El viernes 21 de julio ha fallecido Marta Chávarri. A los 63 años, era su asistenta del hogar la que la encontró en su domicilio madrileño a primera hora de la mañana, cerca de las 06:00 horas. Las últimas informaciones desveladas confirmaban su muerte por causas naturales, por un posible derrame cerebral como aporta Lecturas. Nacida en Madrid el 1 de agosto de 1960, su vida dio un gran giro cuando, en 1979 con 18 años, un suceso inesperado desolaba a su familia. Matilde Figueroa, su madre, fallecía por el mismo motivo con tan solo 37 años.
Tras permanecer dos días hospitalizada en la Clínica Puerta de Hierro de Madrid, no conseguía recuperarse y se confirmó su muerte. Su familia, su marido Tomás Chavarri, que entonces era embajador de España ante la OCDE, y sus cinco hijos, Marta, Isabel, Álvaro, Gonzalo y María tenían ahora que afrontar este duro golpe. Su marcha marcó, como no podía ser de otra manera, profundamente a todos lo que la rodeaban. Lo inesperado del suceso y la edad tan joven a la que se marchó hizo que el proceso de duelo nunca pudiera quedar atrás. No pudo estar presentes en momentos tan destacados para su hija Marta, que vivió ya en su vida adulta, como su matrimonio o el nacimiento de su nieto, Álvaro Falcó, hace 38 años.
La capilla ardiente de Matilde Figueroa reunió a numerosas personalidades de la época. Esta se instaló en la residencia de sus padres, los marqueses de Santo Floro, por su propia elección. Tenía tres hermanos, entre los que se encuentra Natalia Figueroa, esposa del cantante Raphael. Con todos estos actos finalizados, se decidió que sus restos mortales descansaran en el cementerio de Guadalajara. Marta, al ser la mayor, intentó mostrar fortaleza y los medios de la época así lo reflejaron. El momento en que cogía con fuerza y cariño la mano de su padre y no la soltaba comenzó a reflejar todas las crónicas de dicho fallecimiento.
Así fue Marta Chávarri, protagonista de las grandes portadas de los años 80 y 90
El nombre de Marta Chávarri salta a los medios en 1982 con su matrimonio con Fernando Falcó, marqués de Cubas. Desde ese momento se convertiría en referencia de los años 80 y 90 para las revistas del momento, todo un ejemplo de estilo. Hija de diplomático y bisnieta del conde de Romanones recibió la etiqueta de "estrella" entre la jet set y, por ello, querían contar toda la información posible suya. En ese momento se convertía en marquesa de Cubas. Sin embargo, todo cambió cuando, por esa atención que experimentaba, se decidió desvelar su affaire con Alberto Cortina, casado con Alicia Koplowitz.
La marquesa era constantemente señalada y, por todo ello, dejó atrás la exposición pública y se alejó. Un suceso que rompió por completo su matrimonio, un hecho que se formalizó con su separación en 1995. Tomó entonces un deseado segundo plano que ha mantenido hasta su muerte. Así lo confesó en Vanity Fair: "Dejé de acudir a fiestas y me aparté de los focos porque no podía soportar la fama ni a la prensa. Me siguieron durante diez años y fue insoportable. No me compensa la popularidad, no quiero protagonismo ninguno. Ya lo tuve y acabé harta, por eso me retiré".