El presentador sevillano, Roberto Leal, nos ha confesado que no pidió nada especial a los Reyes Magos porque se sentiría un egoísta y razón no le falta. Roberto Leal (45) ha comenzado el año presentando la quinta edición de El Desafío (Antena 3) y continúa con el exitazo de Pasapalabra, también en las tardes de Antena 3, donde llegó hace ya quince años. En esta entrevista, además de su trabajo, nos habla con ilusión de cómo sus hijos, Leo (7) y Lola (4), se están haciendo mayores a pasos agigantados. Para él, ellos son su núcleo y se emociona al hablar de ellos.
Roberto, te vemos más delgado, ¿es posible?
Puede ser porque me he puesto ropa ancha, pero he cogido medio kilo. Estoy en 82 kilos y medio. Durante estas Navidades he tratado de frenar un poco. No por el tema del físico, sino porque en una ocasión el roscón con nata me sentó mal y estuve muy malito. Ahora lo que hago es comer menos y comprarlos sin relleno.
Con el nivel de trabajo que tienes, ¿consigues sacar tiempo para ti?
Sí, claro que sí. Mucha gente desde casa se puede pensar que vivo en la tele. Pero la
grabación de Pasapalabra son dos días a la semana, o tres, y El Desafío se graba en tres meses. Tengo mucho tiempo libre, también gracias a Sara, mi mujer. Ambos hacemos todos los esfuerzos posibles por pasar el mayor tiempo con los niños. Últimamente, hemos conseguido empezar bastante más temprano y llegar para recoger a los niños del cole, que ese es el mayor desafío que tenía el año pasado, que, cuando llegaba, los niños muchas veces estaban ya a punto de cenar y se me iban a la cama. Bueno, el padre los llevaba a la cama. Ahora, casi siempre, puedo llegar a recogerlos del cole, o los acaba de recoger Sara y estoy con ellos tempranito.
¿Presumen de ti, de que su padre es el de la tele?
Yo creo que ya se han acostumbrado, al principio sí les llamaba la atención. Miraban
a la tele, me miraban a mí y sentían que veían como doble. Ahora a mi niño ya le da igual y mi Lola entiende perfectamente de qué va esto. Cuando en el cole le dicen que es la hija del de Pasapalabra, ella dice: "Me llamo Lola". Es un orgullo, pero ya tiene claro a qué me dedico. Antes, cuando me paraban por la calle para pedirme una foto, no sabía bien lo que estaba pasando, ahora ella se echa a un lado.
¿Ellos te ven en la tele?
Lola quiere que hagamos palomitas y ver juntos El Desafío. Lo vio en una promo y le gustó (risas).
¿Cuál crees que ha sido tu mayor desafío personal?
Para mí, sin duda, la paternidad. Ni se puede magnificar, ni nada de eso, pero no es un desafío que vaya de temporada en temporada. Es un desafío diario. Por ellos saco mi mejor versión y hay veces que se lleva mejor y otras en las que se lleva peor. Estoy feliz de la familia que tengo y de que estén sanos…
Te emocionas...
Es que son muy pequeños todavía. Lola tiene siete años y Leo cuatro, y dentro del tiempo que tenemos intentamos mi mujer y yo disfrutar mucho de ellos. Hace nada tenían meses y ahora mira cómo están de grandes.
Hablando de El Desafío, ¿qué tal ha sido trabajar con Victoria Federica y Genoveva Casanova?
¡Muy bien! Federica empieza asustada, pero acaba pidiendo “echarse cosas encima”. Mucha gente se preguntaba si había habido trato de favor con ella y, evidentemente, no. Tanto ella como Genoveva se han esforzado para que se hable de ellas por lo que han hecho en el programa.
¿Crees que tenían una presión extra ellas dos?
Pues, seguramente, aunque no lo sé, porque jamás he traspasado la barrera profesional.
¿Siempre mantienes la distancia?
Sí. Luego puedo tener una amistad con ellas de sentarme a tomar un café, pero eso en el programa no ha tenido lugar. Tengo muchos grupos de WhatsApps ya, uno por
cada edición de mis programas, aunque el de Operación Triunfo no sé si todavía existe.
¿A Genoveva la has visto especialmente afectada por la situación personal que estaba viviendo?
Como nos pasa mucho a los profesionales, ella trata de separar lo que es trabajo
de lo personal. Cuando Genoveva entraba en el plató yo no he notado nunca que estuviese agobiada por lo que pasaba fuera ni la he notado especialmente tocada. Me sorprendió porque tiene esa voz tan gentil, es alguien achuchable, y en los últimos programas yo flipaba con su transformación. Era una leona con la melena suelta y se llevaba a cualquiera que se pusiera por delante.
¿Cuál dirías que es el talento tuyo que la gente no conoce?
Aprender a escuchar. Es algo que he aprendido durante 20 años de carrera.
¿Y tienes alguna destreza oculta?
Realmente a mí todo lo físico me gusta y más allá de la broma de que no me atrevería con una apnea, que es verdad que eso sí que me da más reparo. Algo que yo pongo de mi parte y es un súper poder que tenemos todos, aunque no lo veamos, es el de la empatía. Aquí en este programa tienes que tener muchísima, muchísima empatía.
¿Cuál dirías que es tu mayor miedo?
Me dan mucho miedo, y no sé por qué, las pruebas de escapismo (risas). Yo, desde pequeño, muchas veces he soñado que me caigo en un tubo, como si fuese Mario Bros. No sé por qué.
Roberto, ¿qué desafíos te gustaría para este 2025 en lo profesional?
Perdurar con este buen momento que está teniendo Pasapalabra, creo que volvemos a estar en un buen momento. Después, que El Desafío siga siendo un éxito, que las expectativas están muy bien, pero luego tiene que funcionar. Sería ya abusar pedir otro programa..