacaciones. Junto a sus hijas, Ana y Carlota, la pareja instaló su residencia en este lugar, tan deseado por muchos sevillanos, para así estar más cerca del lugar de trabajo del dj. Y es que Kiko ha tenido que cumplir en varias ocasiones con compromisos profesionales allí al tener que pinchar en un local de moda.
Sin embargo, todo lo bueno llega a su fin e Irene Rosales y Kiko Rivera han tenido que volver ya a Sevilla. El matrimonio ha pasado unas semanas increíbles, pero ahora que nos encontramos casi a finales de agosto, estos han vuelto a su casa en la capital hispalense para retomar poco a poco la rutina antes de que sus hijas empiecen el colegio de nuevo.
Irene Rosales se está poniendo al día en su casa de Sevilla
Hace apenas unas horas, la propia Irene compartía que había conseguido dejar a sus hijas en casa con su marido para salir a hacer la compra. Pero su manera de decirlo fue realmente divertida, ya que explicaba que necesitaba un momento de relax y que el plan de hacer la compra era perfecto para conseguir su objetivo.
No ha pasado ni siquiera un día cuando Irene ha compartido un vídeo en el que muestra que no para en casa. Y es que este martes ha tocado hacer limpieza a fondo en casa. El hecho de que haya permanecido cerrada varias semanas ha llevado a la 'influencer' a limpiarla.
Lo primero que ha hecho Irene Rosales es hacer las camas. Eso nos ha permitido ver la habitación que comparten sus dos hijas. Se trata de una habitación en la que Irene y Kiko han colocado en una de las paredes un papel pintado con flores. El resto de la habitación está pintada de blanco. Ha llamado la atención de la habitación de las niñas que las camas están juntas, lo que demuestra que las hermanas quieren dormir pegadas la una de la otra.
La otra habitación que ha enseñado es la que comparte con Kiko Rivera. En este caso, el matrimonio se ha decantado por dejar las paredes en blanco. El monocolor lo han roto con el cabecero en color beige. Las mesillas de noche que tienen son también blancas, lo que hace que la estancia se vea mucho más amplia.
Un baño rústico, con muebles
Irene Rosales ha querido hacer una limpieza a fondo también en el baño que tiene ella en su habitación. Este es el sitio de la casa que parece más rústico. Un baño con azulejos, muebles oscuros y un gran espejo. Eso sí, se puede ver que la casa tiene todas las puertas blancas.
Otra parte de la casa que no habíamos visto nunca es el salón. Es la primera vez que Irene Rosales abre las puertas de esta zona común. El matrimonio tiene la suerte de contar con un salón comedor amplio, que tienen decorado con unos sofás en color salmón oscuro. Para romper con el color, han colocado unos cojines en rosa. Entre los dos sofás, Irene y Kiko han colocado una mesa, en la que hay una lámpara y una foto de su madre, que falleció el 6 de febrero de 2020 y a la que Irene echa mucho de menos.
En el comedor, una de las paredes está dedicada a láminas que la pareja quería tener en casa. Son cuadros que han colocado y que cuentan con tonos rosas y salmón, respetando así la sintonía de colores de esta estancia. Pero lo que sin duda llama más la atención es una lámpara de pie que tienen colocada en la zona del comedor y que es preciosa.
Se puede ver que en la zona del comedor han preferido no colocar ninguna mesa. Irene y Kiko se han decantado por dejar espacio para que sus hijas jueguen. El salón cuenta con acceso a una amplia terraza, y que conecta diferentes zonas de la casa, y donde han colocado un tendedero para hacer la colada.
Otra de las zonas que ha enseñado de la casa es el lavadero. La casa en la que viven desde hace un tiempo Irene y Kiko cuenta con mucho espacio para los cuatro. De hecho, además de contar con un garaje en la planta de abajo, el matrimonio tiene también un lavadero en casa, con fregadero, lavadora y mueble de almacenaje.